Una colonoscopia dura entre 30 y 60 minutos y ese es el tiempo habitual que necesita el médico para revisar con cuidado el interior del intestino grueso y el recto.
El procedimiento puede prolongarse cuando se identifican pólipos o es necesario tomar muestras para biopsia, y también puede variar según qué tan limpio se encuentre el intestino al momento del estudio.
Aunque el examen es relativamente corto, la permanencia total en el centro médico suele ser de 2 a 3 horas, ya que incluye la preparación previa y el tiempo de recuperación tras la sedación. Conozca más sobre cómo se realiza la colonoscopia.
Se recomienda consultar con el gastroenterólogo ante la aparición de dolor abdominal intenso o sangrado persistente, ya que pueden ser signos de complicaciones del procedimiento, como irritación del intestino.