Isoflavonas: para qué sirven y cómo tomar

Actualizado en marzo 2024

Las isoflavonas son compuestos naturales que sirven para aliviar los síntomas de la menopausia, como los sofocos, el aumento de la sudoración o los trastornos del sueño, debido a que poseen una estructura parecida a los estrógenos, actuando de manera similar.

Además de eso, las isoflavonas pueden disminuir los síntomas del síndrome premenstrual (TPM) y prevenir la osteoporosis y las enfermedades cardiovasculares, ya que posee compuestos fenólicos con propiedades antioxidantes.

Las isoflavonas se pueden encontrar en algunos alimentos como la soja y la alfalfa, o pueden ser consumidos en forma de suplementos. Sin embargo, aunque las isoflavonas tienen varios beneficios, estos compuestos no deben ser utilizados por mujeres que tienen o han tenido cáncer de mama, ni por mujeres embarazadas o en período de lactancia, siendo importante que su uso sea orientado por el ginecólogo.

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Para qué sirve

Los principales beneficios de la isoflavona son:

1. Reducir los síntomas de la menopausia

Algunos estudios muestran que las isoflavonas tienen una estructura similar al estrógeno, una hormona producida por los ovarios que deja de producirse durante la menopausia. Estos compuestos pueden ser una alternativa de tratamiento para los síntomas de la menopausia, que incluyen sudores nocturnos excesivos, sofocos e insomnio. Conozca otros remedios indicados para la menopausia.

2. Reducir los síntomas del síndrome premenstrual (TPM)

Las isoflavonas pueden utilizarse para reducir los síntomas del síndrome premenstrual, como irritabilidad, nerviosismo o dolor en los senos, que ocurren debido a los cambios hormonales a lo largo del ciclo menstrual. Estos compuestos pueden regularizar los niveles de estrógeno, ayudando a reducir la TPM.

3. Proteger contra enfermedades cardiovasculares

Las isoflavonas pueden reducir los niveles de colesterol malo y triglicéridos, previniendo así enfermedades cardiovasculares como la presión arterial alta y las enfermedades coronarias. Sin embargo, los medicamentos para el colesterol alto, la presión arterial alta y las enfermedades coronarias deben tomarse de manera regular, y las isoflavonas de soja pueden usarse para complementar estos tratamientos.

4. Prevenir la osteoporosis

La osteoporosis es una enfermedad común en la posmenopausia debido a los cambios hormonales que ocurren en esta etapa, lo que puede provocar fracturas óseas y reducir la calidad de vida de la mujer. Las isoflavonas pueden utilizarse para la prevención y el tratamiento de la osteoporosis, especialmente en mujeres que tienen contraindicaciones para la terapia de reemplazo hormonal con anticonceptivos. 

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5. Controlar la glucemia

Algunos estudios muestran que los compuestos fenólicos presentes en las isoflavonas pueden reducir la absorción de carbohidratos en el intestino, disminuyendo los niveles de azúcar en la sangre. Además, las isoflavonas pueden aumentar la sensibilidad del cuerpo a la insulina, lo que puede ser un aliado importante en la prevención de la diabetes.

Cómo tomar

La forma más popular de usar las isoflavonas es en forma de suplementos, y el modo de uso varía según el tipo de sustancia contenida en los suplementos. Las orientaciones generales son las siguientes:

  • Cápsulas blandas de extracto seco de Glycine max (Fitoladius): la dosis es de 80 mg una vez al día. La cápsula debe tomarse siempre a la misma hora con un poco de agua;
  • Comprimidos de extracto hidroalcohólico seco de Glycine max: la dosis varía de 75 a 150 mg una vez al día, o puede aumentarse según la evaluación médica. El comprimido debe tomarse con un vaso de agua, siempre a la misma hora;
  • Comprimido de extracto seco de Trifolium pratense: se puede tomar 1 comprimido 2 a 3 veces al día, junto con una comida, dependiendo de la evaluación médica.

A pesar de que las isoflavonas tienen varios beneficios y ayudan a aliviar los síntomas de la menopausia, es importante consultar a un ginecólogo antes de comenzar a usar estas sustancias, para que la dosis se ajuste individualmente según las necesidades de la mujer.

Dónde encontrar

Las isoflavonas también se pueden consumir en la vida diaria a través de alimentos como:

  • Soja: las isoflavonas son más prevalentes en alimentos a base de soja y se pueden consumir en forma de granos y harina, por ejemplo. Además, la soja también se puede encontrar en aceite y en tofu;
  • Trébol rojo: esta planta es una buena fuente de isoflavonas y sus hojas pueden consumirse cocidas y utilizarse en ensaladas, por ejemplo, o se pueden usar las flores secas para hacer té;
  • Alfalfa: las hojas y raíces de esta planta pueden consumirse en sopas, ensaladas o té, y el brote de alfalfa debe consumirse crudo en ensaladas, por ejemplo.

Las isoflavonas también se pueden encontrar en cantidades muy pequeñas en leguminosas como guisantes, garbanzos, habas, alubias y lentejas, además de cacahuetes y semillas de linaza.

Posibles efectos secundarios

Los principales efectos secundarios de las isoflavonas son el estreñimiento, el aumento de la formación de gases intestinales y las náuseas.

Contraindicaciones 

Las isoflavonas no deben ser utilizadas por niños, mujeres embarazadas o en período de lactancia, mujeres que tienen o han tenido cáncer de mama y personas que son alérgicas a la soja o cualquier otra planta que sea origen del suplemento.

Además, las isoflavonas pueden interactuar con:

  • Medicamentos para la tiroides como la levotiroxina: las isoflavonas reducen la eficacia de los medicamentos para la tiroides, por lo que se necesita ajustar la dosis y monitorear frecuentemente las hormonas tiroideas;
  • Antibióticos: en general, los antibióticos reducen la acción de las isoflavonas;
  • Tamoxifeno: el tamoxifeno es un medicamento utilizado en el tratamiento del cáncer de mama. Las isoflavonas reducen la acción del tamoxifeno y, por lo tanto, no deben usarse al mismo tiempo.

Es importante informar al médico y al farmacéutico sobre todos los medicamentos que se están utilizando para evitar interacciones y que el tratamiento sea efectivo.