Mandíbula dislocada: cómo identificarla y tratamiento

Actualizado en junio 2020

La mandíbula dislocada, afección conocida como dislocación o luxación mandibular, ocurre cuando el cóndilo, que es una parte redondeada del hueso de la mandíbula, se desplaza de su lugar en la articulación temporomandibular, también conocida como ATM, y se atasca frente a una sección ósea llamada eminencia articular, provocando mucho dolor e incomodidad. 

Esto puede ocurrir cuando se abre mucho la boca, como al bostezar o durante un procedimiento odontológico, por ejemplo, o cuando existe algún problema en la articulación temporomandibular. Si esto ocurre y la mandíbula no regresa al sitio correcto, se debe acudir inmediatamente al hospital y no intentar reposicionarla en casa. 

El tratamiento consiste en el uso de una técnica correcta para reposicionar la mandíbula en el lugar adecuado, lo que debe ser realizado por un médico. No obstante, en casos más graves puede ser necesario recurrir a cirugía. 

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Cuáles son los síntomas

Cuando se disloca la mandíbula puede surgir dolor intenso, incomodidad, dificultad para hablar e incapacidad para abrir o cerrar la boca. Además, la mandíbula puede torcerse hacia un lado. 

Posibles causas

La mandíbula puede dislocarse debido a alguna lesión o a situaciones en las que se abre mucho la boca, como al bostezar, durante procedimientos odontológicos o incluso al vomitar. 

No obstante, también puede ocurrir en personas que tengan una malformación de los huesos de la mandíbula o problemas en la articulación temporomandibular, que hayan tenido lesiones anteriores en la mandíbula o que sufran del síndrome de hipermovilidad, el cual es una condición en la que ocurre una laxitud de los ligamentos y las articulaciones. 

La dislocación también es más probable que ocurra en personas que ya sufrieron de esta afección anteriormente. 

Cómo prevenirlo

En personas que poseen riesgo de sufrir una dislocación de la mandíbula, el dentista puede indicar el uso de una placa para utilizarse a lo largo del día o solo durante la noche al dormir, la cual ayuda a la mandíbula a moverse de forma correcta.

Existen también procedimientos quirúrgicos que pueden ayudar a prevenir una nueva luxación de la mandíbula. 

Cómo es realizado el tratamiento

En ciertas ocasiones, la mandíbula puede volver a su lugar sin que sea necesario realizar un tratamiento; no obstante, si esto no ocurre, puede ser necesaria la intervención de un dentista o un médico, el cual va a colocar la mandíbula nuevamente en su sitio, tirándola hacia abajo e inclinando la barbilla hacia arriba para reubicar el cóndilo. 

Luego de que la mandíbula esté nuevamente en su lugar, el médico puede colocar un "vendaje de Barton" para limitar el movimiento del maxilar y evitar otra luxación. Asimismo, se debe evitar abrir la boca de forma exagerada durante al menos 6 semanas y también evitar comer alimentos duros que exijan mucha masticación, como carne, zanahoria o pan tostado, y dar preferencia a los alimentos blandos como las sopas, por ejemplo.

En caso de que la dislocación del maxilar se vuelva muy frecuente, puede ser necesario recurrir a cirugía para fijar el cóndilo con suturas, con la finalidad de evitar que la articulación temporomandibular se bloquee nuevamente y así reducir el riesgo de futuras dislocaciones.