La depresión en el embarazo es un trastorno que se caracteriza por cambios del humor, ansiedad y tristeza, que puede originar desinterés por el embarazo. El diagnóstico es realizado por el médico después de evaluar los síntomas presentes, los cuales deben permanecer durante al menos 1 mes.
Este tipo de trastorno durante la gestación puede surgir debido a los cambios hormonales que ocurren en esta fase, por tener un embarazo complicado, por su embarazo no deseado, entre otros. Las adolescentes son las que tienen mayores posibilidades de sufrir de este tipo de depresión, especialmente si han sufrido crisis de ansiedad o depresión anteriormente.
La depresión en el embarazo tiene cura y su tratamiento debe ser indicado por el médico psiquiatra después de la evaluación de la mujer y de las condiciones de su embarazo.

Síntomas principales
Los cambios de humor durante el embarazo son normales, ya que resultan de las alteraciones de los niveles hormonales que la mujer sufre en esta fase. Sin embargo, si estas variaciones continúan por semanas o meses, la mujer debe conversar con su obstetra para evaluar la situación y verificar si está sufriendo de depresión.
Para diagnosticar la depresión es necesario presentar al menos 5 de los síntomas que se mencionan a continuación:
Tristeza en la mayoría de los días;
Ansiedad;
Crisis de llanto;
Pérdida de interés por las actividades diarias;
Irritabilidad;
Agitación o lentitud casi todos los días;
Fatiga o pérdida de energía todos los días, o en la mayor parte del tiempo;
Trastornos del sueño como insomnio o somnolencia exagerada, casi todos los días;
Exceso o falta de apetito;
Falta de concentración e indecisión prácticamente todos los días;
Sentimientos de culpa o de desvalorización la mayor parte del tiempo;
Pensamientos de muerte o suicidio, con o sin intento de suicidio.
Muchas veces la depresión en el embarazo lleva a la mujer alejarse del trabajo, ya que no puede realizar las actividades diarias y se cansa fácilmente. Los síntomas surgen normalmente en el primer o en el último trimestre gestacional y en el primer mes después del nacimiento del bebe.
¿La depresión afecta al bebé?
La depresión en en el embarazo cuando no se identifica y no es tratada a tiempo, podría tener consecuencias para el bebé. Esto puede ocurrir porque las madres deprimidas presentan más cambios hormonales; poseen menos cuidados con la alimentación y con la salud; interactúan muy poco con el bebé durante su formación, pudiendo perjudicar el desarrollo fetal y; también está demostrado que aumenta las posibilidades de tener un parto prematuro y un bebé con bajo peso al nacer.
Además, las mujeres con depresión en el último trimestre de gestación tienen mayor probabilidad de tener un parto instrumentado con ventosas o fórceps, y los recién nacidos tienen mayor probabilidad de quedarse hospitalizados en neonatología.
Fue verificado también, es un estudio realizado por el Instituto de Psiquiatría y Neurociencia de una Universidad en Londres, que los bebés de mujeres que tuvieron depresión durante la gestación presentaban niveles más altos de cortisol circulante, que es la hormona relacionada al estrés que eran más hiperactivos y reactivos al sonido, luz y frío que los bebés de mujeres que no presentaron ninguna alteración psicológica en el embarazo.
Qué puede causar depresión en el embarazo
Algunas situaciones como la falta de apoyo emocional, comodidad, cariño y asistencia pueden desencadenar la depresión en la mujer durante el embarazo. Otros factores que también contribuyen para el desarrollo de la depresión en esta etapa de la vida son:
La mujer ya sufrió de depresión antes de quedar embarazada o cualquier otro trastorno psiquiátrico como crisis de ansiedad, por ejemplo;
Embarazo anterior complicado, aborto previo o pérdida de un hijo;
No estar casada, no tener seguridad financiera, estar separada o no haber planeado el embarazo.
Problemas estresantes como peleas de pareja, historia de separación o divorcio, problemas de salud grave, secuestro, historia de incendio o catástrofe, muerte de una persona próxima, asalto, abuso sexual y agresión física son algunos factores que también pueden desencadenar la depresión. Sin embargo, también es posible que se desarrolle en mujeres que no han estado expuestas a ninguna de estas situaciones.
Cómo se realiza el tratamiento
El tratamiento para la depresión durante el embarazo varía de acuerdo con la cantidad de síntomas presentes y la presencia o no de signos de gravedad. Por lo que cuando la mujer presente entre 5 y 6 síntomas, el tratamiento recomendado son la realización de varias sesiones de psicoterapia que mejoran la calidad de vida y aumentan la autoconfianza de las mujeres. Asimismo, es posible realizar algunas terapias alternativas como la acupuntura, por ejemplo, la cual está indicada para tratar la depresión.
Realizar actividad física o alguna actividad que permita que la mujer se relaje, mantener una alimentación saludable y tener el apoyo de la familia son otras formas indispensables de tratar la depresión en el embarazo.
En los casos más graves donde la mujer presenta entre 7 a 9 síntomas, se recomienda el uso de medicamentos, sin embargo, no existe un medicamento antidepresivo que sea indicado para las embarazadas y que sea totalmente seguro. Por esto, antes de iniciar la medicación, el médico evaluará la relación riesgo-beneficio que pueden ser proporcionados por la medicación. Además de esto, no se aconseja la ingesta de remedios naturales, como la hierba de san juan o hipérico, debido a que pueden perjudicar al bebé.
A pesar de que el obstetra acompaña toda la gestación, es indispensable que la mujer también sea acompañada por un psiquiatra durante esta fase.
Cuándo utilizar antidepresivos
El uso de antidepresivos sólo es indicado por el médico después de las primeras 12 semanas de embarazo y cuando la mujer presenta de 7 a 9 síntomas de este trastorno, sin embargo, el uso de este medicamento solo debe realizarse cuando se ha confirmado que no existen riesgos para el bebé. Esto, debido a que algunos antidepresivos pueden producir malformaciones en el feto, aumentar el riesgo de parto prematuro y dificultar el crecimiento del bebé.
Así, para disminuir el riesgo de alteraciones provocadas por el uso de antidepresivos, normalmente se recomienda que mujeres que nunca han tomado este tipo de medicación, utilice antidepresivos inhibidores selectivos de la recaptura de serotonina, como sertralina, fluoxetina o citalopram, ya que se consideran más seguros durante este período.
A pesar de ser considerados seguros, algunos estudios indican que el uso de estos antidepresivos en el último trimestre del embarazo puede producir algunas alteraciones neonatales, como agitación, irritabilidad, alteraciones en la alimentación y sueño, hipoglucemia y dificultad respiratoria, por ejemplo, sin embargo, se ha reportado que estas alteraciones duran pocas semanas y no tienen impacto en el desarrollo a largo plazo del bebé.