Aspirado de médula ósea: qué es, para qué sirve y cómo se realiza

Actualizado en marzo 2024

El aspirado de médula ósea es un examen de diagnóstico indicado para evaluar el funcionamiento de la médula ósea, que es responsable de producir las células sanguíneas, y es solicitado por el médico cuando hay sospecha de enfermedades que puedan interferir en esta producción, como la leucemia, linfoma o mieloma, por ejemplo.

Este examen, también conocido como mielograma, es realizado por el hematólogo utilizando una aguja gruesa, capaz de alcanzar la parte interna del hueso de la cadera, esternón o muslo, donde se encuentra la médula ósea, conocida popularmente como tuétano, por lo que se requiere la realización de una pequeña anestesia local para disminuir el dolor y la incomodidad durante el procedimiento.

Después de la recolección del material, el médico patólogo analizará la muestra de sangre e identificará posibles alteraciones, como la disminución en la producción de células sanguíneas, la producción de células defectuosas o cancerosas, por ejemplo, y los resultados deben ser interpretados por el hematólogo.

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Para qué sirve

El aspirado de médula ósea está indicado para investigar, diagnosticar, monitorear el tratamiento y la evolución de condiciones de salud que afectan la médula ósea, como:

  • Anemia inexplicada;
  • Anemia aplásica;
  • Hemocromatosis;
  • Síndrome mielodisplásica;
  • Mieloma múltiple;
  • Leucemias;
  • Linfoma de Hodgkin;
  • Linfoma no Hodgkin;
  • Leucopenia;
  • Policitemia vera;
  • Mielofibrosis;
  • Amiloidosis;
  • Enfermedad de Gaucher;
  • Infecciones crónicas, como tuberculosis o leishmaniosis visceral;
  • Metástasis de un cáncer grave a la médula ósea;
  • Fiebre de causa desconocida.

El aspirado de médula ósea se solicita normalmente después de alteraciones en el hemograma, en las cuales se identifican cambios en la función o la forma de las células sanguíneas, pocas células sanguíneas o una gran cantidad de células inmaduras, por ejemplo, lo que indica alteraciones en la médula ósea.

Por lo tanto, el resultado del mielograma es muy importante en el diagnóstico de diversas enfermedades, lo que permite un tratamiento adecuado. En algunos casos, también puede ser necesaria una biopsia de médula ósea, un examen más complejo y demorado, ya que implica la extracción de un fragmento de hueso, pero muchas veces es importante para obtener más detalles sobre la médula. Sepa para qué sirve y cómo se realiza la biopsia de médula ósea.

¿Qué médico realiza el aspirado de médula ósea?

El médico especialista encargado de realizar el mielograma es el hematologista, quien también debe proporcionar orientación sobre cómo se lleva a cabo el examen, la preparación y los riesgos del procedimiento, además de interpretar los resultados.

Cómo es realizado

El aspirado de médula ósea es realizado por un hematologista u oncohematólogo en hospitales o clínicas especializadas, utilizando un anestésico local y, si es necesario, sedación, y generalmente dura alrededor de 10 a 20 minutos.

Para realizar el aspirado de médula ósea, el médico debe seguir algunos pasos, que incluyen:

  1. Limpiar y desinfectar el área para evitar la contaminación, utilizando soluciones antisépticas como povidona o clorhexidina;
  2. Administrar anestesia local en la piel y en la parte externa del hueso. Si es necesario, se puede administrar sedación aplicando el sedante directamente en la vena;
  3. Realizar una punción con una aguja especial, más gruesa, para perforar el hueso y alcanzar la médula ósea;
  4. Conectar una jeringa a la aguja para aspirar y recolectar el material deseado;
  5. Retirar la aguja y aplicar compresión en el área con gasa para prevenir el sangrado;
  6. Aplicar un apósito en el área.

Generalmente, los huesos en los que se realizan los mielogramas son el esternón, ubicado en el pecho, la cresta ilíaca, que es el hueso ubicado en la región de la cadera, y la tibia, el hueso de la pierna, más común en niños.

Cómo es la preparación del examen

Algunos cuidados importantes para preparase para el aspirado de médula ósea son:

  • Informar al médico si tiene alergia a anestésicos, yodo, látex u otros medicamentos;
  • Informar al médico sobre el uso de anticoagulantes como warfarina, heparina, rivaroxabán, ácido acetilsalicílico o clopidogrel, ya que el médico puede recomendar suspender estos medicamentos algunos días antes del examen;
  • Llevar una lista de todos los medicamentos, vitaminas y suplementos nutricionales que toma con frecuencia;
  • Evitar tomar medicamentos no recetados por el médico, incluidos los remedios caseros y tés;
  • Ayunar durante el tiempo indicado por el médico, en caso de necesidad de sedación para el examen;
  • Llevar un acompañante el día del examen, en caso de que se necesite sedación.

Además, es importante aclarar todas las dudas sobre el examen y los posibles riesgos del procedimiento con el médico.

Cuidados después del examen

Después de realizarse el aspirado de médula ósea, se debe mantener el vendaje durante 24 horas, evitando mojarlo. Se recomienda no ducharse durante este período ni usar bañeras, piscinas o saunas. Además, se recomienda evitar esfuerzos o actividades físicas durante uno o dos días después del examen, según la orientación médica.

Después del aspirado de médula ósea, es posible que la persona sienta un poco de dolor en el lugar donde se realizó la punción de la médula ósea, por lo tanto, el médico puede recomendar el uso de analgésicos como el paracetamol.

Posibles riesgos

Generalmente, el aspirado de médula ósea es un procedimiento rápido y con raras complicaciones, sin embargo, es posible que surja dolor o incomodidad en la zona de la punción, así como sangrado, hematoma o infección. Una segunda obtención de material puede ser necesaria en algunos casos debido a una cantidad insuficiente o inadecuada de muestra para el análisis.

Cuándo acudir al médico

Es importante consultar al médico que realizó el aspirado de médula ósea o acudir al servicio de urgencias si aparecen síntomas como:

  • Hinchazón en el lugar de la punción;
  • Dolor que no mejora;
  • Presencia de secreción en el lugar de la punción;
  • Enrojecimiento en el lugar;
  • Fiebre.

Además, se debe buscar atención médica si ocurre un sangrado intenso o excesivo en el lugar de la punción, que empapa el apósito o no mejora al presionar el área.

Contraindicaciones

El aspirado de médula ósea no debe realizarse en personas con trastornos de coagulación graves o coagulopatía intravascular diseminada. En personas con trombocitopenia, el médico puede recomendar una transfusión de plaquetas antes del examen.

Además, la punción del esternón en el tórax no debe realizarse en niños menores de 12 años o en personas con problemas de reabsorción ósea o mieloma múltiple, debido al riesgo aumentado de perforación del esternón o del mediastino.