Pericarditis: qué es, síntomas y tratamiento

Actualizado en abril 2023

La pericarditis es la inflamación de la membrana que recubre el corazón, también conocida como pericardio, que causa síntomas como dolor muy intenso en el pecho que empeora con la respiración profunda, dolor en el hombro y tos persistente. 

Normalmente, la pericarditis es causada por infecciones, como resfriados, gripes, tuberculosis o enfermedades autoinmunes, como lupus y artritis reumatoide. Sin embargo, es común que no se identifique la causa.

En caso de sospecha de pericarditis, se recomienda acudir al servicio de urgencias para una evaluación. Cuando se confirma el diagnóstico, el tratamiento puede incluir medicamentos como antiinflamatorios, colchicina o antibióticos y, en los casos más graves, puede ser necesario tratamiento en el hospital.

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Principales síntomas

Los principales síntomas de pericarditis incluyen:

  • Dolor en el pecho;
  • Dificultad para respirar;
  • Palpitaciones;
  • Fiebre;
  • Cansancio;
  • Tos persistente;
  • Hinchazón abdominal o de las piernas.

Normalmente, el dolor en el pecho causado por la pericarditis empeora cuando la persona respira profundamente o tose y tiende a mejorar al sentarse, inclinarse o llevar el tronco al frente. Además, también es común que el dolor afecte la parte superior de la espalda, cuello u hombro.

Diferencia entre miocarditis y pericarditis

La miocarditis es la inflamación del miocardio, que es el músculo cardíaco, mientras que la pericarditis es la inflamación del pericardio, una membrana que reviste al corazón.

Ambas condiciones causan síntomas semejantes y normalmente son distinguidas por medio de exámenes como radiografías, ecocardiograma y electrocardiograma. Conozca mejor qué es la miocarditis.

Posibles causas

Las principales causas de pericarditis son:

  • Infecciones por microorganismos como virus y bacterias;
  • Enfermedades autoinmunes, como lupus eritematoso sistémico y artritis reumatoide;
  • Alteraciones del metabolismo, como acumulación de la urea en la sangre;
  • Golpes en el tórax, que pueden causar lesión al pericardio;
  • Infarto, debido a la respuesta inflamatoria al daño causado por el infarto al corazón;
  • Uso de algunos medicamentos, como isoniazida e hidralazina;
  • Cáncer, especialmente en caso de metástasis.

Sin embargo, es común que no sea posible identificar una causa específica para la pericarditis, principalmente cuando no hay otros síntomas, como fiebre o falta de aire, antecedente de enfermedades, accidentes y uso reciente de medicamentos.

Pericarditis y COVID-19

Aunque es raro, la pericarditis puede ser consecuencia del COVID-19 y se cree que es causada por la respuesta inflamatoria intensa del cuerpo para combatir  la infección y la inflamación del corazón causada por el virus.

Vacunación contra COVID-19

El riesgo de pericarditis después de la vacuna COVID-19 es bajo, siendo que esta es más frecuente en hombres jóvenes y después de la segunda dosis de vacunas hechas con mRNA, como Pfizer y Moderna.

Además de que el riesgo es bajo, las personas que tienen pericarditis después de la vacuna, normalmente presentan síntomas leves y se recuperan rápidamente. Por eso, la vacunación continúa siendo recomendada por organismos de salud como la OMS. Vea las principales secuelas del COVID-19.

Como confirmar o diagnóstico

El diagnóstico de pericarditis es realizado por el cardiólogo o médico general tomando en consideración los síntomas presentes y resultados de exámenes como el electrocardiograma y ecocardiograma.

Además, el médico también puede indicar otros exámenes como hemograma, tomografía computarizada o resonancia magnética para confirmar el diagnóstico.

Cómo se realiza el tratamiento

El tratamiento de la pericarditis puede realizarse con el uso de antiinflamatorios, como ibuprofeno o naproxeno, por hasta 2 semanas, y colchicina, que puede indicarse durante 3 a 6 meses, especialmente en los casos de pericarditis viral o cuando no se identifica una causa específica.

Además, dependiendo de la causa de la pericarditis, también pueden indicarse otros medicamentos, como antibióticos, diuréticos, corticoides o quimioterápicos,. Asimismo, se puede indicar hemodiálisis en caso de pérdida grave de la función renal o cirugía para retirar el pericardio.

En los casos más graves de pericarditis, el tratamiento normalmente se realiza en el hospital y el uso de medicamentos intravenosos.

Posibles complicaciones 

Las complicaciones de la pericarditis son más frecuentes en el caso de pericarditis crónica o cuando el tratamiento no se realiza de manera adecuada, pudiendo incluir el desarrollo de pericarditis constrictiva y taponamiento cardíaco, cuando se produce una acumulación de líquido dentro de la membrana que reviste el corazón.

Las complicaciones de la pericarditis pueden poner en riesgo la vida del paciente, razón por la cual siempre es necesario que el mismo permanezca hospitalizado.