Pericoronaritis: síntomas, causas y tratamiento

Actualizado en septiembre 2021

La pericoronaritis o pericoronitis es una situación en la que hay inflamación, acompañada o no de infección, de la encía que recubre parcialmente un diente, originando dolor, hinchazón local y mal aliento. Aunque la pericoronaritis puede presentarse en cualquier diente, es más común que se observe en los terceros molares, popularmente conocido como muelas del juicio.

Esta afección ocurre principalmente por la acumulación de restos de alimentos en la región y, por ser muchas veces de difícil acceso, el cepillado de los dientes no es suficiente para removerlos. Así, favorece la proliferación de bacterias, originando inflamación e infección.

El tratamiento para la pericoronaritis se realiza según las indicaciones del odontólogo, el cual generalmente recomienda el uso de medicamentos antiinflamatorios y analgésicos para aliviar el dolor y, cuando no hay signos de infección, puede ser recomendado la eliminación del exceso de encía o de la muela del juicio.

Imagem ilustrativa número 1

Principales síntomas

Los síntomas de la pericoronaritis están principalmente relacionados con el nacimiento de las muelas del juicio y, por consiguiente, suelen aparecen a partir de los 20 años, siendo los principales:

  • Dolor leve o que se irradia a los oídos o la cabeza;
  • Hinchazón local;
  • Mal aliento;
  • Sangrado de las encías;
  • Dificultad para masticar o tragar;
  • Aumento de tamaño de los ganglios del cuello;
  • Malestar;
  • Fiebre baja.

El diagnóstico de la pericoronaritis lo realiza el odontólogo a partir del análisis de los síntomas presentados por la persona, así como la evaluación de la encía y de exámenes de imagen, en los que se observa la posición de los dientes en el arcada dental, además del sitio y la posición de crecimiento de la muela del juicio, lo que ayuda al odontólogo a definir la mejor forma de tratamiento.

Posibles causas

La pericoronaritis está principalmente relacionada con el nacimiento del tercer molar, pues el hecho del diente estar retenido parcialmente provoca inflamación de la región alrededor del diente, además de tornar la higiene más difícil, impidiendo que los alimentos acumulados en la zona sean totalmente eliminados, lo que favorece la proliferación de bacterias y la formación de placa, por ejemplo.

Asimismo, otras situaciones que pueden causar pericoronaritis son falta de higiene o higiene bucal inadecuada, presencia de placa dental entre la corona del diente y la encía y traumatismo en los tejidos blandos que recubren la corona del diente.

Cómo se realiza el tratamiento

El tratamiento para la pericoronaritis se realiza de acuerdo con la orientación del odontólogo y puede variar según la gravedad de la inflamación. De forma general, se indica el uso de antiinflamatorios y analgésicos para reducir la hinchazón y aliviar el dolor, como el ibuprofeno y el paracetamol, por ejemplo. Además, cuando hay signos de infección, el odontólogo puede recomendar el uso de antibióticos para combatirla, como amoxicilina, por ejemplo.

En aquellas situaciones en que la pericoronaritis está relacionada con el tercer molar, después de la desaparición de los signos inflamatorios e infecciosos, puede estar indicado por el odontólogo la extracción de la muela o la realización de gingivectomía, que consiste en eliminar el exceso de encía, lo que, en ciertas situaciones, facilita la salida del diente.

El tratamiento de la pericoronaritis normalmente dura pocos días, sin embargo, en caso de que no sea llevado a cabo de la manera correcta o si la higienización de los dientes no es realizada o es realizada de forma incorrecta, puede haber complicaciones, como infecciones graves, por ejemplo, que pueden prolongar el tiempo de tratamiento.

Opciones de tratamiento casero

El tratamiento casero puede ser realizado con el fin de aliviar los síntomas, no obstante, este no reemplaza las indicaciones del odontólogo. Para aliviar la hinchazón y los dolores, se puede aplicar una compresa fría en la región durante alrededor de 15 minutos.

Asimismo, se pueden realizar enjuagues con agua tibia y sal, ya que ayudan a combatir posibles agentes infecciosos y acelerar el proceso de cicatrización, pero solo debe ser realizado de acuerdo con la indicación del dentista, pues, en caso contrario, puede agravar el cuadro clínico de la persona.