Las personas mayores de 60 años pueden recibir la vacuna contra la fiebre amarilla si viven en zonas donde el virus circula o van a viajar a áreas de riesgo. Este grupo suele estar más protegido con la vacuna, ya que puede prevenir complicaciones graves de la fiebre amarilla.
Sin embargo, a partir de los 60 años, aumenta la probabilidad de tener efectos secundarios graves tras la vacunación, como problemas con el sistema nervioso o fallas en órganos. Por eso, cada caso debe analizarse con el médico para que valore riesgos y beneficios según el estado de salud de la persona.
Antes de aplicar la vacuna, el médico evalúa la salud general, enfermedades existentes y la necesidad real de vacunar en función del riesgo. En algunos casos, puede recomendarse no vacunar si la persona está sana y vive fuera de áreas de riesgo. Vea más detalles sobre la vacuna de la fiebre amarilla.
Se recomienda consultar al médico si aparecen fiebre alta o confusión en los días siguientes a la vacunación, ya que estos síntomas requieren evaluación médica inmediata.