12 tipos de quistes (y cómo es el tratamiento)

Actualizado en octubre 2022

Los quistes son sacos que pueden tener contenido líquido, sustancias semisólidas o gaseosas, los cuales pueden desarrollarse en cualquier lugar del cuerpo, siendo más común en mama, tiroides, ovarios, hígado o articulaciones, por ejemplo.

Los quistes son, en la mayoría de los casos, benignos, no causando síntomas. Sin embargo, dependiendo de su tamaño y localización, puede causar dolor o malestar, rigidez en la zona, sensibilidad o presencia de un bulto sobre la piel.

El desarrollo de los quistes puede presentarse debido a infecciones, traumatismos, obstrucción de las glándulas sebáceas o incluso por una cuestión de genética, y normalmente no requieren tratamiento. Sin embargo, cuando producen síntomas, presentan características que hacen sospechar de gravedad, puede ser necesaria una aspiración con aguja o removidos con cirugía.

Imagem ilustrativa número 1

Existen varios tipos de quistes, los cuales deben ser evaluados e identificados por el médico, siendo los principales:

1. Quiste ovárico

El quiste de ovario puede surgir dentro o alrededor del ovario y, en la mayoría de las veces, es benigno, desapareciendo después de algunos meses sin requerir tratamiento, no representando ningún riesgo para la salud de la mujer. Sin embargo, dependiendo de su tamaño puede causar síntomas como dolor en la zona pélvica, menstruación irregular o sangrado fuera del período menstrual.

Generalmente, este tipo de quiste surge debido a alteraciones hormonales presentes a lo largo del ciclo menstrual, embarazo, menopausia o como consecuencia del uso de algunos medicamentos hormonales.

Tratamiento: en la mayoría de los casos de quiste ovárico no es necesario ningún tipo de tratamiento, pudiendo desaparecer espontáneamente, siendo necesario consultar al ginecólogo regularmente para evaluar su desarrollo.

Sin embargo, en los casos en que el quiste crece demasiado y causa síntomas, cuando hay riesgo de que se rompa o torsión, o cuando se observan signos de malignidad durante la realización del ultrasonido, el ginecólogo puede indicar la realización de cirugía para remover el quiste, además del uso de anticonceptivos orales, para evitar que el quiste continúe creciendo; analgésicos para aliviar los síntomas. Vea más detalles del tratamiento para el quiste de ovario.

2. Quiste de Naboth

El quiste de Naboth puede desarrollarse en el cuello uterino debido a la acumulación de moco producido por las glándulas de Naboth, la cuales se obstruyen e impiden el paso del moco.

Estos quistes son comunes en mujeres en edad fértil y no son motivo de preocupación, ya que suelen ser benignos.

Tratamiento: a pesar de que el quiste de Naboth no sea motivo de preocupación, el ginecólogo puede indicar la realización de electrocauterización, principalmente en los casos en que no se identifiquen varios quistes de Naboth, ya que puede alterar la anatomía del útero. Conozca más sobre el quiste de Naboth y cómo se diagnostica.

3. Quiste de Baker

El quiste de Baker se forma en la articulación de la rodilla y se observa como un pequeño bulto en la parte trasera de la rodilla.

Este quiste se produce debido a la acumulación de líquido en la articulación lo cual puede presentarse como consecuencia de artrosis, lesión en el menisco, artritis reumatoide o gota, pudiendo causar dolor y rigidez en la zona del quiste, dificultando el movimiento de la rodilla.

Tratamiento: normalmente este tipo de quiste no necesita tratamiento, sin embargo, en los casos en que hay dolor puede recomendarse fisioterapia, aspiración del líquido o cirugía, las cual está indicada cuando el quiste se rompe.

4. Quiste sebáceo

El quiste sebáceo es una especie de bulto que se forma debajo de la piel, formado por queratina y otros materiales derivados de la piel, también llamado sebo, de color blanco, aspecto semisólido y suave al toque. Este quiste suele formarse después de traumas en la piel o dentro de folículos pilosos, es benigno y no necesita tratamiento.

Tratamiento: el tratamiento puede indicarse cuando causa malestar, crece mucho o produzca dolor debido a una inflamación o infección, siendo recomendado en estos casos la realización de un pequeño procedimiento quirúrgico. Conozca más sobre el tratamiento del quiste sebáceo.

5. Quiste renal

El quiste simple renal normalmente es benigno y no suele producir síntomas, por lo que sólo es necesario un acompañamiento médico.

Sin embargo, en caso de que el ultrasonido muestre signos de sospecha de una lesión grave, como un absceso o cáncer, el médico indicará una evaluación más profunda, por medio de tomografía, resonancia magnética y, en caso de ser necesario, una punción para el análisis de su contenido.

Tratamiento: el tratamiento para el quiste renal puede variar de acuerdo al tamaño, cantidad de quistes identificados y síntomas presentados por la persona, pudiendo indicarse el uso de medicamentos y cirugía para remover el quiste o el riñón, en caso de que haya varios quistes. Vea cuáles son los síntomas que puede producir un quiste renal.

6. Quiste pilonidal

El quiste pilonidal se caracteriza por un ser una especie de bolsa con contenido de material de glándulas sebáceas y sudoríparas, además de restos de piel y vellos, el cual se desarrolla generalmente entre la parte baja de la espalda y los glúteos, generando síntomas como dolor, hinchazón, calor y fisuras en la piel.

Tratamiento: la principal forma de tratamiento del quiste pilonidal es por medio de un procedimiento quirúrgico.

7. Quiste de Bartolino

El quiste de bartolino se produce por una obstrucción de la glándula de bartolini, la cual se localiza en la parte anterior de la vagina, la cual tiene como función lubricarla durante el contacto íntimo.

Este quiste generalmente es no produce dolor ni otros síntomas, y puede desaparecer sin necesidad de tratamiento.

Tratamiento: la mayoría de los casos no es necesario realizar tratamiento para el quiste de Bartolino, sin embargo cuando se identifican signos de inflamación o infección del quiste, el ginecólogo puede indicar el uso de antiinflamatorios, antibióticos o incluso, cirugía. Conozca más detalles sobre el tratamiento para quiste de bartolino.

8. Quiste sinovial

El quiste sinovial es un tumor benigno, lleno de líquido transparente el cual se forma junto a las articulaciones, principalmente en la muñeca, así como en las rodillas, tobillos o pies.

A pesar de que no se conocen con exactitud las causas, puede estar asociado a traumatismo, lesiones por esfuerzo repetido o defectos en la articulación, a pesar de que no en todos los casos produce síntomas, puede haber dolor, pérdida de la fuerza y sensibilidad en la zona, además de no ser visualmente atractivo.

Tratamiento: este quiste puede desaparecer por sí solo, sin embargo, en caso de que tenga un gran tamaño, el médico puede prescribir antiinflamatorios y la realización de aspiración del líquido, en algunos casos. Conozca más sobre los síntomas del quiste sinovial y cuándo es necesario el tratamiento.

9. Quiste aracnoideo

El quiste aracnoideo es una colección de líquido cefalorraquídeo entre las membranas que recubren al cerebro, siendo en la mayoría de las veces una condición congénita, es decir, que cuando el bebé nace ya tiene esta condición, también puede presentarse por lesiones cerebrales, tumores o infecciones, como meningitis. Normalmente estos quistes son asintomáticos, sin embargo, en caso de que aumenten de tamaño pueden ocasionar daños en el cerebro, necesitando de tratamiento.

Tratamiento: el tratamiento para el quiste aracnoide se realiza por medio de cirugía cuyo tipo puede variar de acuerdo a los síntomas presentados por la persona, edad, localización y tamaño del quiste.

10. Quiste hepático

El quiste simple de hígado, en la mayoría de los casos no produce síntomas o algún otro tipo de alteración en el cuerpo. Además, no suele ser grave y no es señal de cáncer, pero es importante que se lleve un acompañamiento médico regular para que se identifique cualquier tipo de alteración en el tamaño o el surgimiento de señales de malignidad.

Tratamiento: el tratamiento para el quiste de hígado puede variar de acuerdo a la causa y al tipo, pudiendo indicarse la realización de cirugía para removerlo o, en lo casos más graves, retirar una parte del hígado o incluso hacer un trasplante de este órgano. Conozca los principales tipos de quiste en el hígado.

11. Quiste de mama

Los quistes de mama normalmente no producen síntomas y suelen ser benignos. A pesar de que pueden surgir a cualquier edad, los quistes de mama son más comunes en mujeres entre 40 y 50 años de edad y de contenido líquido.

Tratamiento: en la mayoría de los casos, es necesario un acompañamiento médico inicial, sin embargo, cuando hay manifestación de dolor, malestar, crecimiento o cuando se presentan otras manifestaciones sugestivas de malignidad, debe ser puncionado por el médico para un mejor análisis de su contenido. Conozca más sobre cuándo el quiste de mama puede convertirse en cáncer.

12. Quiste cerebral

El quiste en el cerebro puede ser causado por infecciones parasitarias, como en el caso de la solitaria, trasmitida por la ingesta de agua o de alimentos como vegetales, frutas o verduras contaminadas con los huevos de Taenia solium.

Cuando las larvas de este parásito llegan al cerebro, pueden formar quistes, siendo conocido como neurocisticercosis, causando presión en el cerebro e hidrocefalia, además de síntomas como vómitos, dolor de cabeza o somnolencia.

Tratamiento: se debe consultar a un médico general o infectólogo para que solicite los exámenes para confirmar los quistes en el cerebro e iniciar el tratamiento que normalmente se realiza con medicamentos antiparasitarios, como praziquantel o albendazol, para eliminar los parásitos; corticoides, para reducir la inflamación en el cerebro; anticonvulsivos, e incluso, la aplicación de un drenaje o shunt para drenar el exceso de líquido el cerebro.

Posibles causas

El quiste puede producirse por varios factores dependiendo del tipo y lugar de desarrollo. Algunas de las causas más comunes son:

  • Infecciones;
  • Defectos en el desarrollo fetal;
  • Factores genéticos;
  • Tumores;
  • Defectos en las células;
  • Enfermedades inflamatorias;
  • Obstrucción de las glándulas;
  • Alteraciones hormonales;
  • Embarazo.

En algunos casos, los quistes también pueden desarrollarse por lesiones o traumatismos en los tejidos de la zona afectada, siendo común que surjan en la región articular, por ejemplo.

¿Los quistes pueden convertirse en cáncer?

Generalmente los quistes son nódulos benignos y pueden desaparecer incluso sin tratamiento. Sin embargo, se debe mantener una vigilancia médica, ya que en algunos casos pueden crecer demasiado o presentar características sospechosas, como ser de contenido sólido, lo cual debe investigarse para indicar el mejor tratamiento.