Intertrigo: qué es, síntomas y tratamiento

Actualizado en agosto 2023

El intertrigo es la inflamación de la piel debido a la fricción y acumulación de humedad, causando comezón, enrojecimiento en la piel, y favoreciendo la multiplicación de microorganismos como hongos y bacterias.

Normalmente, el intertrigo surge en pliegues, como axilas, entre los dedos de las manos y pies, ingle y barriga, y en la parte interna de los muslos, siendo más común en personas con obesidad y diabetes.

En caso de sospecha de intertrigo, es importante consultar al dermatólogo para confirmar el diagnóstico e iniciar el tratamiento más adecuado, que puede incluir el uso de antitranspirantes en pomadas y/o medicamentos como antifúngicos, antibióticos y corticoides.

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Principales síntomas

Los principales síntomas de intertrigo son:

  • Comezón en la piel;
  • Sensación de ardor;
  • Hormigueo o dolor en la zona;
  • Enrojecimiento y descamación en la piel;
  • Heridas y costras en la piel;
  • Humedad y secreción clara.

El intertrigo tiende a surgir en áreas en que hay fricción entre partes del cuerpo, especialmente en zonas de pliegues de la piel, como axilas, parte inferior de las mamas, abdomen, ingle, entre los dedos de las manos y pies, y en la parte interna de los muslos.

Es común que inicialmente surja comezón en la parte del cuerpo afectada y, en caso de que el intertrigo no sea tratado, haya síntomas como enrojecimiento y heridas en la piel. Además de eso, microorganismos, como bacterias y hongos, pueden multiplicarse en la piel afectada, causando que los síntomas empeoren y se desarrollen ampollas y pus. Conozca cómo se deben tratar las ampollas en la piel.

Cuándo puede ser intertrigo candidiásico

El intertrigo candidiásico es cuando el hongo Candida albicans se multiplica en la piel, donde el intertrigo surgió. Cuando esto sucede, la comezón tiende a ser más intensa y surgir pequeñas manchas rojas con bordes bien delimitados alrededor de la piel afectada.

En este caso, el tratamiento del intertrigo normalmente incluye el uso de medicamentos antifúngicos, especialmente en forma de pomadas, como nistatina o ketoconazol.

Posibles causas

El intertrigo es causado por la fricción de la piel de una parte del cuerpo con otra, siendo más común en áreas con pliegues, como axilas y abdomen. En estas regiones de la piel también suele haber acumulación de humedad, lo cual tiende a agravar la fricción y la inflamación de la piel.

Además, el intertrigo es más común en los meses más calientes y húmedos, especialmente en personas encamadas, que utilizan pañales, con incontinencia urinaria, sudoración excesiva o que tengan enfermedades como diabetes u obesidad.

El uso de ropa apretada y calzado cerrado, especialmente aquellos hechos con materiales sintéticos, también favorecen el desarrollo de intertrigo.

Cómo se confirma el diagnóstico

El diagnóstico de intertrigo es realizado por el dermatólogo, el cual toma en consideración los sintomas presentes y las características de las lesiones en la piel.

Además, el análisis de la piel, en donde se realiza un raspado de la lesión, la cual es enviada al laboratorio, también puede ser indicada, especialmente cuando se sospecha de infección. 

Cómo se realiza el tratamiento

El tratamiento para el intertrigo normalmente incluye el uso de:

Además, el médico puede prescribir el uso de pomadas para combatir el agente infeccioso y aliviar los síntomas, como por ejemplo:

  • Pomadas corticoides, como Dexametasona o Hidrocortisona, por 5 a 7 días, que disminuyen la inflamación, irritación, enrojecimiento y comezón local;
  • Antifúngicos, como pomada de Ketoconazol, Clotrimazol, Miconazol, por 2 a 3 semanas, en caso de intertrigo causado por hongos. En infecciones graves o extensas, puede ser necesario el uso de medicamentos en pastillas, como Ketoconazol o Fluconazol, durante 14 días, de acuerdo a la indicación del médico;
  • Antibióticos, como pomadas con mupirocina o bacitracina, en caso de sospecha de infección bacteriana;
  • Uso de antitranspirantes en forma de desodorantes, polvos o pomadas para evitar la acumulación de humedad.

También es importante evitar ambientes calientes y húmedos o permanecer mucho tiempo sudado, tomando baños con frecuencia y secando adecuadamente, especialmente en los días más calientes y después de actividades físicas.

Además, se recomienda optar por ropa de algodón más holgada para permitir que la piel respire, además de utilizar sandalias que permitan que los dedos de los pies tengan más espacio.