Antifúngicos: qué son, para qué sirven y tipos

Los antifúngicos son medicamentos indicados para tratar y prevenir infecciones causadas por hongos, como la candidiasis, la micosis en la piel, la meningitis o la neumonía fúngica.

Estos medicamentos, también conocidos como antimicóticos, actúan impidiendo el crecimiento y provocando la muerte de los hongos, y en diversas presentaciones, como crema, óvulos vaginales, tabletas, inyecciones, shampoo o esmalte medicamentoso.

Existen diferentes tipos de antifúngicos, y su uso debe ser indicado por un médico general, dermatólogo o pediatra, dependiendo del tipo de infección, la zona afectada y la gravedad de la misma.

mujer comprando antifúngico

Para qué sirven

Los antifúngicos son indicados para:

  • Candidiasis vaginal, en la boca, garganta, esófago o intestino;
  • Balanitis o balanopostitis;
  • Micosis de la piel o de la uña;
  • Dermatitis seborreica;
  • Pie de atleta;  
  • impétigo.

Además, los antifúngicos están indicados para el tratamiento de infecciones como neumonía, rinosinusitis o meningitis causadas por hongos. 

Otras indicaciones incluyen coccidioidomicosis, aspergilosis, mucormicosis y candidemia, que es una infección por hongos en la sangre.

Lea también: 10 enfermedades causadas por hongos (y cómo es el tratamiento) tuasaude.com/es/enfermedades-causadas-por-hongos

Principales tipos

Los principales tipo de antifúngicos son: 

Tipo de antifúngico

Cómo funciona

Antifúngicos azoles

Bloquean la síntesis de ergosterol, que es un componente importante para la integridad de la pared celular del hongo y su supervivencia.

Ejemplos: fluconazol, itraconazol, voriconazol, clotrimazol y miconazol.

Alilaminas

Actúan de manera similar a los azoles, ya que interfieren con las enzimas responsables de la producción de la pared celular de los hongos.

Ejemplos: terbinafina e butenafina.

Equinocandinas

Inhiben la enzima beta-(1-3)-D-glucano, que es la responsable de la síntesis de un componente de la pared celular de los hongos.

Ejemplos: caspofungina, micafungina e anidulafungina.

Poliénicos

Se unen al ergosterol, formando poros en la pared celular del hongo, lo que provoca la ruptura de la membrana celular y lleva a la muerte del hongo.

Exemplos: nistatina e anfotericina B.

Además, existen otros tipos de antifúngicos que interfieren en la multiplicación de los hongos o en la síntesis del ADN, lo que provoca su muerte, como por ejemplo, la griseofulvina y la flucitosina. 

El tipo de antifúngico debe ser indicado por el infectólogo, dermatólogo, ginecólogo, pediatra o médico general, según el tipo de infección y su gravedad.

Antifúngicos más utilizados 

Los diferentes tipos de antifúngicos son:

1. Antifúngicos orales

Los principales antifúngicos orales son:

  • Fluconazol;
  • Itraconazol;
  • Terbinafina;
  • Voriconazol;
  • Posaconazol;
  • Griseofulvina.

Los antifúngicos orales se encuentran en forma de tabletas o cápsulas y deben ser ingeridos por vía oral. 

Además, otro antifúngico oral es la nistatina, que se presenta en forma de suspensión oral y debe mantenerse en la boca el mayor tiempo posible antes de tragarse. Conozca cómo se usa la nistatina.

Indicaciones: candidiasis vaginal, bucal, esofágica o intestinal, micosis en la piel, la ingle o las uñas, pie de atleta, aspergilosis o candidemia.

Efectos secundarios: estos antifúngicos orales pueden causar efectos secundarios como dolor de cabeza, náuseas, vómitos, diarrea, alteraciones en las células sanguíneas, dermatitis exfoliativa, ictericia o necrólisis epidérmica tóxica.

2. Crema antifúngica

Las principales cremas o pomadas antifúngicas son:

  • Clotrimazol;
  • Nistatina;
  • Miconazol;
  • Tioconazol + tinidazol;
  • Isoconazol;
  • Terbinafina;
  • Amorolfina;
  • Ciclopiroxolamina;
  • Cetoconazol;
  • Oxiconazol;
  • Fenticonazol.

Las cremas o pomadas antifúngicas deben aplicarse en las áreas con micosis o dentro del canal vaginal en el caso de candidiasis en mujeres.

Indicaciones: candidiasis vaginal, balanitis, balanopostitis, micosis en la piel, pie de atleta, impétigo o dermatitis seborreica.

Efectos secundarios: los más comunes son enrojecimiento, inflamación, ardor, hemorragia, picazón vaginal o en el pene, y dolor abdominal.

3. Esmalte antifúngico

Los principales tipos de esmalte antifúngicos son:

  • Amorolfina;
  • Clotrimazol;
  • Ciclopirox olamina.

El esmalte antifúngico, también conocido como esmalte medicamentoso, debe aplicarse únicamente sobre la uña afectada por micosis. En algunos casos, puede utilizarse en combinación con antifúngicos orales.

Indicaciones: el esmalte antifúngico es indicado por el dermatólogo para tratar la micosis de la uña, para eliminar el hongo de la misma.

Efectos secundarios: los más comunes son irritación, sensación de quemazón, picazón o enrojecimiento en el local de aplicación.

4. Shampoo antifúngico

Los principales shampoo antifúngicos son:

  • Ketoconazol;
  • Ciclopirox olamina.

El shampoo antifúngico debe utilizarse mediante la aplicación directa sobre el cuero cabelludo y antes de enjuagar, debe dejar actuar el producto durante algunos minutos.

Indicaciones: el shampoo antifúngico es indicado para el tratamiento de micosis en el cuero cabelludo, caspa o dermatitis seborreica.

Efectos secundarios: los más comunes incluyen sensación de ardor en el cuero cabelludo, irritación o enrojecimiento de la piel, caída del cabello, cambios en la textura capilar, picazón, sequedad de la piel o aparición de heridas en el cuero cabelludo.

5. Spray antifúngico

Los principales spray o lociones antifúngicos son:

  • Clotrimazol;
  • Terbinafina;
  • Miconazol.

Estos antifúngicos deben aplicarse directamente sobre la piel con micosis y el tiempo que se debe dejar el medicamento va a ser establecido por el dermatólogo.

Indicaciones: el spray antifúngico es indicado para micosis superficiales en la piel, como micosis en la ingle o tronco, o pie de atleta.

Efectos secundarios: irritación local, ardor o quemazón, descamación de la piel, picazón o alergia local, ampollas, dermatitis de contacto, desmayo, presión baja o dolor.

6. Antifúngico vaginal

Los principales antifúngicos vaginales son:

  • Clotrimazol;
  • Nistatina;
  • Miconazol;
  • Tioconazol + tinidazol;
  • Isoconazol;
  • Fenticonazol.

Los antifúngicos vaginales pueden encontrarse en forma de tabletas, cremas que pueden colocarse dentro del canal vaginal o incluso por fuera, u óvulos que se introducen en el canal vaginal.

Indicaciones: el antifúngico vaginal se utiliza para tratar la candidiasis vaginal causada por la proliferación excesiva del hongo Candida albicans.

Efectos secundarios: los más comunes son enrojecimiento, inflamación, ardor, hemorragia, picazón vaginal o alergia.

Lea también: Candidiasis vaginal: síntomas y tratamiento tuasaude.com/es/candidiasis-vaginal

7. Antifúngicos inyectables

Los antifúngicos inyectables más utilizados son:

  • Anfotericina B;
  • caspofungina;
  • Fluconazol;
  • Voriconazol.

Los antifúngico inyectables son utilizados únicamente en hospitales y deben ser aplicador por vía endovenosa por un enfermero bajo la supervisión de un médico.

Indicaciones: los antifúngicos inyectables están indicados principalmente para tratar infecciones fúngicas graves, como aspergilosis invasiva, mucormicosis, meningitis fúngica, candidiasis invasiva o neumonía fúngica.

Además, estos antifúngicos pueden ser indicador para prevenir infecciones por hongos en personas que recibieron un trasplante de células madres. 

Efectos secundarios: dolor de cabeza, inflamación de la vena en el local de aplicación, náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal, anemia, fiebre, escalofríos, manchas o ampollas en la piel, aumento de las enzimas hepáticas o reacción anafiláctica.

Contraindicaciones

Los antifúngicos están contraindicados en personas con alergia a cualquiera de los componentes del medicamento. 

Además, las personas con insuficiencia renal o hepática grave deben utilizar antifúngicos únicamente bajo prescripción médica, y pueden optar por antifúngicos orales o inyectables según lo indicado por el médico.

En el caso de niños, mujeres embarazadas o lactantes, los antifúngicos deben ser usados exclusivamente bajo la supervisión y recomendación de un médico.

Antes de comenzar a usar antifúngicos, es importante informar al médico sobre los medicamentos que se están tomando, ya que estos pueden interactuar entre sí, alterando su eficacia o aumentando el riesgo de efectos secundarios.

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