Mal de altura: qué es, síntomas y tratamiento

Actualizado en febrero 2023

El mal de altura es una condición que ocurre cuando las personas se encuentran a elevadas alturas, siendo frecuente a partir de los 2500 metros de altitud, ocasionando principalmente dolor de cabeza, así como el surgimiento de otros síntomas como náuseas, vómitos y falta de apetito, por ejemplo. 

Esta condición también se conoce como el mal del páramo, mal agudo de montaña o sorocho y ocurre debido a la disminución en la disponibilidad de oxígeno a grandes alturas, Es importante prevenir la aparición de esta condición, para ello el ascenso debe ser lento y progresivo, de manera que el cuerpo se pueda ir acostumbrando al cambio de altitud.

Es importante tratar el mal de altura y evitar que progrese, pues este podría evolucionar rápidamente hacia un edema de altura pulmonar o cerebral, poniendo en riesgo la vida de la persona.

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Principales síntomas

Los síntomas del mal de altura son:

  • Dolor de cabeza;
  • Náuseas;
  • Vómitos;
  • Falta de apetito;
  • Fatiga;
  • Debilidad;
  • Alteraciones del sueño;
  • Vértigo;
  • Letargo.

Estos signos y síntomas del mal agudo de montaña suelen resolverse al cabo de unos 3 días aproximadamente, siempre y cuando no se incremente aún más la altitud alcanzada. Además, es muy importante revertir la situación, pues este podría progresar y ocasionar edema cerebral de altura y edema pulmonar de altura.

En el caso del edema pulmonar de altura, los síntomas que se pueden presentar son dificultad para respirar en reposo y haciendo esfuerzos, tos seca que luego pasa a ser productiva, coloración azulada en los labios, flema blanca con espuma o con sangre y dolor en el pecho. En el caso del edema cerebral de altura, además de los síntomas del mal agudo de altura, como dolor de cabeza, náuseas y vómitos, también puede haber problemas neurológicos, hemorragia en el ojo, confusión, estupor y coma.

Por qué ocurre el mal de altura

A medida que se sube una montaña la presión de la atmósfera disminuye, afectando generalmente a partir de los 2500 metros de altitud, esto hace con que la cantidad de oxígeno que ingresa al organismo en cada inspiración sea menor y ocasiona hipoxia, es decir, falta de oxígeno en el organismo, surgiendo los síntomas mencionados anteriormente, principalmente dolor de cabeza.

No obstante, el organismo intenta compensar estos cambios y adaptarse a la falta de oxígeno a través de un proceso llamado aclimatación, en el que ocurren procesos a nivel respiratorios y metabólicos que permiten que la persona con el tiempo se vaya adaptando a la altura.

Cuál es el tratamiento

El tratamiento para el mal de altura es interrumpir el ascenso, debiendo mantenerse de reposo, aplicar calor, consumir alimentos y mantenerse hidratado, En algunos casos el personal médico puede administrar acetazolamida, un medicamento que ayuda a mejorar la oxigenación de la sangre, así como analgésicos para aliviar el dolor de cabeza y antieméticos para las náuseas. También es posible que sea necesario la colocación de oxígeno o el transporte de la persona en una cámara hiperbárica portátil.

En los casos donde la persona no mejora, es importante descender hasta 300 a 1000 metros de altura, y si presenta signos y síntomas indicativos de un posible edema de altura cerebral, es posible que se le coloque dexametasona por vía intramuscular.

Cómo prevenir el mal de altura

Para prevenir el mal de altura es importante que el ascenso sea lento, de manera que el cuerpo tenga suficiente tiempo de adaptarse a los cambios en la presión atmosférica.

Además, también es posible tomar acetazolamida de forma profiláctica, debiendo consultar a su médico de cabecera, pues existen algunas personas que tienen mayor riesgo de padecer esta condición, como es el caso de aquellos con antecedentes de mal de altura, enfermedades pulmonares, como EPOC, neumonía, apnea del sueño y fibrosis quística o enfermedades cardiovasculares.