El síndrome de behcet es una enfermedad autoinmune rara, caracterizada por la inflamación de diferentes vasos sanguíneos, causando el aparecimiento de lesiones de la piel, aftas en la boca y heridas en la región genital, además de también haber inflamación en los ojos, del sistema gastrointestinal y en las articulaciones. Los síntomas de Behcet no surgen al mismo tiempo, habiendo varias crisis a lo largo de la vida.
Esta enfermedad es más común entre los 20 a 40 años, pero puede suceder en cualquier edad, y puede afectar tanto hombres como mujeres en la misma proporción. El diagnóstico es realizado por el médico de acuerdo con los síntomas indicados, y el tratamiento tiene como objetivo aliviar los síntomas, siendo normalmente recomendado el uso de antiinflamatorios o corticoides, por ejemplo.

Principales síntomas
Los principales signos y síntomas que pueden surgir en la enfermedad de Behcet son:
- Aftas en la boca, labios, encías, faringe y amígdalas;
- Llagas en la región genital, como en los labios menores y mayores en el caso de las mujeres, y en el escroto y el pene en el caso de los hombres;
- Llagas en la ingle y en la región perianal;
- Llagas y nódulos en la piel de forma redonda u ovalada, dolorosos y enrojecidos, que ocurren con mayor frecuencia en las extremidades inferiores y superiores;
- Visión borrosa y ojos rojos;
- Articulaciones dolorosas e hinchadas;
- Trombosis;
- Formación de aneurismas;
- Pericarditis y miocarditis;
- Dolor en el pecho;
- Pérdida de peso;
- Náuseas, vómitos, cólicos y diarrea, pudiendo notarse sangre en las heces.
En algunos casos, aunque raramente, también puede haber compromiso del sistema nervioso central, donde inicialmente la persona puede sentir dolor de cabeza, fiebre y rigidez en el cuello, pudiendo a largo plazo haber confusión mental, pérdida progresiva de la memoria, alteración de la personalidad y dificultad para razonar.
Los síntomas de la enfermedad de Behcet ocurren en forma de crisis, es decir, hay períodos sintomáticos y asintomáticos, además los síntomas presentes en una crisis pueden no ser necesariamente los mismos que en la próxima, pudiendo variar el tiempo de los síntomas entre una crisis y otra.
Cómo es realizado el diagnóstico
El diagnóstico de la enfermedad de Behcet se realiza por parte del médico según los signos y síntomas presentados por la persona, ya que no existen pruebas de laboratorio que puedan confirmar el diagnóstico. En general, se sospecha de la enfermedad de Behcet cuando la persona presenta aftas, inflamación en los ojos, úlceras en la región genital y/o en la piel de forma frecuente.
Para descartar otras enfermedades y evaluar la gravedad de los síntomas, el médico puede solicitar algunos exámenes, como un hemograma, velocidad de sedimentación globular (VSG), análisis de orina, niveles de urea y creatinina, transaminasas TGO y TGP, análisis de orina de 24 horas y pruebas serológicas para infecciones de transmisión sexual, como el VIH y las hepatitis B y C. Además, también puede ser recomendable realizar un examen genético para verificar la presencia del alelo HLA-B51, que está asociado con un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad de Behcet.
Principales causas
La causa de la enfermedad de Behcet aún no está completamente definida, sin embargo, se considera una enfermedad autoinmune cuyos síntomas pueden ser desencadenados por infecciones bacterianas o virales, especialmente el herpes simple, además de poder ser influenciados por factores genéticos, principalmente debido a la presencia del alelo HLA-B51.
Los síntomas de la enfermedad de Behcet surgen debido a una respuesta exagerada del sistema inmunológico, lo que provoca un aumento en la producción de citocinas inflamatorias que causan lesiones en los vasos y órganos.
Cómo se realiza el tratamiento
El tratamiento para la enfermedad de Behcet debe ser guiado por el médico de acuerdo a los síntomas presentados por la persona. En el caso de las aftas y otras lesiones que puedan haber aparecido en la boca, puede ser recomendado el uso de anestésicos y corticosteroides que se aplican directamente sobre las lesiones.
Asimismo, dependiendo de los síntomas y su intensidad, puede ser recomendado el uso de medicamentos inmunosupresores, corticosteroides o inmunobiológicos, los cuales se indican solamente cuando no se ha observado mejoría con los inmunosupresores.
Es importante que se consulte regularmente al médico para evaluar la evolución de los síntomas, y también se recomienda realizar consultas regulares con el oftalmólogo, especialmente cuando se presentan síntomas oculares.