Es posible sentir ganas de vomitar sin que ocurra el vómito y estos sucede cuando el cerebro recibe señales del estómago o del oído interno que producen náusea, pero no alcanzan la fuerza suficiente para provocar la expulsión.
La situación suele relacionarse con trastornos funcionales, como dispepsia o gastroparesia leve, donde la motilidad gástrica cambia y la comunicación intestino-cerebro se vuelve más sensible, generando náusea persistente.
Algunos medicamentos, el embarazo temprano, el estrés, las comidas muy grasosas, las infecciones leves o el movimiento durante un viaje también disparan este malestar. Se recomienda mantener reposo, hidratarse, fraccionar las comidas y evitar olores intensos para calmar la sensación en la mayoría de los casos. Conozca las causas y cómo quitar las náuseas.
Se aconseja acudir al médico si las náuseas duran más de 24 horas o impide beber líquidos, pues puede ser necesario evaluar la causa y recibir tratamiento específico.