El síndrome de Munchausen, también llamado trastorno facticio, es una enfermedad mental en la que la persona simula síntomas o se provoca enfermedades, buscando atención médica constante y sometiéndose a pruebas y tratamientos innecesarios que ponen en riesgo su salud.
Quienes lo padecen suelen conocer procedimientos médicos, lo que les permite manipular los cuidados para ser hospitalizados o recibir tratamientos complejos, motivados principalmente por asumir el rol de paciente y obtener atención, más que por un problema de salud real.
Cuando los hijos son afectados, se denomina síndrome de Munchausen por poderes y se sospecha este trastorno cuando los síntomas no coinciden con los hallazgos clínicos, no hay mejoría con el tratamiento o surgen inconsistencias en la información que la persona proporciona a lo largo del tiempo.
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Cómo se manifiesta
Los signos más característicos que ayudan a identificar el síndrome de Munchausen incluyen:
- Visita repetida al hospital con relatos de síntomas de enfermedades que finalmente no se confirman mediante exámenes médicos, ya sean físicos, de imagen o de laboratorio;
- Historial médico y personal con poca o ninguna coherencia;
- Visitas a diferentes hospitales o consultas con varios médicos;
- Necesidad constante de realizar exámenes para diagnosticar la enfermedad;
- Ausencia de mejoría de los síntomas, incluso con el tratamiento adecuado.
El objetivo de la persona con el síndrome es convencer al equipo médico de realizar exámenes y procedimientos para tratar la enfermedad, por lo que suele estudiar a fondo la condición.
Esto le permite reproducir mejor los síntomas y discutirlos con el médico, aumentando la probabilidad de ser sometida a procedimientos médicos.
Síndrome de Munchausen por poderes
El síndrome de Munchausen por poderes es una forma grave de abuso infantil en la que un adulto, casi siempre la madre, inventa o provoca síntomas de enfermedad en un niño.
Estos menores suelen ser llevados repetidamente al hospital y, en muchos casos, son sometidos a estudios, cirugías o tratamientos innecesarios que ponen en riesgo su salud e incluso su vida.
La persona responsable se muestra como una madre dedicada y colaboradora, muchas veces con conocimientos médicos o experiencia en el área de la salud, lo que dificulta el diagnóstico del trastorno.
Sin embargo, detrás de esa imagen se esconden trastornos de personalidad como el límite, histriónico o narcisista, así como antecedentes de abuso en su propia infancia. Conozca más sobre el trastorno límite de la personalidad.
La motivación en el síndrome de Munchausen por poder no está relacionada con dinero, sino con necesidades emocionales, como llamar la atención del personal médico, sentirse importante frente a la familia o revivir experiencias traumáticas pasadas.
Las consecuencias para el niño son graves, la mortalidad puede alcanzar hasta un 9%, e incluso más en casos de envenenamiento.
Además, los menores pueden sufrir secuelas físicas por procedimientos médicos innecesarios y, con el tiempo, desarrollar problemas emocionales, de conducta o estrés postraumático.
Cómo se confirma el diagnóstico
Confirmar el diagnóstico del síndrome de Munchausen es muy difícil y suele tardar varios meses, en promedio entre 13 y 21 desde los primeros síntomas.
Esto ocurre porque la persona inventa enfermedades, exagera signos o entrega información falsa, lo que dificulta contar con una historia clínica confiable.
En el caso del sindrome de Munchausen por poder, una de las estrategias más utilizadas es la llamada “prueba de separación”, que consiste en observar si los síntomas desaparecen cuando el niño es atendido sin la presencia del cuidador. Si esto ocurre, la sospecha se hace más fuerte.
En la mayoría de los casos, quien provoca los síntomas es la madre biológica, quien generalmente tiene conocimientos médicos, se muestra muy colaboradora y sobreprotectora, lo que retrasa aún más la confirmación del diagnóstico.
Cómo se realiza el tratamiento
El tratamiento del síndrome de Munchausen depende del diagnóstico y de si existen otros problemas psicológicos como depresión, ansiedad, adicciones o trastornos de la personalidad.
La base es la psicoterapia y, en algunos casos, puede ser necesario el uso de medicamentos antidepresivos o antipsicotico para controlar los síntomas asociados.
Lea también: Antipsicóticos: para qué sirven, tipos y cómo usar tuasaude.com/es/antipsicoticosEn el caso del síndrome de Munchausen por poderes muchas veces la persona que causa el daño no acepta la enfermedad, niega los hechos y abandona el tratamiento, lo que hace muy difícil la prevención y aumenta el riesgo de que el abuso vuelva a ocurrir.
En estos casos, la atención principal se centra en el niño, que debe ser protegido de inmediato y separado del agresor para garantizar su seguridad.
También es importante que reciba apoyo psicológico para superar el trauma y recuperar la confianza en los adultos.
El síndrome de Munchausen requiere un abordaje en conjunto con médicos, psicólogos, psiquiatras, trabajadores sociales y autoridades legales, ya que se trata de una forma grave de maltrato infantil.