Estafilococos (Staphylococcus): qué son, principales especies y síntomas

Actualizado en septiembre 2020

Los estafilococos, del género Staphylococcus, corresponden a un grupo de bacterias grampositivas que poseen forma redondeada y se encuentran agrupadas en racimos, semejantes a los de la uva.

Estas bacterias están presentes naturalmente en las personas sin que haya ningún signo de enfermedad. Sin embargo, cuando el sistema inmunitario está poco desarrollado, como en el caso de los recién nacidos, o está debilitado debido al tratamiento de quimioterapia o por edad avanzada, por ejemplo, las bacterias del género del género Staphylococcus pueden entrar en el organismo y causar la enfermedad.

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Principales especies

Los estafilococos son bacterias pequeñas e inmóviles dispuestas en racimos que pueden encontrarse naturalmente en las personas, principalmente en la piel y en las mucosas, sin causar ningún tipo de enfermedad. Buena parte de las especies de estafilococos son anaerobias facultativas, es decir, son capaces de crecer en ambiente con o sin oxígeno. 

Las especies de Staphylococcus pueden clasificarse en dos grupos de acuerdo con la presencia o la ausencia de la enzima coagulasa. De esta forma, las especies que poseen la enzima son denominadas coagulasa positiva, siendo el Staphylococcus aureus la única especie de este grupo, y las especies que no la poseen son llamadas coagulasa negativa, cuyas principales especies son Staphylococcus epidermidis y Staphylococcus saprophyticus.

1. Staphylococcus aureus

El Staphylococcus aureus, o S. aureus, es una especie de estafilococo que se encuentra normalmente en la piel y en las mucosas de las personas, principalmente en la boca y en la nariz, sin causar enfermedad. No obstante, cuando el sistema inmunitario se encuentra debilitado, el S. aureus puede entrar en el organismo y causar infecciones que pueden ser leves, como la foliculitis; o graves, como la sepsis, por ejemplo, las cuales pueden poner en riesgo la vida de la persona. 

Esta bacteria también puede encontrarse fácilmente en ambientes hospitalarios, pudiendo causar infecciones graves y difíciles de tratar debido a la resistencia adquirida del microorganismo a varios antibióticos. 

El Staphylococcus aureus puede entrar en el organismo por medio de heridas o agujas, principalmente en el caso de personas hospitalizadas, en aquellas que hacen uso de drogas inyectables o necesitan tomar inyecciones de penicilina regularmente, por ejemplo, pero también puede ser transmitida de persona a persona a través del contacto directo o por medio de pequeñas gotas presentes en el aire, provenientes de toses o estornudos. 

La identificación de la infección por Staphylococcus aureus es realizada por medio de exámenes microbiológicos que pueden ser realizados de cualquier secreción, ya sea de una herida, orina, saliva o sangre. Asimismo, la identificación de este microorganismo puede efectuarse por medio de la coagulasa, pues es la única especie de Staphylococcus que posee esta enzima, denominándose, por ende, coagulasa positivo. 

Principales síntomas: los síntomas de la infección por S. aureus varían de acuerdo con el tipo de infección, la forma de contagio y la condición de la persona. Así, puede haber dolor, enrojecimiento e hinchazón en la piel, cuando la bacteria prolifera en la piel; o fiebre alta, dolor muscular, dolor de cabeza y malestar general, lo cual normalmente es indicativo de que la bacteria está presente en la sangre. 

Cómo es realizado el tratamiento: el tratamiento de la infección por Staphylococcus aureus varía de acuerdo con su perfil de sensibilidad a los antibióticos, los cuales pueden variar según la persona y el hospital en el que se encuentre, si este fuera el caso. Asimismo, el médico toma en cuenta el estado de salud del paciente y los síntomas presentados, aparte de otras infecciones que puedan existir. Normalmente, el médico recomienda el uso de Meticilina, Vancomicina u Oxacilina de 7 a 10 días. 

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2. Staphylococcus epidermidis

El Staphylococcus epidermidis, o S. epidermidis, así como el S. aureus, está presente normalmente en la piel sin causar ningún tipo de infección. Sin embargo, el S. epidermidis puede ser considerado oportunista, pues es capaz de causar enfermedad cuando el sistema inmunitario se encuentra debilitado o poco desarrollado, como en el caso de los recién nacidos, por ejemplo. 

El S. epidermidis es uno de los principales microorganismos aislados en pacientes hospitalizados, pues está naturalmente en la piel, y su aislamiento suele considerarse como contaminación de la muestra. Sin embargo, el S. epidermidis ha sido relacionado con un gran número de infecciones en ambientes hospitalarios debido a su capacidad de colonizar dispositivos intravasculares, heridas grandes, prótesis y válvulas cardíacas, pudiendo ser asociado con la sepsis y con la endocarditis, por ejemplo. 

La capacidad de colonizar dispositivos médicos hace que este microorganismo se vuelva resistente a diversos antibióticos, lo que puede tornar más complicado el tratamiento de la infección y colocar en riesgo la vida de la persona. 

La confirmación de la infección por S. epidermidis ocurre cuando dos o más cultivos de sangre son positivos para este microorganismo. Asimismo, es posible diferenciar el S. aureus del S. epidermidis por medio de la prueba de la coagulasa, en la que el S. epidermidis no posee la enzima, siendo denominado coagulasa negativo. 

Principales síntomas: los síntomas de la infección por S. epidermidis normalmente surgen cuando la bacteria se encuentra en el torrente sanguíneo, pudiendo haber fiebre alta, dolor de cabeza, malestar, falta de aire o dificultad para respirar y disminución de la presión arterial, por ejemplo. 

Cómo es realizado el tratamiento: el tratamiento de la infección por S. epidermidis varía de acuerdo con el tipo de infección y las características del microorganismo aislado. En caso de que la infección esté relacionada con la colonización de dispositivos médicos, por ejemplo, es indicado el cambio del dispositivo, eliminando así la bacteria. 

Cuando la infección es confirmada, el médico también puede indicar el uso de antibióticos, como Vancomicina y Rifampicina, por ejemplo. 

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3. Staphylococcus saprophyticus

El Staphylococcus saprophyticus, o S. saprophyticus, así como el S. epidermidis, es considerado un estafilococo coagulasa negativo, razón por la que es necesaria la realización de otros exámenes para diferenciar estas dos especies, como por ejemplo la prueba de la novobiocina, que es un antibiótico al que el S. saprophyticus normalmente presenta resistencia y el S. epidermidis presenta sensibilidad. 

Esta bacteria puede encontrarse naturalmente en la piel y en la región genital sin causar ningún tipo de síntomas. No obstante, cuando hay un desequilibrio en la microbiota de la región genital, el S. saprophyticus puede causar infección urinaria, principalmente en mujeres, pues esta bacteria es capaz de adherirse a las células del sistema urinario en mujeres en edad reproductiva. 

Principales síntomas: los síntomas de la infección por S. saprophyticus son los mismos de una infección urinaria, presentándose dolor y dificultad para orinar, orina turbia, sensación de no poder vaciar por completo la vejiga y fiebre baja persistente. 

Cómo es realizado el tratamiento:el tratamiento de la infección por S. saprophyticus es realizado mediante antibióticos, como por ejemplo el Trimetoprima. Sin embargo, el tratamiento con antibióticos solo debe ser indicado por el médico ante la presencia de síntomas, pues en caso contrario puede favorecer al surgimiento de bacterias resistentes. 

4. Staphylococcus haemolyticus

El S. haemolyticus, también pertenece a la clasificación de estafilococos coagulasa negativos, encontrándose de forma natural en la piel, sin representar un riesgo para la persona. Sin embargo, cuando se tiene un sistema inmune debilitado, como en los casos de infecciones que requieren de hospitalización, el S. haemolyticus puede desarrollarse de forma anormal ocasionando complicaciones. La forma en como este estafilococo produce una infección se debe, en la mayoría de los casos, a la contaminación de materiales como, marcapasos, catéter para diálisis peritoneal, prótesis de válvulas cardíacas, catéteres venosos, por ejemplo. 

En algunos casos, como en las prótesis, el S. haemolyticus, puede generar una capa protectora que evita que los antibióticos que se utilizan con más frecuencia actúen sobre él, haciendo que la infección demore más tiempo en ser tratada, pudiendo generar complicaciones a corto plazo. Este microorganismo es responsable de la infección del pie diabético, en intervenciones quirúrgicas cardíacas y torácicas. 

Debido a que la contaminación de materiales es lo más frecuente, el tratamiento se centra en el retiro del dispositivo o material posiblemente infectado y el médico evaluará un posible cambio. Sin embargo, debido al riesgo y dificultad del procedimiento, puede optarse por el uso de antibióticos y considerar una segunda intervención a futuro. 

Principales síntomas: los síntomas de la infección por S. haemolitycus dependerán del material protésico infectado, pudiendo encontrarse, salida de pus, enrojecimiento, dolor, sensibilidad aumentada en el lugar donde se encuentra la prótesis y fiebre. 

Cómo es realizado el tratamiento:el tratamiento de la infección por S. haemolitycus es realizado mediante antibióticos a los cuales aún no tiene resistencia la bacteria, es decir, medicamentos que tienen un efecto antibiótico sobre este microorganismo, como linezolid y rifampicina, además de trimetroprim con sulfametoxazol y vancomicina, los cuales son evaluados por el médico para indicar la dosis adecuada dependiendo de la gravedad.