Flora intestinal (microbiota): qué es y cómo restaurarla

Actualizado en noviembre 2023

La flora intestinal o microbiota intestinal es un conjunto de bacterias que viven y se desarrollan en el intestino. Aunque son bacterias, estos microorganismos son buenos para el organismo, pues evolucionaron a lo largo de miles de años para crear una relación beneficiosa con el intestino, perteneciendo al microbioma natural humano. Vea cómo está compuesto el microbioma.

De esta manera, tanto la propia persona como la bacteria, obtienen beneficio de esta relación. Por ejemplo, el intestino proporciona toda la materia y nutrientes necesarios para el crecimiento y reproducción de las bacterias, mientras que las bacterias ayudan en la digestión de alimentos, al mismo tiempo que crean un ambiente intestinal que no permite el desarrollo de bacterias dañinas que puedan originar enfermedades. 

Aunque la flora intestinal ser algo que surge naturalmente, no siempre se encuentra en sus niveles óptimos, pudiendo surgir desequilibrios que faciliten el desarrollo de las bacterias dañinas. Asimismo, puede ser necesario tomar medicamentos para reponer los niveles de estas bacterias, que se conocen como probióticos.

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Beneficios de una flora intestinal saludable

Los beneficios más conocidos de mantener una flora intestinal saludable son:

  • Mejorar la digestión de los alimentos y la absorción de los nutrientes, pues proporciona capacidades esenciales para la fermentación de nutrientes no digeribles, como es el caso de las fibras dietéticas;
  • Fortalecer el sistema inmune, disminuyendo la cantidad de bacterias malas y reduciendo la frecuencia de la aparición de enfermedades;
  • Favorecer el crecimiento de microbios que ayudan a producir ácidos grasos de cadena corta, como el butirato. Este ácido graso es la principal fuente de energía para las células del colon, además induce la muerte de las células de cáncer de colon y tiene efectos beneficiosos en la glucosa y el equilibrio energético;
  • Prevenir la obesidad y algunas enfermedades como la diabetes, enfermedad inflamatoria intestinal, artritis psoriásica, enfermedad celíaca, pues ayuda a evitar una disbiosis, es decir, un desequilibrio en la flora bacteriana intestinal que aumenta el riesgo de padecer estas enfermedades;
  • Prevenir la ansiedad y la depresión, pues en estudios más recientes, la flora intestinal ha sido señalada como un importante regulador de la producción de neurotransmisores, como la serotonina, que mejora la sensación de bienestar, combatiendo estas enfermedades.

Por esto, mantener una microbiota intestinal saludable parece ser una buena forma de garantizar una mejor salud general, no estando relacionado solamente con el funcionamiento del intestino.

Qué puede afectar a la flora intestinal

El desequilibrio de la flora intestinal, también conocida como disbiosis, sucede cuando existen menos bacterias buenas en el intestino o cuando uno de estos tipos está en mayor número, dificultando la digestión y facilitando el desarrollo de las bacterias malas.

Algunas de las principales causas que llevan al desequilibrio de la microbiota incluyen:

  • Uso constante de antibióticos: pues eliminan tanto a las bacterias malas como a las buenas del organismo;
  • Uso frecuente de laxantes: el funcionamiento exagerado del intestino causa la eliminación de bacterias buenas;
  • Dieta rica en azúcar y productos industrializados: facilitan el desarrollo de las bacterias malas;
  • Bajo consumo de fibras: son el principal alimento de las bacterias buenas y por esto cuando están en baja cantidades perjudican su desarrollo.

Cuando la flora intestinal está muy afectada, es común la aparición de síntomas relacionados con el mal funcionamiento del intestino, como exceso de gases intestinales, diarrea o hasta estreñimiento frecuente. Vea otros signos que pueden indicar una flora intestinal alterada.

Cómo reponer la flora intestinal

Una de las mejores formas de mantener una flora intestinal saludable es haciendo una alimentación saludable y variada, rica en legumbres y vegetales, evitando el consumo de alimentos industrializados, fritos o ricos en azúcares. Además de esto, el consumo de alimentos ricos en fibra como avena, linaza o frijoles, también ayuda a mantener un buen desarrollo de las bacterias de la flora intestinal. Vea una lista de alimentos ricos en fibras.

Otra opción que debe ser incluida frecuentemente en la dieta son los alimentos probióticos, que son alimentos que contienen bacterias buenas que van ayudar a poblar el intestino. Algunos ejemplos incluyen el yogur natural, kéfir o kombucha.

Vea en el video a continuación más sobre los alimentos probióticos:

Sin embargo, cuando la flora intestinal ya está alterada, surgiendo síntomas como exceso de gases intestinales y diarreas frecuentes o estreñimiento, por ejemplo, la mejor forma de tratar es ingiriendo medicamentos probióticos.

Cómo tomar medicamentos para la flora intestinal

Los medicamentos que mejoran la flora intestinal son probióticos. Estos medicamentos son pequeñas cápsulas que contiene varios millones de bacterias vivas que son ingeridas para llegar al intestino y ayudar a equilibrar la microbiota.

Aunque los probióticos son usados con más frecuencia por adultos, también pueden ser usados en el bebé y en niños, bajo la supervisión del pediatra, especialmente en el caso de bebés que nacieron por cesárea y no están lactando. Para esto, ya existen probióticos en forma de jarabe, que pueden ser dados junto con la comida.

Existen varios tipos de probióticos, generalmente, los mejores son los que poseen más tipos de bacterias y en mayor número. Sin embargo, es siempre aconsejable consultar a un gastroenterólogo o a un naturópata para saber cuál es el mejor para cada caso, ya que diferentes tipos de probióticos pueden ser usados para tratar diferentes problemas de salud. Vea cuáles son los principales tipo de probióticos y cuándo son usados.

Cuándo tomar medicamentos para la flora intestinal

Los probióticos generalmente son utilizados cuando surgen síntomas de desequilibrio de la flora intestinal, sin embargo, también pueden ser usados al mismo tiempo que se está haciendo el tratamiento con antibióticos, por ejemplo, para reemplazar la microbiota que está siendo eliminada y evitar la aparición de diarrea.

Además, los probióticos son importantes durante infecciones intestinales, como una gastroenteritis, debido a que ayudan a reponer la flora intestinal, acelerando la recuperación.

En personas con estreñimiento crónico o diarreas frecuentes, el uso de probióticos durante un período de 2 a 3 meses, 2 veces por año, ayudará a regular el intestino y mejorar su funcionamiento.

Cómo surge y evoluciona la flora intestinal

El desarrollo de la flora intestinal se inicia en el momento del nacimiento y lo largo de los primeros meses de vida va siendo moldeado, de acuerdo con las enfermedades que el bebé contrae, el uso de antibióticos y el tipo de alimento que ingiere.

El primer contacto del intestino con las bacterias parecen ser durante el parto y por este motivo bebés que nacen por parto vaginal normal, presentan una primera flora intestinal a diferencia de los bebés que nacen por cesárea. Esto ocurre porque en el parto vaginal, el bebé entra principalmente en contacto con las bacterias del canal vaginal y del intestino de la madre, mientras que en la cesárea las principales bacterias son las de la piel de la madre y las del ambiente del hospital.

Esta flora va cambiando y crece hasta alrededor de 2 a 3 años, momento en que se encuentra similar a la del adulto. Así, la fase más importante de crecimiento y establecimiento de la flora sucede en la primera infancia y generalmente, las bacterias que se encuentran presentes alrededor de los 3 años, permanecerán de por vida. No obstante, y aunque es más difícil, la flora también puede ir variando a lo largo de la vida, especialmente debido a los malos estilos de vida de los adultos, por ejemplo.

Flora intestinal de acuerdo con el tipo de parto

Los principales tipos de bacterias en la flora intestinal del bebé, de acuerdo con la forma de nacimiento, son:

Parto vaginal normal Parto por cesárea
Lactobacillus Acinetobacter
Prevotella Bacillales
Sneathia Corynebacterineae
Cariobacterineae Micrococcineae
Propionibacterineae Staphylococcus

Normalmente, las bacterias adquiridas durante el parto vaginal son más beneficiosas para el organismo, por lo que el niño que nace por parto vaginal tiene menos probabilidades de desarrollar enfermedades crónicas que las que nacen por cesárea, como asma o dermatitis, por ejemplo.

Además, la lactancia con leche materna ayuda a moldear la flora intestinal en el bebé, proporcionando nutrientes y microorganismos para el desarrollo de una microbiota más saludable.

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