Espirometría: qué es, para qué sirve y cómo interpretar el resultado

Actualizado en marzo 2020

La espirometría es una prueba de diagnóstico que permite evaluar los volúmenes respiratorios, esto es, la cantidad de aire que entra y sale de los pulmones, así como el flujo y el tiempo, considerándose el examen más importante para evaluar el funcionamiento del pulmón.

Por lo tanto, este examen es solicitado por el médico general o por el neumonólogo para ayudar en el diagnóstico de varios problemas respiratorios, principalmente EPOC y asma. Además de la espirometría, vea otros exámenes para diagnosticar el asma.

Sin embargo, la espirometría también puede ser solicitada por el médico, sólo para evaluar si hubo mejoría de una enfermedad pulmonar después de haber iniciado el tratamiento.

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Para qué sirve

El examen de espirometría es normalmente solicitado por el médico para ayudar en el diagnóstico de problemas respiratorios, como asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), bronquitis y fibrosis pulmonar, por ejemplo.

Además, el neumonólogo también puede recomendar la realización de la espirometría como forma de monitorear la evolución del paciente con enfermedad respiratoria, pudiendo verificar si está respondiendo bien al tratamiento y en caso negativo, indicar otra forma de tratamiento.

En el caso de los atletas de alto rendimiento, como los maratonistas y triatletas, por ejemplo, el médico puede indicar la realización de la espirometría para evaluar la capacidad respiratoria del atleta y en algunos casos proporcionar información para mejorar el rendimiento del atleta.

Cómo se realiza la Espirometría

La espirometría es un examen simple y rápido, con una duración aproximada de 15 minutos, y se realiza en el consultorio médico. Para iniciar el examen, el médico coloca una pinza de goma en la nariz del paciente y pide que respire solo por la boca. Luego le entrega un dispositivo a la persona y le dice para que sople aire con la mayor fuerza posible.

Después de esta primera etapa, el médico puede pedir al paciente para utilizar un medicamento que dilata los bronquios y facilita la respiración, conocido como broncodilatador, y realice nuevamente el soplo en el aparato, de esta manera puede verificar si hay un aumento de la cantidad de aire inspirado después del uso del medicamento.

Durante todo este proceso, una computadora registra todos los datos obtenidos a través del examen para que el médico luego pueda evaluarlos.

Cómo prepararse para el examen

La preparación para hacer el examen de espirometría es muy simple e incluye:

  • No fumar 1 hora antes del examen;
  • No tomar bebidas alcohólicas hasta 24 horas antes;
  • Evitar hacer una comida muy pesada antes del examen;
  • Usar ropa cómoda y poco apretada.

Esta preparación evita que la capacidad pulmonar no quede afectada por otros factores, que no sea una posible enfermedad. Por lo tanto, si no hay una preparación adecuada, es posible obtener resultados alterados, pudiendo ser necesario repetir la espirometría. 

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Cómo interpretar el resultado

Los valores de la espirometría varían de acuerdo con la edad, sexo y tamaño de la persona y por esto, deben ser siempre interpretados por el médico. Sin embargo, normalmente luego de la prueba de la espirometría, el médico ya hace algunas interpretaciones de los resultados e informa al paciente si existe algún problema.

Normalmente los resultados de la espirometría que indican problemas respiratorios son:

  • Volumen espiratorio forzado (VEF1 o FEV1): representa la cantidad de aire que se consigue exhalar rápidamente en 1 segundo y por lo tanto, cuando está por debajo de lo normal, puede indicar la presencia de asma o EPOC;

  • Capacidad vital forzada (CVF o FVC): es el total de aire que se consigue exhalar en el menor tiempo posible y cuando está inferior a lo normal, puede indicar la presencia de enfermedades pulmonares que dificultan la expansión del pulmón, como fibrosis quística, por ejemplo.

Generalmente, en situaciones que el paciente presente resultados de la espirometría alterados, es común que el neumonólogo solicite una nueva prueba de espirometría para evaluar los volúmenes respiratorios, después del uso de un inhalador para el asma, por ejemplo, para evaluar el grado de la enfermedad e iniciar el tratamiento más adecuado.