Parálisis facial: síntomas, causas y tratamiento

Actualizado en diciembre 2023

La parálisis facial es una alteración neurológica que afecta el funcionamiento del nervio facial o las áreas del cerebro responsables de los movimientos faciales, causando síntomas como una boca torcida, dificultad para cerrar uno de los ojos, y sensaciones de hormigueo o falta de expresión en el rostro.

En la mayoría de los casos, la parálisis facial es temporal y es causada por una inflamación alrededor del nervio facial debido a un virus, como el herpes simple o el herpes zóster. Sin embargo, también puede ocurrir debido a enfermedades graves como un accidente cerebrovascular (ACV), esclerosis múltiple y tumores.

Si hay sospecha de parálisis facial, es importante consultar a un neurólogo o a un médico general para una evaluación. Sin embargo, si aparecen otros síntomas como desorientación, debilidad en otras partes del cuerpo, fiebre o desmayos, se recomienda buscar atención médica de emergencia.

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Principales síntomas

Los síntomas más comunes de la parálisis facial incluyen:

  • Boca torcida, especialmente notable al sonreír o hablar;
  • Sensación de sequedad en la boca y/o los ojos;
  • Pérdida de expresión en uno de los lados de la cara;
  • Incapacidad para cerrar completamente uno de los ojos, levantar una de las cejas o fruncir el ceño;
  • Dolor u hormigueo en la cabeza o en la mandíbula;
  • Aumento de la sensibilidad al sonido en uno de los oídos.

Dependiendo de la causa, la velocidad a la que se desarrollan los síntomas puede variar y, a veces, los síntomas pueden estar presentes desde el nacimiento. Además, en casos más graves, la parálisis facial puede ser permanente.

Cómo se realiza el diagnóstico

El diagnóstico de la parálisis facial es realizado por un neurólogo o un médico general, basándose en los síntomas presentes y las alteraciones identificadas durante el examen neurológico. Durante este examen, el médico suele pedir a la persona que realice diferentes movimientos con el rostro.

Además, es común que el médico recomiende realizar exámenes como resonancia magnética, tomografía computarizada o electromiografía para identificar la causa de la parálisis facial.

Qué puede causar la parálisis

Las principales causas de la parálisis facial son:

  • ACV (accidente cerebrovascular);
  • Complicaciones de cirugías en la cara;
  • Traumatismos faciales;
  • Infecciones por herpes simple, herpes zóster o citomegalovirus, por ejemplo;
  • Enfermedades autoinmunes como esclerosis múltiple o síndrome de Guillain-Barré;
  • Tumores en la cabeza, cuello o cerebro.

La parálisis facial puede ser el resultado de alteraciones en el funcionamiento del nervio facial, que transmite señales nerviosas desde el cerebro hasta los músculos faciales, o por lesiones en áreas específicas del cerebro responsables de su control.

Especialmente en los casos en los que hay un deterioro en el funcionamiento del nervio facial y no se puede identificar una causa específica para la parálisis facial, se conoce como parálisis de Bell.

Cómo se realiza el tratamiento

El tratamiento de la parálisis facial, siempre que sea posible, debe ser específico para su causa. Puede implicar el uso de medicamentos como antibióticos en caso de infección bacteriana, anticoagulantes en algunos casos de accidente cerebrovascular, o cirugía para extirpar tumores, por ejemplo.

Especialmente en el caso de la parálisis facial conocida como parálisis de Bell, cuando no se puede identificar una causa específica, puede incluir el uso de corticosteroides como la prednisona y antivirales, según la recomendación del médico.

Además, el médico también puede recomendar sesiones de fisioterapia y/o terapia del habla para recuperar los movimientos faciales, y puede prescribir colirios lubricantes para prevenir la sequedad ocular, según la gravedad de la parálisis y la parte afectada del rostro.

Cómo se realiza la fisioterapia

La fisioterapia utiliza ejercicios faciales para fortalecer los músculos y mejorar los movimientos y expresiones de la cara. No obstante, es importante que estos ejercicios sean realizados varias veces al día, todos los días, para potenciar el tratamiento.

Por consiguiente, además de las sesiones con el fisioterapeuta, es esencial hacer los ejercicios en casa y, en algunos casos, podría ser necesario realizar algunas sesiones con un fonoaudiólogo. Vea más detalles sobre cómo debe ser la fisioterapia.