Pólipos nasales: qué son, síntomas y tratamiento

Actualizado en julio 2020

Los pólipos nasales son crecimientos anormales de tejido en el revestimiento de la nariz, los cuales se asemejan a pequeñas uvas o lágrimas adheridas al interior de la misma. Aunque algunos puedan desarrollarse en el inicio de la nariz y ser visibles, la mayoría crece en los conductos internos o en los senos paranasales, razón por la que no son observables, pero pueden ocasionar el surgimiento de síntomas como rinitis constante, sensación de nariz congestionada o dolor de cabeza persistente, por ejemplo. 

Mientras algunos pólipos pueden no causar ningún signo ni síntoma y pueden ser identificados por casualidad durante un examen rutinario de la nariz, otros causan varios síntomas y pueden precisar de ser removidos a través de cirugía. 

De esta forma, siempre que exista sospecha de pólipos nasales, es aconsejado consultar a un otorrinolaringólogo para confirmar el diagnóstico e iniciar el tratamiento para aliviar los síntomas. 

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Principales síntomas

Uno de los síntomas más característicos del pólipo nasal es el surgimiento de una sinusitis crónica que demora más de 12 semanas en desaparecer, no obstante, otros síntomas pueden incluir:

  • Rinitis constante;
  • Sensación de nariz congestionada;
  • Disminución de la capacidad olfativa y del gusto;
  • Dolor de cabeza frecuente;
  • Sensación de pesadez en el rostro;
  • Ronquidos mientras se duerme. 

También existen varios casos en los que los pólipos nasales son muy pequeños y, por esta razón, no causan ningún tipo de alteración, no provocando síntomas. En estos casos, los pólipos generalmente son identificados durante exámenes de rutina en la nariz o en las vías respiratorias. 

Cómo confirmar el diagnóstico

El otorrinolaringólogo puede sugerir la existencia de un pólipo nasal únicamente por medio de los síntomas relatados por la persona; no obstante, la mejor manera de confirmar el diagnóstico es realizando pruebas, como endoscopia nasal o tomografía computarizada. 

Antes de esto, y en caso de que la persona presente sinusitis crónica, el médico puede solicitar primero una prueba de alergias, pues es más fácil de llevar a cabo y ayuda a descartar una de las causas más comunes. Conozca cómo son realizadas las pruebas de alergia

¿Los pólipos nasales pueden convertirse en cáncer?

Los pólipos nasales siempre son crecimientos de tejido benigno, es decir, sin células cancerígenas; por esta razón, no pueden convertirse en cáncer. Sin embargo, esto no significa que la persona no pueda desarrollar un cáncer en el aparato respiratorio, especialmente si es fumadora. 

Posibles causas

Los pólipos son más frecuentes en personas que tienen problemas respiratorios que causan irritación constante de la mucosa nasal. De esta forma, algunas causas que aumentan el riesgo de tener un pólipo incluyen:

  • Sinusitis;
  • Asma;
  • Rinitis alérgica;
  • Fibrosis quística.

No obstante, también existen varios casos en los cuales los pólipos surgen sin ningún tipo de antecedente de alteraciones en el sistema respiratorio, pudiendo incluso estar relacionados con una tendencia hereditaria. 

Cómo es realizado el tratamiento

El tratamiento para el pólipo nasal generalmente es realizado con la finalidad de aliviar los síntomas provocados por la sinusitis constante. Por lo tanto, el médico puede recomendar el uso de corticoides nasales en aerosol, como Fluticasona o Budesónida, por ejemplo, que deben ser aplicados de 1 a 2 veces al día para disminuir la irritación del revestimiento de la nariz. Conozca más sobre las posibles formas de tratamiento de la sinusitis

No obstante, en los casos donde no existe mejoría de los síntomas, incluso después de algunas semanas de tratamiento, el otorrinolaringólogo puede indicar la realización de una cirugía para retirar los pólipos. 

Cómo es realizada la cirugía

La cirugía para remover los pólipos nasales normalmente es realizada bajo anestesia general o local, mediante la realización de incisiones en la piel y/o en la mucosa de la boca o utilizando un endoscopio, que es un tubo delgado y flexible que es introducido a través de la abertura de la nariz hasta la zona de los pólipos. Puesto que el endoscopio cuenta con una cámara en la punta, el médico es capaz de observar la región y remover los pólipos con ayuda de un pequeño instrumento de corte ubicado en el extremo del tubo. 

Luego de la cirugía, el médico por lo general receta algunos aerosoles antiinflamatorios y con corticoides que deben ser aplicados para evitar que el pólipo pueda surgir nuevamente, siendo necesario, de esta forma, volver a realizar la cirugía. Asimismo, puede incluso aconsejarse el lavado nasal con suero fisiológico para estimular la cicatrización.