Las bolas o bultos que aparecen en la espalda suelen presentarse como una especie de relieve que puede deberse a la presencia de un lipoma, un quiste sebáceo o un forúnculo y, en raras ocasiones, puede estar relacionados con cáncer.
Aunque generalmente no son motivo de preocupación, es importante observar sus características, ya que pueden crecer, endurecerse o causar dolor con el tiempo.
Ante la presencia de una bola o bulto en la espalda, se recomienda consultar a un médico general para que realice una evaluación adecuada, identifique la causa del bulto y, si es necesario, indique el tratamiento más apropiado para prevenir complicaciones.
5 causas de bola o bulto en la espalda
Las principales causas de una bola o bulto en la espalda son:
1. Lipoma
El lipoma en la espalda es una especie de bola redondeada compuesta por células de grasa, que aparece en la piel y crece de forma lenta. Vea cómo identificar un lipoma.
Este tipo de lesión, por lo general, no causa dolor y rara vez está asociada con cáncer; sin embargo, en algunos casos puede volverse dolorosa o tratarse de un tumor maligno llamado liposarcoma.
Qué hacer: el tratamiento del lipoma suele consistir en una cirugía de remoción con anestesia local.
En los días siguientes a la cirugía puede aplicarse un aceite o crema cicatrizante en la zona.
2. Quiste sebáceo
El quiste sebáceo es un nódulo que se forma debajo de la piel, originado en un canal de la glándula sebácea y lleno de queratina. Puede aparecer en cualquier zona del cuerpo, siendo más frecuente en la cara, el cuello y el tronco.
Por lo general, es una lesión de color similar a la piel, que puede ser ligeramente amarillenta o blanquecina y no causa molestias cuando no está inflamada.
Si se inflama o se infecta, puede acumular pus, causar sensibilidad, dolor y aumento de temperatura en la zona, situación que requiere evaluación médica y, en algunos casos, tratamiento con antibióticos. Vea cómo identificar un quiste sebáceo.
Qué hacer: en la mayoría de los casos, el quiste sebáceo no requiere tratamiento.
Sin embargo, si genera incomodidad, aumenta de tamaño por encima de 1 centímetro o provoca dolor debido a inflamación o infección, puede ser necesario retirarlo mediante cirugía ambulatoria realizada en el consultorio médico, bajo anestesia local.
En algunos casos, si existe una infección secundaria, el médico puede indicar el uso de antibióticos durante aproximadamente una semana para tratarla antes del procedimiento.
3. Forúnculos
El forúnculo, también llamado furúnculo, es una infección en la raíz del pelo que provoca la aparición de una especie de bola rojiza, caliente y dolorosa, que contiene pus y se asemeja a una espinilla.
Por lo general, el forúnculo desaparece de manera espontánea al cabo de algunos días.
Sin embargo, si no mejora en un plazo de dos semanas, se recomienda acudir al dermatólogo o al médico general para recibir el tratamiento adecuado.
Qué hacer: para el forúnculo se debe lavar la zona todos los días con agua y jabón antiséptico y aplicar compresas de agua tibia en la región para ayudar a retirar el pus.
Si el problema persiste, se debe consultar al dermatólogo o médico general para iniciar el uso de pomadas antibióticas o antibióticos en comprimidos, dependiendo del tamaño y de la existencia de más forúnculos.
Además, se debe evitar exprimir o estallar el furúnculo, puesto que puede agravar la infección y diseminarla para otras zonas de la piel. Vea qué es y cómo tratar un forúnculo.
4. Verruga
Las verrugas son pequeñas protuberancias en la piel que generalmente no representan peligro. Pueden aparecer en cualquier edad y en distintas zonas del cuerpo.
Estas lesiones suelen ser firmes y con superficie rugosa, con forma redonda o irregular. Su tamaño suele rondar 1 centímetro y su color varía, puede ser similar al tono de la piel, gris, amarillento, marrón o negro.
Aunque la mayoría no requiere tratamiento, es importante consultar al médico si cambian de tamaño, se multiplican o causan molestias.
Qué hacer: se debe acudir al dermatólogo para que evalúe las características de las verrugas e indique el tratamiento más adecuado, pues para retirarlas existen diversos procedimiento, como láser o el uso de una cinta adhesiva especial, por ejemplo.
Lea también: Tipos de verrugas: fotos, por qué salen y cómo quitar tuasaude.com/es/verrugas5. Cáncer
En casos muy raros, la aparición de una bola en la espalda puede ser signo de cáncer de células basales, también llamado carcinomas basocelular.
Este tipo de cáncer se manifiesta como pequeñas manchas que crecen lentamente y afectan únicamente la piel, generalmente en áreas expuestas al sol, y se caracteriza por una leve elevación de la superficie cutánea.
La lesión puede parecer una herida que no cicatriza o que sangra con facilidad, de color rosado o marrón, y en ocasiones se observan vasos sanguíneos en su superficie.
Qué hacer: los signos deben observarse por un dermatólogo, quien puede realizar una biopsia para evaluar la existencia de células malignas.
El tratamiento consiste en una cirugía con láser o con aplicación de frío en la zona de la lesión, para eliminar y remover las células malignas.
Luego de la cirugía, deben realizarse exámenes con regularidad para evaluar si el cáncer continúa creciendo o si está curado.
Cuando la cirugía no resulta o son muchas lesiones, puede ser necesario realizar algunas sesiones de radioterapia o quimioterapia.
Cuándo acudir al médico
Generalmente, el surgimiento de una bola en la espalda no es motivo para preocupación, sin embargo, se aconseja ir al médico si la lesión:
- Crece;
- Drena pus;
- Duele, se encuentra enrojecida y caliente al tacto;
- Se encuentra endurecida y no se mueve con el tacto;
- Vuelva a crecer luego de ser removido.
Asimismo, si se sienten ganglios inflamados a los lados del cuello, axilas o ingles, los cuales no desaparecen con el tiempo, se debe también informar al médico.