El espasmo muscular es una contracción involuntaria y repentina del músculo, que se produce localmente en un músculo o grupo muscular, y que puede aparecer en cualquier parte del cuerpo, como muslos, pantorrillas, pies, brazos o abdomen, provocando dolor, malestar o rigidez del músculo afectado.
Este espasmo puede durar unos segundos o minutos y es más común que ocurra como resultado de una fatiga muscular o una lesión después de una actividad física intensa, estrés, ansiedad o deshidratación. Además, también puede ocurrir por problemas de salud como falta de minerales, diabetes o hipotiroidismo, por ejemplo.
Generalmente, los espasmos musculares no son graves, sin embargo, cuando son frecuentes, aparecen más de una vez al día o tardan más de 10 minutos en mejorar, es importante consultar a su médico para identificar la causa e iniciar el tratamiento más adecuado.
Causas de espasmo muscular
El espasmo muscular puede ser causado por algunas situaciones como:
- Deficiencia de minerales como potasio, magnesio o calcio;
- Deshidratación;
- Practicar actividades físicas en el calor o intensas;
- Deficiencia en el suministro de sangre al músculo;
- Fatiga o lesión muscular;
- Descargas nerviosas involuntarias, como en el síndrome de fasciculaciones benignas;
- Compresión nerviosa;
- Estrés y/o ansiedad;
- Enfermedades como diabetes, hipotiroidismo, cirrosis, insuficiencia renal, fibromialgia o tétanos;
- Uso prolongado de medicamentos diuréticos que promueven la eliminación de minerales del cuerpo.
- Consumo excesivo de cafeína;
- Consumo de drogas estimulantes, como las anfetaminas.
Además, el espasmo muscular puede ser causado por estar sentado o de pie durante largos períodos de tiempo, o por la falta de estiramiento antes de la actividad física.
Otra causa común de espasmos musculares es el embarazo, y es común que las mujeres experimenten calambres durante el embarazo debido al aumento de peso, deshidratación, problemas de circulación o incluso trombosis. Ver otras causas de calambres en el embarazo.
Cómo confirmar el diagnóstico
El diagnóstico de espasmo muscular lo realiza el médico general mediante el análisis de los síntomas, duración y frecuencia del espasmo, además del examen físico al palpar el músculo afectado.
Además, el médico puede solicitar pruebas como electromiografía o análisis de sangre para diagnosticar la causa del espasmo muscular y así indicar el tratamiento más adecuado.
Principales síntomas
Los principales síntomas del espasmo muscular son:
- Dolor Intenso;
- Malestar en el músculo afectado;
- Rigidez muscular;
- Debilidad muscular;
- Entumecimiento;
- Sensación de aguja o pinchazo;
- Parálisis muscular;
- Falta de coordinación muscular;
- Movimientos lentos.
Los síntomas del espasmo muscular pueden ser leves o intensos, durar unos segundos o minutos y afectar un músculo o un grupo de músculos, como muslos, pantorrillas, pies, brazos, manos, abdomen, espalda o músculos entre las costillas.
En algunos casos, el espasmo muscular no produce dolor ni molestias, apareciendo únicamente como una sensación de vibración o temblor en el músculo, como espasmos en los párpados, por ejemplo. Conozca por qué tiembla el ojo.
El espasmo muscular generalmente pasa en unos pocos minutos y desaparece por sí solo sin necesidad de tratamiento. Sin embargo, es importante consultar al médico cuando los síntomas provocan grandes molestias, son frecuentes, no mejoran al cabo de unos minutos o se acompañan de hinchazón, enrojecimiento o cambios en la piel de la zona afectada.
Cómo quitarlo
El espasmo muscular suele mejorar sin necesidad de tratamiento; sin embargo, cuando ocurre puede intentar aplicar algunas estrategias, que incluyen:
- Parar la actividad que pudo haber causado el espasmo.
- Masajear suavemente el músculo afectado;
- Estirar el músculo;
- Aplicar compresas calientes o tomar un baño tibio para relajar el músculo cuando ocurra el espasmo muscular;
- Aplicar compresas frías para aliviar el dolor muscular después de que haya pasado la crisis de espasmo muscular.
Estas medidas ayudan a aliviar el espasmo muscular, sin embargo, si el dolor no mejora, debe consultar a su médico, quien puede recomendarle el uso de relajantes musculares o medicamentos antiinflamatorios para aliviar el malestar.
En el caso de que el espasmo muscular sea causado por problemas de salud, el tratamiento debe ser indicado por el médico para tratar la enfermedad específica.
Además, en algunos casos, el médico puede recomendar la fisioterapia, que debe ser llevada a cabo por un fisioterapeuta, el cual suele indicar ejercicios de estiramiento o el uso de aparatos como la ecografía terapéutica o el TENS. Vea en qué consiste el TENS.
Cómo se pueden prevenir
Para prevenir la aparición de espasmos musculares, es importante estirar los músculos antes y después de la actividad física, evitar hacer ejercicio en días muy calurosos y no consumir cafeína en exceso. Además, se debe mantener el cuerpo hidratado, bebiendo la cantidad de agua recomendada según la edad y el peso. Conozca qué cantidad de agua que debes beber al día.
En caso de que el espasmo muscular se deba a deficiencias nutricionales, principalmente minerales, es importante aumentar el consumo de alimentos ricos en potasio o magnesio, como plátanos, manzanas, kiwis, avena, nueces y agua de coco, por ejemplo.
Mire el video con la nutricionista Tatiana Zanin con consejos de alimentación para prevenir los espasmos musculares:
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