La vagina de la mayoría de las mujeres adultas mide cerca de 10 centímetros en reposo y puede modificar su tamaño por características anatómicas individuales y por cambios normales que ocurren a lo largo de la vida, manteniéndose dentro de un rango considerado fisiológico.
Durante la excitación sexual o el trabajo de parto, la vagina tiende a alargarse y ensancharse de manera natural, lo que facilita estas funciones del organismo.
Algunas mujeres que reciben tratamientos como la radioterapia pélvica pueden presentar pequeñas reducciones de milímetros, aunque la longitud suele mantenerse dentro del rango considerado normal para la anatomía femenina. Conozca otros efectos secundarios de la radioterapia.
Se aconseja acudir al ginecólogo ante dolor persistente o sangrado sin causa clara, ya que estos signos pueden indicar alteraciones que requieren valoración médica especializada.