Apraxia: qué es, síntomas, tipos y tratamiento

Actualizado en julio 2023

La apraxia es una alteración neurológica que presenta dificultad para hacer tareas y/o acciones que antes la persona conseguía realizar, como caminar, hablar y utilizar herramientas u objetos, por ejemplo.

Esta condición es causada por alteraciones en las áreas del cerebro relacionadas con el movimiento, pudiendo ser consecuencia de un ACV, algunos tipos de demencia, como enfermedad de Alzheimer y la demencia vascular, traumatismos craneanos o tumores.

En caso de sospechar de apraxia, es recomendado consultar a un neurólogo, y aunque no exista un tratamiento específico, puede ser indicada la realización de secciones de fisioterapia, terapia ocupacional y/o fonoaudiología, dependiendo de las dificultades presentadas.

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Principales síntomas

Los principales síntomas de apraxia son:

  • No conseguir utilizar herramientas u objetos adecuadamente;
  • Incapacidad para imitar y/o hacer mímica de gestos;
  • No poder realizar tareas en secuencias de orden correcta;
  • Dificultad para realizar tareas que exigen un control motor preciso;
  • Alteraciones en el habla, como errores en la pronunciación, cambios en los sonidos, tonos de voz o en el ritmo de la conversación;
  • Dificultad para caminar, pudiendo arrastrar los pies en el piso a cambio de levantarlos.

Con esta alteración la persona puede tener dificultad para realizar tareas simples como agarrar o dar vuelta una moneda encima de la mesa, abrir una puerta cerrada, ajustar un tornillo o llenar un vaso con una jarra de agua, por ejemplo

Además de eso, es común que la persona con apraxia no sea consciente de su dificultad, que normalmente es percibida por los familiares y amigos cercanos y puede perjudicar en la realización de sus tareas diarias.

Cómo confirmar o diagnóstico

El diagnóstico de apraxia es realizado por el neurólogo, teniendo en cuenta los síntomas y las alteraciones identificadas en el examen neurológico, en el cual el médico puede pedir a la persona que realice y nombre tareas o gestos específicos para identificar alteraciones en su ejecución, por ejemplo.

Además, es común que el médico también indique exámenes, como resonancia magnética o tomografía computarizada, para identificar la causa de las alteraciones observadas en el examen neurológico.

Tipos de apraxia

Dependiendo de las tareas y acciones afectadas, la apraxia puede clasificarse en tipos como:

1. Apraxia ideomotora

La apraxia ideomotora, o constitucional, es el tipo más común de apraxia. Puede afectar cualquier parte del cuerpo y se caracteriza por la realización de movimientos incorrectos e imprecisos al imitar o hacer mímica de tareas y/o gestos específicos.

2. Apraxia del habla

La apraxia del habla, también conocida como apraxia verbal, afecta la planificación de los movimientos necesarios para producir el habla correctamente. Aunque la persona sabe exactamente lo que quiere decir, puede cometer errores de pronunciación o hablar a un ritmo anormal, por ejemplo.

3. Apraxia de la marcha

La apraxia de la marcha es común en personas con algún tipo de demencia, especialmente la demencia vascular. Este tipo de apraxia provoca dificultad para caminar, pudiendo hacer que la persona no pueda levantar los pies del suelo, por ejemplo.

Principales causas

Las principales causas de apraxia son:

  • Accidente cerebrovascular (ACV);
  • Traumatismo craneoencefálico;
  • Esquizofrenia;
  • Esclerosis múltiple;
  • Demencias, como la enfermedad de Alzheimer;
  • Tumores cerebrales.

La apraxia se desarrolla debido al mal funcionamiento de áreas cerebrales responsables de la memoria, planificación y ejecución de movimientos aprendidos, lo que hace que la persona sea incapaz de realizar tareas con las que estaba familiarizada de forma correcta.

Cómo se realiza el tratamiento

No existe un tratamiento específico para la apraxia, el cual es realizado por medio de terapias de rehabilitación, como fisioterapia, terapia ocupacional o fonoaudiologia, dependiendo de las dificultades de cada persona.

Asimismo, en los casos de que exista un tratamiento específico para sus causas, la apraxia puede mejorar en la medida que la enfermedad pueda ser controlada.