Sarampión: qué es, síntomas y cómo se cura

El sarampión es una enfermedad altamente contagiosa causada por un virus que ocasiona el surgimiento de síntomas como fiebre, tos persistente, goteo nasal, conjuntivitis y pequeñas manchas rojizas, las cuales comienzan a surgir cerca del cuero cabelludo y después van bajando, diseminándose por todo el cuerpo, y no pican ni causan molestias.

El tratamiento del sarampión es realizado con el objetivo de aliviar los síntomas, pues el organismo es capaz de eliminar el virus naturalmente, por lo que solo se recomienda reposo, hidratación y alimentación leve. Sin embargo, es importante consultar al médico para que sean dadas las orientaciones, principalmente en el caso de niños, que pueden necesitar suplementos de vitamina A.

La vacuna contra el sarampión es la mejor manera de prevenir la enfermedad. Esta forma parte del esquema de vacunación infantil y la primera dosis se recomienda a los 12 meses de edad. No obstante, si la vacuna no fue aplicada durante la infancia, es posible tomarla en cualquier fase de la vida, y en este caso se recomienda únicamente una dosis.

Niño con sarampión siendo evaluado por el médico

Principales síntomas

Los principales síntomas del sarampión incluyen:

  • Manchas rojizas en la piel que surgen primero en la cara y después se diseminan en dirección a los pies, y que no causan comezón;
  • Manchas blancas redondeadas en la parte interna de las mejillas;
  • Fiebre alta, por encima de los 38,5 °C;
  • Tos con flema;
  • Conjuntivitis e hipersensibilidad a la luz;
  • Goteo nasal;
  • Pérdida del apetito;
  • En ciertos casos, dolor de cabeza, dolor abdominal, dolor muscular, vómitos y diarrea.

Los síntomas del sarampión pueden surgir de 8 a 12 días después del contacto con el virus, y es importante que el tratamiento sea iniciado rápidamente para prevenir complicaciones. Conozca más sobre los síntomas de sarampión.

Test online de síntomas

Para saber cuál es la posibilidad de tener sarampión, seleccione los síntomas que presenta en el siguiente test:

  1. 1. Fiebre superior a 38 °C
  2. 2. Dolor de garganta y tos seca
  3. 3. Dolor muscular y cansancio excesivo
  4. 4. Manchas rojas en la piel, sin relieve, que se extienden por el cuerpo
  5. 5. Manchas rojas en la piel que no producen comezón
  6. 6. Manchas blancas en el interior de las mejillas, rodeadas cada una por un anillo rojo
  7. 7. Conjuntivitis o enrojecimiento de los ojos

Este test de síntomas es solo una herramienta de orientación, por lo que no sirve como diagnóstico ni sustituye la consulta con el infectólogo o médico general.

Cómo se realiza el diagnóstico

El diagnóstico del sarampión es llevado a cabo por el médico a partir de la evaluación de los signos y síntomas presentados por la persona. Asimismo, para confirmar el diagnóstico y descartar otras enfermedades que pueden presentar síntomas semejantes, es necesario realizar análisis de laboratorio.

El diagnóstico de laboratorio del sarampión consiste en la realización de una prueba serológica, normalmente a través de la técnica ELISA, que sirve para identificar anticuerpos específicos contra el virus (IgG e IgM) o antígenos, lo que puede ser realizado a partir del análisis de una muestra de orina, sangre, líquido cefalorraquídeo o secreciones orofaríngeas y nasofaríngeas.

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Asimismo, el diagnóstico también puede ser realizado por medio de la técnica de PCR, que tiene como objetivo identificar la presencia del virus en el organismo, así como su cantidad, y puede ser llevado a cabo en análisis de orina o secreciones orofaríngeas y nasofaríngeas.

Cómo ocurre la transmisión

El contagio del sarampión ocurre principalmente a través del aire, cuando una persona infectada tose o estornuda, pues las pequeñas gotas liberadas pueden contener partículas virales capaces de transmitir la enfermedad.

Asimismo, el virus puede permanecer en superficies durante un máximo de 2 horas, por lo que el contacto con superficies contaminadas también podría considerarse como una vía de transmisión del sarampión.

El período donde hay una mayor probabilidad de que el virus sea transmitido comprende 2 días antes y después del surgimiento de las manchas rojas en la piel.

Cómo se cura

El tratamiento del sarampión consiste en reducir los síntomas a través de reposo, hidratación adecuada y uso de medicamentos para bajar la fiebre. Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) también recomienda la suplementación con vitamina A en todos los niños diagnosticados con sarampión, que debe ser llevada a cabo de acuerdo con la edad del niño y siguiendo las orientaciones del pediatra y/o nutricionista.

Por lo general, la persona con sarampión se recupera completamente, alcanzando la cura alrededor de 10 días después del inicio de los síntomas.

En caso de que sea evidente una infección bacteriana asociada, como infección de oído o neumonía bacteriana, que son complicaciones comunes del sarampión, puede ser indicado el uso de antibióticos. Vea más detalles sobre el tratamiento del sarampión.

Posibles complicaciones

En la mayor parte de los casos, los síntomas del sarampión desaparecen sin dejar ningún tipo de secuela. Sin embargo, en el caso de personas con el sistema inmune debilitado, existen más posibilidades de desarrollar complicaciones, como obstrucción de las vías aéreas, neumonía, encefalitis, infección de oído, ceguera y diarrea grave, que puede resultar en deshidratación.

De esta manera, para prevenir el desarrollo de complicaciones, es importante que el médico general o infectólogo sea consultado tan pronto como surjan los primeros signos y síntomas de sarampión.

Cómo prevenir

La mejor forma de prevenir el sarampión es a través de la vacunación contra la enfermedad, cuya primera dosis se recomienda a los 12 meses de edad; sin embargo, existen algunos cuidados simples que también pueden ayudar, tales como:

  • Lavar las manos frecuentemente, en especial después de entrar en contacto con personas infectadas;
  • Evitar tocarse los ojos, nariz o boca con las manos sucias;
  • Evitar estar en sitios cerrados con mucha gente;
  • Evitar el contacto directo con personas infectadas, como besos, abrazos o intercambio de cubiertos.

El aislamiento de la persona infectada es otra forma efectiva de impedir el contagio de la enfermedad, aunque solo la vacunación es realmente eficaz. Por esta razón, en caso de que una persona sea diagnosticada con sarampión, todos los que mantienen contacto cercano con ella, como los padres y hermanos, deben ser vacunados, si aún no lo han sido, y el paciente debe quedarse en casa guardando reposo, sin ir a la escuela o al trabajo para no contagiar a otras personas.

Vacuna del sarampión

Generalmente, la vacuna del sarampión es aplicada a los 12 meses de edad, con un refuerzo entre los 15 y 24 meses.

En el caso de la vacuna tetraviral, son indicadas dos dosis, siendo la primera aplicada a partir de los 12 meses. La vacuna del sarampión puede tomarse mediante la vacuna exclusiva para el sarampión o a través de las vacunas combinadas, que incluyen:

  • Vacuna triple viral: contra sarampión, paperas y rubéola;
  • Vacuna tetraviral: contra sarampión, paperas, rubéola y varicela;

Cualquier persona que no haya recibido la vacuna puede ser vacunada. La vacuna contra el sarampión también puede administrarse a personas que hayan estado expuestas al virus, como los padres no vacunados que tienen un hijo con sarampión. En estos casos, para que la vacuna sea efectiva, debe administrarse dentro de los 3 días posteriores a la aparición de los síntomas en la persona con la que tuvieron contacto. Vea más sobre la vacuna del sarampión.

Vea todo sobre el virus del sarampión en el vídeo a continuación:

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