Tipos de anestesia: cuáles son, cuándo usar y riesgos

Actualizado en octubre 2023

Los tipos de anestesia incluyen anestesia general, local, regional y sedación, estos afectan el sistema nervioso de varias formas a través del bloqueo de impulsos nerviosos, y su elección va a depender del tipo de procedimiento médico y del estado de salud de la persona.

La anestesia es una estrategia utilizada con el objetivo de prevenir el dolor o alguna sensación durante una cirugía o procedimiento doloroso, por medio de la administración de medicamentos a través de la vena o inhalación. Esta es empleada en procedimientos invasivos o que pueden provocar cualquier tipo de molestia o dolor en el paciente, como cirugía de corazón, parto o procedimientos odontológicos, por ejemplo. 

Es importante que sea informado al médico cualquier tipo de enfermedad crónica o alergia para que indique el mejor tipo de anestesia y, de esta manera, evitar riesgos. 

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Cuáles son los tipos de anestesia

Entre los principales tipos de anestesia se incluyen los siguientes:

1. Anestesia general

Durante la anestesia general, son administrados medicamentos anestésicos que sedan a la persona profundamente, con el objetivo de que la cirugía realizada, como operación del corazón, pulmón o abdominal, no provoque ningún tipo de dolor o molestia.

Los medicamentos empleados dejan a la persona inconsciente y causan insensibilidad al dolor, promoviendo relajación muscular y causando amnesia, con la finalidad de que todo lo que ocurre durante la cirugía sea olvidado por el paciente. 

Los anestésicos pueden ser inyectados en la vena, teniendo un efecto inmediato, o inhalados en forma de gas a través de una mascarilla, llegando a la circulación sanguínea por medio de los pulmones. La duración del efecto es variable y es determinada por el anestesista, el cual decide la cantidad de medicamento anestésico que será administrado. Conozca más sobre la anestesia general.

Los medicamentos más utilizados en la anestesia general incluyen benzodiacepinas, narcóticos, sedantes, hipnóticos, relajantes musculares y gases halogenados.

Riesgos de la anestesia general

Aunque la anestesia sea un procedimiento bastante seguro, puede tener algunos riesgos asociados que dependen de ciertos factores, como el tipo de cirugía y la condición médica de la persona. Los efectos secundarios más comunes son náuseas, vómitos, dolor de cabeza y alergias al medicamento anestésico.

En los casos más graves, pueden ocurrir complicaciones como paro respiratorio, paro cardíacos o incluso secuelas neurológicas en personas con salud debilitada debido a desnutrición o a problemas cardíacos, pulmonares o renales, por ejemplo. 

Aunque sea muy raro, puede ocurrir que la anestesia tenga un efecto parcial, como quitarle la conciencia a la persona, pero permitir que esta se mueva, o que la persona no se logre mover, pero sienta los acontecimientos a su alrededor.

2. Anestesia local

La anestesia local implica un área muy específica del cuerpo, no afecta la conciencia y es normalmente utilizada en cirugías pequeñas, como procedimientos dentales, cirugía del ojo, nariz o garganta, o en conjunto con otra anestesia, como anestesia regional o de sedación. 

Este tipo de anestesia puede ser administrarla de dos formas: aplicando una crema o aerosol anestésicos en una pequeña región de la piel o mucosa, o inyectando el medicamento anestésico en el tejido que será anestesiado. La lidocaína es el anestésico local más común. 

Riesgos de la anestesia local

La anestesia local, cuando es usada correctamente, es segura y casi no presenta efectos secundarios; sin embargo, en dosis elevadas puede tener efectos tóxicos, pudiendo afectar el corazón y la respiración, o comprometer la función cerebral, pues las dosis elevadas pueden alcanzar el torrente sanguíneo.

3. Anestesia regional

La anestesia regional es utilizada cuando es necesario anestesiar solo una parte del cuerpo, como un brazo o una pierna, por ejemplo, y existen varios tipos:

  • Anestesia raquídea

En la anestesia raquídea, el anestésico local es administrado con una aguja fina en el líquido que baña la médula espinal, conocido como líquido cefalorraquídeo. En este tipo de anestesia, el anestésico se mezcla con el fluido espinal y contacta con los nervios, ocasionando la pérdida de la sensibilidad de las extremidades inferiores y de la zona inferior del abdomen.

  • Anestesia peridural

También conocida como anestesia epidural, este procedimiento bloquea el dolor y la sensibilidad de apenas una región del cuerpo, generalmente de la cintura hacia abajo.

En este tipo de anestesia, el anestésico local es administrado a través de un catéter que es colocado en el espacio epidural, que se encuentra alrededor del canal espinal, ocasionando la pérdida de sensibilidad de las extremidades inferiores y del abdomen. Vea más sobre anestesia epidural y para qué sirve

  • Bloqueo de los nervios periféricos

En este tipo de anestesia regional, el anestésico local es administrado alrededor de los nervios responsables por la sensibilidad y por el movimiento de la extremidad donde va a ser realizada la cirugía, pudiendo ser aplicada una variedad de bloqueadores del nervio.

Los grupos de nervios que perciben dolor en un órgano o región del cuerpo específicos, llamados plexos o ganglios, son bloqueados, ocasionando la anestesia de áreas del cuerpo como el rostro, nariz, paladar, cuello, hombro, brazo, entre otros.

  • Anestesia regional intravenosa

La anestesia intravenosa es un procedimiento en el que se coloca un catéter en una vena de una extremidad, para que el anestésico local sea administrado, colocándose al mismo tiempo un torniquete por encima del área para que la anestesia permanezca en el lugar. La sensibilidad se recupera cuando se retira el torniquete.

La anestesia regional normalmente es empleada durante procedimientos quirúrgicos simples, como durante un parto normal, en cirugías pequeñas como operaciones ginecológicas o estéticas, o en traumatología, por ejemplo. 

Riesgos de la anestesia regional

Pese a que son raros, pueden ocurrir efectos secundarios como sudoración excesiva, infección en la zona de la inyección, toxicidad sistémica, problemas cardíacos y pulmonares, escalofríos, fiebre, daños en los nervios o perforación de la membrana que protege la médula espinal, conocida como duramadre, lo que puede causar paraplejia.

La perforación de la duramadre también puede desencadenar una cefalea posanestesia raquídea en las primeras 24 horas o hasta 5 días después del procedimiento.

En estos casos, la persona siente un dolor de cabeza cuando está sentada o de pie, el cual mejora algunos minutos luego de volverse a acostar, pudiendo estar asociada a otros síntomas como náuseas, rigidez de la nuca y reducción de la audición. En una buena parte de los casos, esta cefalea desaparece espontáneamente dentro de una semana; no obstante, también puede ser necesario iniciar el tratamiento específico indicado por el anestesiólogo.

4. Sedación

La anestesia por sedación es administrada por vía intravenosa y generalmente es empleada en asociación con una anestesia regional o local, con la finalidad de aumentar la comodidad de la persona.

La sedación puede ser leve, done la persona está relajada y despierta, pudiendo responder a preguntas del médico; moderada, donde la persona normalmente esta dormida durante el procedimiento, pero puede despertarse fácilmente cuando se le hace una pregunta; o profunda, donde la persona duerme durante todo el procedimiento y no se recuerda de lo que pasó desde que fue administrada la anestesia. Tanto la sedación leve como la moderada y la profunda son acompañadas de suplemento de oxígeno.

Riesgos de la sedación

A pesar de que sean raras, pueden ocurrir reacciones alérgicas, dificultades respiratorias, alteración del ritmo cardíaco, náuseas, vómitos, delirio, sudoración e infección en la zona de la inyección.