Ultrasonido 3D: cuándo realizar y qué enfermedades detecta

septiembre 2022

El ultrasonido 3D, o ecografía 3D, es un examen de imagen que se puede realizar durante la consulta prenatal entre las semanas 26 y 29 de gestación, y se utiliza para ver detalles físicos del bebé y evaluar la presencia y la gravedad de posibles enfermedades, además de disminuir la curiosidad que tienen los padres por ver al bebé. 

El examen en 3D muestra detalles del cuerpo del bebé, siendo posible ver la cara y los órganos genitales con mayor nitidez que en un ultrasonido convencional; sin embargo, a diferencia del ultrasonido 4D, este no permite visualizar los movimientos del feto en la barriga de la madre.

Este examen es realizado del mismo modo que un ultrasonido convencional, sin la necesidad de ninguna preparación especial. Se recomienda no utilizar cremas hidratantes en la barriga e ingerir bastante líquidos el día anterior al examen.

Imagem ilustrativa número 1

Cuándo se debe realizar

La mejor etapa para hacer el ultrasonido 3D es entre las 26 y 29 semanas de gestación, ya que en estas semanas es cuando el bebé ya ha crecido y aún existe bastante líquido amniótico en la barriga de la madre.

Antes de este período, el feto todavía es muy pequeño y tiene poca grasa debajo de la piel, lo que dificulta la visualización de sus facciones, y después de las 30 semanas, el bebé ya está muy grande y ocupa mucho espacio, siendo difícil ver su cara y sus movimientos.

Conozca más detalles de cuántos meses tiene el bebé cuando se comienza a mover en la barriga de la madre.

Enfermedades identificadas por el ultrasonido

En general, el ultrasonido 3D identifica las mismas enfermedades que el ultrasonido convencional, por lo que normalmente no está cubierto por los planes de salud. Las principales alteraciones detectadas por el ultrasonido incluyen:

  • Labio leporino y paladar hendido, que son malformaciones que generan una fisura en el paladar y/o el labio superior;
  • Defectos en la columna del bebé;
  • Malformaciones en el cerebro, como hidrocefalia o anencefalia;
  • Malformaciones en las extremidades, riñones, corazón, pulmones e intestino;
  • Síndrome de Down.

La ventaja del examen en 3D es que posibilita una mejor evaluación de la gravedad del problema, pudiendo ser realizado después del diagnóstico en el ultrasonido convencional. Además, en la mayoría de los casos, se utiliza el ultrasonido morfológico, que forma parte de los exámenes prenatales que deben ser llevados a cabo para identificar enfermedades y malformaciones en el bebé.

Conozca más sobre el ultrasonido estructural o morfológico y cuándo se debe hacer.

¿En qué situaciones la imagen puede no ser buena?

Algunas situaciones pueden interferir en la imágenes generadas por el ultrasonido 3D, como la posición del bebé, por ejemplo, el cual puede estar volteado de espalda hacia la madre, lo que impide que el médico identifique su cara, o el hecho de que el bebé pueda estar con las extremidades o el cordón umbilical en el rostro.

Asimismo, la poca cantidad de líquido amniótico o el exceso de grasa en el vientre de la madre pueden interferir en la imagen. Esto debido a que el exceso de grasa dificulta el paso de las ondas que forman la imagen en el aparto de ultrasonido, haciendo que las imágenes generadas no reflejen la realidad o no tengan una buena resolución.

Es importante recordar que el examen comienza con el ultrasonido normal, ya que el ultrasonido 3D solo se realiza cuando se obtienen buenas imágenes en el examen convencional.

Principales diferencias entre el ultrasonido 3D y el 4D

La principal diferencia del ultrasonido 3D y el 4D es que en este último es posible captar los movimientos del bebé, lo que puede tornar la imagen un poco menos nítida, mientras que en el ultrasonido 3D la imagen es estática, sin movimiento, teniendo una mayor nitidez. 

No obstante, estos dos tipos de ultrasonido permiten ver imágenes tridimensionales que muestran al bebé de una forma más detallada. 

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Actualizado por Andreina De Almeida Rodríguez - Nutricionista, en septiembre de 2022.

Bibliografía

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Equipo editorial constituido por médicos y profesionales de salud de diversas áreas como enfermería, nutrición, fisioterapia, análisis clínicos y farmacia.