Hongo en la ingle: síntomas, causas y tratamiento

Actualizado en septiembre 2023

El hongo en la ingle o entrepierna más común es la tiña inguinal (Tinea cruris), la cual se caracteriza por ocasionar una mancha rojiza o parda en la entrepierna, originando comezón intensa, áreas de descamación o ampollas alrededor de la lesión. Es común que se produzcan hongos en la ingle por ser una región donde se acumula calor y humedad más fácilmente.

Esta micosis ocurre principalmente en los hombres, a pesar de que también puede surgir en las mujeres, siendo frecuente en personas que practican deportes, que sudan mucho, que presenten sobrepeso o diabetes descompensada, ya que son situaciones que facilitan la proliferación de las bacterias en los pliegues de la piel. 

Para tratar esta infección, el médico general o dermatólogo pueden indicar un medicamento antifúngico en ungüento o crema, como miconazolketoconazol, clotrimazol o terbinafina. No obstante, es importante tomar algunas medidas caseras para que la recuperación sea más rápida e impedir que el hongo vuelva a surgir, una vez curado, como secarse bien después de bañarse y no usar ropa apretada.

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Hongos en la entrepierna mujer
Hongos en la entrepierna mujer

Principales síntomas

Los síntomas de los hongos en la ingle más comunes son:

  • Mancha rojiza o parda en la ingle;
  • Descamación de la lesión;
  • Comezón intensa en la ingle;
  • Aparición de ampollas alrededor de la mancha.

Asimismo, estos síntomas también pueden surgir en la parte interna de los muslos, genitales y nalgas. 

Además de esto, en algunos casos, los síntomas pueden estar acompañados de secreción intensa, heridas u olor fétido, pudiendo tratarse de una micosis causada por el hongo Candida Albicans. En estas ocasiones, lo ideal es acudir al dermatólogo para que sea evaluada la lesión e indique el tratamiento más adecuado. Vea también cómo identificar y tratar la candidiasis en la piel.

Qué puede causar los hongos en la ingle

Los hongos en la ingle ocurren principalmente por la proliferación de hongos como la Tinea cruris, de la especie Candida sp., o, con menor frecuencia, por hongos del género Epidermophyton y Microsporum.

Estos hongos se pueden encontrar naturalmente en la piel, especialmente en la piel sin vello, sin causar ningún signo o síntoma. Sin embargo, algunos factores que pueden favorecer su desarrollo y dar lugar a síntomas son:

  • Usar ropa interior ajustada;
  • Exceso de sudor;
  • Mala higiene personal;
  • Usar ropa interior mojada durante mucho tiempo.

Además, las personas con mayor probabilidad de desarrollar esta infección son las personas con exceso de peso, ya que tienen los pliegues más profundos; los deportistas, que están en contacto con el sudor y la humedad con frecuencia, así como los diabéticos no controlados, que tienen mayor probabilidad de desarrollar infecciones y mayor dificultades en la curación.

Cómo se realiza el diagnóstico

El diagnóstico del hongo en la ingle lo realiza el dermatólogo inicialmente a través de la evaluación clínica de los síntomas que presenta la persona. Además, para confirmar el diagnóstico y el hongo responsable de la infección, el médico puede realizar un raspado de la región, que debe ser analizado en el laboratorio.

Cómo se realiza el tratamiento

Las principales opciones para tratar los hongos en la ingle son:

1. Cremas antifúngicas

La principal forma de tratamiento para acabar con la tiña inguinal o cualquier micosis en la región es el uso de cremas antifúngicas, como terbinafina, miconazol, imidazol, clotrimazol, fluconazol o ketoconazol, por ejemplo.

Estos medicamentos pueden conseguirse en forma de pomada, loción o spray, para facilitar su aplicación sobre el área afectada, de acuerdo con la necesidad de cada persona, y deben ser utilizados durante 3 a 4 semanas o según la indicación del médico.

2. Medicamentos por vía oral

Además de las cremas, también hay la opción de utilizar antifúngicos por vía oral en forma de pastillas, tabletas o comprimidos, por lo que el dermatólogo podría indicar la ingesta de medicamentos como el ketoconazol, itraconazol, fluconazol o terbinafina, por ejemplo.

Este tipo de medicamentos por vía oral son indicados por el médico solo en aquellos casos donde las lesiones son muy grandes o cuando no hay mejoría después del uso correcto de las pomadas, pudiendo ser recetados durante un período entre 1 a 4 semanas.

3. Tratamiento casero

Las opciones de tratamiento casero sirven para complementar el tratamiento indicado por el médico, debido a que ayudan a prevenir la aparición de estos hongos o a facilitar la recuperación de forma más rápida. Estas opciones son:

  • Utilizar talcos que contengan antifúngicos o no, para ayudar a secar las lesiones supurativas y a disminuir la fricción de la piel;  
  • No usar ropas muy apretadas o que causen fricción de la piel afectada;
  • Evitar el calor y la humedad;
  • Lavar la región afectada con una solución de té de ajo, varias veces al día;
  • Hacer compresas con una solución de té de manzanilla, alrededor de 3 veces al día, en casos sonde la infección presente secreciones;
  • No permanecer con ropa íntima mojada durante mucho tiempo;
  • Cambiarse de ropa diariamente y siempre que se bañe;
  • Secarse bien con la toalla después de bañarse, y no compartirlas;
  • Usar ropa íntima de algodón para que la piel pueda airearse de forma adecuada.

Además de esto, si hay animales en casa, es importante observarlos debido a que también deben ser tratados si presentan alguna micosis, para evitar que vuelva a ocurrir la infección.