Salpingitis: qué es, principales síntomas y tratamiento

Actualizado en agosto 2020

La salpingitis es una inflamación que ocurre a nivel de las trompas de falopio, que en la mayoría de los casos es ocasionada por una infección bacteriana de transmisión sexual, como la clamidia y la gonorrea. Sin embargo, también puede estar relacionada con la colocación de un DIU o como consecuencia de una cirugía ginecológica, por ejemplo.

Esta situación es muy incómoda para las mujeres, ya que es común que presenten dolor abdominal y durante el contacto íntimo, sangrados fuera del período menstrual y fiebre, en algunos casos. Por ello, es importante que en cuanto aparezcan los primeros síntomas indicativos de salpingitis, la mujer acuda al ginecólogo para que diagnostique el problema e indique el tratamiento más adecuado.

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Principales síntomas

Los síntomas de la salpingitis suelen surgir después del período menstrual en mujeres sexualmente activas y pueden ser bastante incómodos, siendo los principales: 

  • Dolor abdominal;
  • Alteraciones del color o el olor del flujo vaginal;
  • Dolor durante el contacto íntimo;
  • Sangrado fuera del período menstrual;
  • Dolor al orinar;
  • Fiebre superior a 38º C;
  • Dolor en la parte baja de la espalda;
  • Ganas de orinar frecuente;
  • Náuseas y vómitos.

En algunos casos los síntomas pueden ser persistentes, es decir, durar mucho tiempo, o aparecer con frecuencia después del período menstrual, siendo este tipo de salpingitis crónica.

Principales causas de la salpingitis

La salpingitis se presenta principalmente como consecuencia de infecciones de transmisión sexual (ITS), estando asociada principalmente a la infección por Chlamydia trachomatis y Neisseria gonorrhoeae, que logran llegar a las trompas y ocasionar la inflamación.

Además, las mujeres que usan el dispositivo intrauterino (DIU) también tienen más probabilidades de desarrollar salpingitis, al igual que las mujeres que se han sometido a una cirugía ginecológica o que tienen múltiples parejas sexuales.

Otra situación que aumenta el riesgo de salpingitis es la Enfermedad Inflamatoria Pélvica (EIP), que suele ocurrir cuando la mujer tiene infecciones vaginales no tratadas, por lo que las bacterias relacionadas con la infección pueden llegar a las trompas y causar la salpingitis.

Conozca más sobre la EIP.

Cómo se realiza el diagnóstico

El diagnóstico de la salpingitis es realizado por el ginecólogo a través de la evaluación de los signos y síntomas que la mujer presenta y de los análisis de laboratorio que incluyen una hematología completa, medición de la proteína C reactiva (PCR) y un análisis microbiológico de la secreción vaginal, ya que en la mayoría de los casos la salpingitis está relacionada con una infección bacteriana. 

Además de esto, el médico también podría indicar la realización de un examen pélvico llamado histerosalpingografía. Este es un examen de imagen que permite visualizar las trompas de falopio e identificar signos indicativos de inflamación. Vea más sobre este examen.

Es importante que el diagnóstico se haga lo más pronto posible, para que se pueda iniciar el tratamiento y evitar complicaciones como: esterilidad, embarazo ectópico o una infección generalizada. Por esto, es importante que las mujeres acudan al ginecólogo con frecuencia, así no hayan síntomas de alguna enfermedad, para que se realicen los exámenes ginecológicos de rutina que permitan diagnosticar cualquier inconveniente a tiempo.

Conozca cuáles son los principales exámenes ginecológicos de rutina.

Cómo tratar la salpingitis

La inflamación en las trompas tiene cura, siempre y cuando el tratamiento se realice bajo la orientación del ginecólogo, el cual suele indicar el uso de antibióticos durante 7 días aproximadamente. Además de esto, se recomienda que la mujer no tenga relaciones sexuales durante el tratamiento, incluso utilizando preservativo, también se debe evitar el uso de duchas vaginales y se debe mantener la región siempre limpia y seca.

En los casos más graves, puede ser necesario realizar una cirugía para retirar las trompas y otras estructuras que puedan haber sido afectados con la infección, como los ovarios o el útero.