Espasticidad: qué es, síntomas, causas y tratamiento

La espasticidad es el síntoma de una alteración neurológica crónica que se caracteriza por un aumento excesivo de los impulsos nerviosos. Esto provoca síntomas, como contracciones involuntarias de los músculos, rigidez y deformidades, lo que puede dificultar actividades diarias como hablar, moverse o alimentarse.

Esta condición es causada por lesiones en el cerebro o la médula espinal, como ocurre en casos de accidente cerebrovascular o parálisis cerebral. La rigidez puede afectar a un grupo pequeño de músculos o a todo un lado del cuerpo, dependiendo de la magnitud del daño en el sistema nervioso.

El diagnóstico es realizado por un equipo médico que incluye neurólogos y fisiatras, quienes pueden indicar un tratamiento que combine fisioterapia, medicamentos, como relajantes musculares, aplicaciones de toxina botulínica y, en algunos casos, cirugía.

espasticidad

Principales síntomas

Los principales síntomas de espasticidad son:

  • Contracción involuntaria de los músculos;
  • dificultad para estirar o doblar la pierna o el brazo;
  • dolor de los músculos afectados;
  • cruce involuntario de las piernas;
  • deformidad articular;
  • espasmos musculares.

Debido a las alteraciones musculares, la persona con espasticidad puede presentar una alteración permanente de la postura, en la cual se pueden observar los brazos flexionados, las piernas y pies en extensión y la cabeza inclinada hacia un lado.

Estos síntomas dependen de la gravedad de la lesión a nivel cerebral o de la médula espinal.

Posibles causas 

Las causas más comunes de espasticidad incluyen la asfixia perinatal, la parálisis cerebral, los tumores cerebrales, el accidente cerebrovascular (ACV) y la esclerosis múltiple.

Además, otras condiciones como las lesiones medulares, la estenosis cervical, los traumatismos craneoencefálicos, las infecciones cerebrales, como la enfermedad de Lyme y el VIH, deficiencias de vitaminas y minerales, e inhalación de toxinas, como el óxido nitroso o gas de la risa, también pueden provocar espasticidad.

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Cómo se diagnostica

El diagnóstico de la espasticidad es realizado por un equipo de especialistas, como el neurólogo y el fisiatra, mediante una evaluación física en la que se determina el grado de espasticidad utilizando escalas específicas, como la de Ashworth modificada y la de Tardieu. 

Además, el equipo médico puede evaluar la marcha, los reflejos, la movilidad, el nivel de dolor y el grado de independencia en las actividades de la vida diaria.

La espasticidad es un síntoma originado por una lesión en el cerebro o en la médula espinal y para identificar su causa, el médico puede solicitar estudios complementarios como resonancia magnética o tomografía computarizada, análisis metabólicos, genéticos o pruebas de hipercoagulabilidad.

Cómo se realiza el tratamiento 

El tratamiento para la espasticidad debe ser indicado por un neurólogo y el mismo puede incluir:

1. Medicamentos

Para disminuir la espasticidad, el médico puede indicar medicamentos como baclofeno o diazepam, que ayudan a relajar los músculos y aliviar el dolor.

Además, también pueden utilizarse benzodiazepinas, clonidina o tizanidina, fármacos que reducen la transmisión de los estímulos nerviosos y favorecen la relajación muscular.

2. Fisioterapia

Para controlar y mejorar los síntomas de la espasticidad, el médico puede indicar sesiones de fisioterapia, en la cual se va a trabajar para mantener el movimiento articular y evitar que la rigidez continúe aumentando. La fisioterapia para la espasticidad puede incluir los siguientes métodos:

  • Crioterapia: consiste en la aplicación de frío en los músculos afectados con el objetivo de reducir temporalmente el impulso nervioso que provoca la contracción muscular excesiva;
  • Termoterapia: consiste en la aplicación de calor para relajar los músculos y disminuir el dolor;
  • TENS: aplicación de estímulos eléctricos para disminuir el dolor y la espasticidad;
  • Movilización: consiste en movilizar de forma pasiva el miembro para evitar la rigidez;
  • Elongación: se penen en tensión los músculos para evitar la rigidez y posibles deformaciones.

Las personas con espasticidad deben realizar fisioterapia al menos dos veces por semana. Además, el especialista puede recomendar ejercicios que la persona pueda realizar en su casa.

3. Toxina botulínica

Las inyecciones de toxina botulínica se aplican para reducir la rigidez muscular y facilitar el movimiento de las articulaciones. Su efecto suele durar entre 4 meses y 1 año, y es posible repetir el tratamiento a partir de los 6 meses desde la última dosis.

Esta toxina puede aplicarse tanto en niños como en adultos, con el objetivo de mejorar la movilidad en las actividades de la vida diaria y potenciar la efectividad de las sesiones de fisioterapia. Conozca más sobre la toxina botulínica.

4. Inmovilización

La inmovilización se realiza mediante el uso de férulas y ortesis, con el objetivo de prevenir deformidades y reducir las limitaciones en el movimiento, manteniendo la parte del cuerpo en una posición lo más parecida posible a la normal.

5. Cirugía

La cirugía se indica en casos de deformidades irreversibles, y puede incluir procedimientos como la liberación muscular, el alargamiento de tendones o la realineación ósea.