Consumir refrescos con regularidad puede tener varias consecuencias para la salud, ya que aumenta el riesgo de desarrollar problemas como diabetes, sobrepeso, obesidad, hipertensión, osteoporosis, caries dentales y cálculos renales.
Esto se debe a que esta bebida suele contener un alto contenido de azúcar, cafeína, sodio y ácido fosfórico, sustancias que incrementan las calorías de la dieta, elevan los niveles de glucosa en sangre y reducen la absorción de calcio en el organismo.
El refresco es una bebida gaseosa ultraprocesada que puede contener azúcar y/o edulcorantes, acidulantes, aromatizantes, colorantes, conservantes y, en algunos casos, cafeína.
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Principales consecuencias
El consumo regular de refrescos puede ser perjudicial al favorecer problemas como:
1. Mayor riesgo de diabetes
El refresco común contiene grandes cantidades de azúcar, lo que eleva los niveles de glucosa en sangre y aumenta el riesgo de desarrollar resistencia a la insulina y diabetes.
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El refresco puede contribuir al aumento de peso y a la obesidad, ya que es rico en azúcar y eleva significativamente las calorías de la dieta. Conozca otras causas de la obesidad.
Además, las bebidas azucaradas provocan picos de glucemia seguidos de una caída rápida del nivel de azúcar en sangre, lo que incrementa el apetito.
3. Debilitamiento de los huesos
Muchos refrescos contienen elevadas cantidades de ácido fosfórico, un compuesto que, en exceso, reduce la absorción de calcio en el organismo.
Esto debilita los huesos y aumenta el riesgo de osteoporosis y fracturas a largo plazo.
4. Piedras en los riñones
Debido a la alta acidez del refresco, especialmente en los que son a base de cola, esta bebida aumenta la eliminación de calcio a través de la orina, lo que favorece la formación de cálculos renales.
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La acidez presente en el refresco puede provocar erosión en la superficie del esmalte dental, debilitando los dientes y aumentando el riesgo de caries.
Además, el azúcar presente en el refresco también facilita la proliferación de bacterias en la boca.
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El refresco puede provocar un aumento gradual de la presión arterial debido a su alto contenido de sodio y cafeína, especialmente en los de tipo cola.
También se ha observado que el azúcar y la cafeína pueden causar inflamación en el sistema digestivo, deshidratación y un desequilibrio en la flora intestinal.
7. Disbiosis intestinal
El consumo excesivo de azúcar, como el presente en los refrescos, contribuye a la inflamación y al desequilibrio de la microbiota intestinal.
Esto puede causar disbiosis, lo que favorece la aparición de síntomas como gases, náuseas y mala digestión.
Lea también: Disbiosis intestinal: qué es, síntomas y tratamiento tuasaude.com/es/disbiosis-intestinal8. Hígado graso
El consumo regular de refrescos azucarados incrementa el riesgo de desarrollar hígado graso, ya que el exceso de calorías se acumula en el hígado en forma de grasa. Vea más detalles sobre el hígado graso.
9. Cáncer
Por su alto contenido de azúcar, el consumo frecuente de refrescos favorece el sobrepeso, la obesidad y la diabetes, condiciones que aumentan el riesgo de desarrollar varios tipos de cáncer.
10. Gota
El consumo excesivo de fructosa añadida a productos procesados como el refresco puede elevar los niveles de ácido úrico en sangre, favoreciendo el desarrollo de gota, una enfermedad inflamatoria que provoca hinchazón y dolor en las articulaciones.
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Beber refrescos con azúcar se asocia con niveles elevados de glucosa, triglicéridos y colesterol LDL, lo que incrementa el riesgo de enfermedades cardiovasculares como infarto o accidente cerebrovascular (ACV).
Esto ocurre porque el exceso de azúcar promueve la obesidad y la formación de placas de grasa en las arterias.
Además, el consumo excesivo de cafeína, presente en los refrescos tipo cola, puede provocar arritmias e incluso paro cardíaco.
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Los refrescos a base de cola pueden causar insomnio, ya que contienen cafeína, una sustancia estimulante que, en exceso, también puede provocar ansiedad, nerviosismo, temblores y dolor de cabeza.
¿Las embarazadas pueden tomar refresco?
La embarazada puede tomar refresco endulzado con azúcar o edulcorante, pero su consumo debe ser moderado.
El exceso de azúcar en la dieta puede favorecer el aumento excesivo de peso durante el embarazo, lo que incrementa el riesgo de que el bebé nazca con bajo o alto peso, así como de desarrollar diabetes gestacional, hipertensión y obesidad infantil.
Además, debido a su contenido de cafeína, los refrescos a base de cola deben evitarse durante el embarazo, ya que el exceso de cafeína puede causar deshidratación, pérdida de calcio y complicaciones más graves, como aborto espontáneo, parto prematuro, bajo peso al nacer y síntomas de abstinencia en el recién nacido.
Cómo sustituir el refresco
Algunas alternativas para reemplazar el refresco son:
- Beber agua saborizada, preparada con agua con gas y frutas, que recuerda el sabor del refresco;
- Tomar agua de coco, ya que es naturalmente dulce y rica en minerales;
- Consumir té frío, como mate con limón, té de durazno o de frutos rojos.
También se recomienda beber agua con gas o agua natural, ya que ayudan a desacostumbrar el paladar a los sabores excesivamente dulces.
Vea con el Dr. Guilherme algunas recetas saludables para sustituir el refresco: