La zona íntima presenta un olor característico que proviene del equilibrio entre la microbiota de la piel, la humedad natural, el sudor y el pH propio de la zona, por lo que forma parte del funcionamiento normal del cuerpo y no debe perfumarse ni eliminarse. Aun así, es importante reconocer cuándo ese olor es fisiológico y cuándo podría indicar una alteración.
Se recomienda mantener una higiene externa adecuada usando agua y jabones neutros, sin perfume, o incluso productos específicos para la zona íntima.
El uso de productos perfumados, cremas, desodorantes íntimos o lavados internos puede irritar la piel, alterar el microbioma y aumentar el riesgo de infecciones, tanto en la zona genital femenina como masculina.
También es importante reducir la humedad, secando bien la piel después del baño, utilizando ropa interior de algodón y evitando prendas muy ajustadas por periodos prolongados, ya que el exceso de calor y humedad puede modificar el olor normal. Vea cómo higienizar correctamente la zona íntima femenina y masculina.
Si el olor se vuelve muy fuerte, desagradable o diferente al habitual, especialmente si aparece junto con picazón, enrojecimiento, secreción anormal o molestias, se recomienda consultar a un profesional de salud.