Bursitis de cadera: qué es, principales síntomas y tratamiento

Actualizado en febrero 2023

La bursitis de cadera, también conocida por bursitis trocantérea, consiste en un proceso inflamatorio doloroso de las bursas sinoviales, las cuales son pequeñas bolsas de tejido conjuntivo llenas de líquido sinovial situadas alrededor de algunas articulaciones que funcionan como una superficie que reduce la fricción entre el hueso y los tendones y los músculos.

Este problema puede ser causado por enfermedades, debilidad muscular o ejercicio físico intenso, el cual puede provocar sobrecarga en estas estructuras. El tratamiento consiste en la administración de antiinflamatorios, realización de fisioterapia y, en casos más graves puede ser necesaria la cirugía.

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Principales signos y síntomas

Los signos más comunes que pueden ocurrir durante una bursitis de cadera son:

  • Dolor en la región lateral de la cadera que puede aumentar de intensidad cuando se está mucho tiempo de pie o acostado de lado;
  • Dolor a la palpación;
  • Hinchazón;
  • Dolor que se irradia hacia el muslo.

si esta enfermedad no es tratada, puede volverse crónica, siendo cada vez más difícil de tratar y controlar los síntomas.

Cómo confirmar el diagnóstico

El diagnóstico se realiza mediante la evaluación física, en que el médico evalúa la sensibilidad en la región, analiza los síntomas descritos por el paciente y realiza pruebas de fuerza de los músculos relacionados con esa zona. La evaluación puede volverse dolorosa, ya que durante la ejecución se produce tensión de los tendones y compresión de las bursas inflamadas.

La inflamación también puede diagnosticarse a través de exámenes como ultrasonido o resonancia magnética. También se puede realizar rayos X, con el fin de descartar una posible sospecha de otro tipo de lesión, como por ejemplo una fractura u observar si hay algún factor relacionado con la bursitis de cadera.

Qué puede causar bursitis de cadera

La bursitis de cadera puede ser causada por la sobrecarga de los tendones y de las bursas, que puede ser provocada durante una actividad física intensa o ejercicios en que son realizados movimientos repetitivos. Esta inflamación también puede ocurrir debido a situaciones de debilidad muscular, en que incluso actividades leves pueden ser suficientes para producir lesiones.

Existen enfermedades que también son un factor de riesgo para el desarrollo de este problema, como enfermedad en la columna lumbar, enfermedad en la articulación sacroilíaca, artrosis de rodilla, gota, diabetes, infección por una bacteria llamada Staphylococcus aureus o escoliosis.

Además, lesiones en la cadera, cirugía anteriores de cadera, esguince en los tobillos, discrepancia en la longitud de la piernas, acortamiento de la fascia lata y tener la cadera ancha son también factores que algunas veces pueden afectar el caminar y sobrecargar las bursas y los tendones, conduciendo a una bursitis de cadera.

Cómo se realiza el tratamiento

La bursitis de cadera tiene cura y el tratamiento puede hacerse con reposo de la articulación el máximo de tiempo posible, aplicación de gel en la zona y si fuera necesario, uso de medicamentos antiinflamatorios no esteroideos como Ibuprofeno o Naproxeno, para aliviar el dolor y la hinchazón. También pueden ser utilizados analgésicos naturales, como se muestra en el vídeo a continuación:

La fisioterapia es una buena opción de tratamiento, ya que generalmente se obtienen buenos resultados, porque reduce el procedo de inflamación, alivia el dolor y disminuye la sobrecarga sobre las bursas inflamadas.

Además, en casos más graves, el médico puede también administrar una inyección con corticosteroides o hacer una infiltración, que consiste en una inyección local de medicamento anestésico. Aunque no es común,, puede ser necesario a cirugía, en que la bursa inflamada se retira y también se liberan los tejidos de la región lateral de la cadera y reparación de los tendones lesionados. Conozca más sobre el tratamiento para la bursitis.

Cuáles son los ejercicios recomendados

Los ejercicios recomendados para la bursitis de cadera tienen la finalidad de fortalecer los músculos de la región de los glúteos y los músculos afectados, así como de los músculos del miembro inferior.

1. Realizar el puente

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Hacer el puente con la cadera ayuda a trabajar los músculos como los flexores de la cadera, glúteos, isquiotibiales y cuadríceps, que son muy importantes para sostener las articulaciones de la cadera, siendo por eso un buen ejercicio para fortalecerla. 

Para hacer este ejercicio, la persona debe comenzar por acostarse boca arriba con los pies en el piso y las piernas flexionadas, posteriormente elevar sólo la cadera, tratando de forma una línea recta entre los hombros y las rodillas. Después, debe retomar lentamente la posición anterior y hacer 5 series de 20 repeticiones.

Para aumentar la dificultad y conseguir mejores resultados, pueden hacerse 5 series con más repeticiones.

2. Elevar las piernas de lado

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Este ejercicio ayuda a fortalecer y desarrollar la banda iliotibial, que se localiza en la parte exterior del muslo y ayuda también a fortalecer los glúteos.

Para hacer este ejercicio, la persona debe acostarse hacia el lado derecho, estirando el brazo derecho para ayudar a equilibrarse durante el ejercicio y levantar la pierna izquierda lo más que pueda y volver a bajarla en dirección de la otra pierna. Lo idea es realizar 4 series de 15 repeticiones en cada pierna. 

3. Hacer círculos con las piernas

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Este ejercicio ayuda a mejorar la amplitud de movimiento, flexibilidad y fuerza en todos los músculos que hacen posible la rotación de la cadera y de la pierna, como los flexores de cadera y los glúteos.

Para realizar este ejercicio correctamente, la persona debe comenzar por recostarse de espalda con las piernas estiradas. Posteriormente, debe elevar ligeramente la pierna derecha y hacer pequeños círculos, manteniéndola siempre estirada. Deben realizarse 3 series de 5 rotaciones en cada pierna.

4. Elevar las piernas de pie

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Con una silla de frente para apoyarse o con ayuda de alguien, la persona debe levantar una de las piernas dobladas mientras que la otra permanece estirada y después repetir el movimiento con la otra pierna e ir alternando las dos, haciendo aproximadamente 3 series de 15 repeticiones.

Para obtener mejores resultados, estos ejercicios deben realizarse cerca de 4 a 5 veces a la semana. 

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