Bromhidrosis: síntomas, causas y tratamiento

Actualizado en noviembre 2023

La bromhidrosis es el mal olor en el cuerpo, generalmente en las axilas, pies, cuero cabelludo, ingles o alrededor de los pezones, donde se concentran las glándulas apocrinas, las cuales son responsables por la producción de sudor en estas regiones, que contiene agua, sales minerales y restos de células, los cuales son degradados por bacterias y hongos, dando como resultado un olor desagradable.

Estas glándulas no están activas hasta la pubertad, por lo cual la bromhidrosis suele surgir al inicio de la adolescencia debido a los cambios hormonales comunes en esta fase; no obstante, también puede surgir en adultos debido a la mala higiene, uso de medicamentos, consumo de alimentos como ajo o cebolla, o condiciones de salud como diabetes o problemas en el hígado, por ejemplo. 

El tratamiento de la bromhidrosis debe ser llevado a cabo por el dermatólogo o médico general, de acuerdo con su causa, pudiendo recomendarse el uso de desodorantes antitranspirantes o pomadas antibióticas, o incluso la realización de un tratamiento con cirugía o láser para reducir las glándulas apocrinas.

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Síntomas de bromhidrosis

Los principales síntomas de la bromhidrosis incluyen:

  • Mal olor, incluso siendo realizada la limpieza adecuada en la zona;
  • Sudoración excesiva en la región;
  • Mal olor que puede empeorar luego de las actividades físicas;
  • Descamación de la piel.

Asimismo, el mal olor de la bromhidrosis puede causar vergüenza, ansiedad y baja autoestima, y afectar la calidad de vida.

La bromhidrosis puede surgir en distintas regiones del cuerpo donde las glándulas apocrinas están más concentradas, y el diagnóstico debe ser realizado por el dermatólogo o médico general, que pueden indicar el mejor tratamiento de acuerdo con el tipo de bromhidrosis.

Cómo confirmar el diagnóstico

El diagnóstico de la bromhidrosis es realizado por el dermatólogo a través de la evaluación de los síntomas, antecedentes de salud y examen físico de la piel.

Generalmente, no es necesaria la realización de exámenes; sin embargo, el médico puede solicitar análisis de sangre o de orina, con el objetivo de diagnosticar enfermedades como diabetes o problemas renales o hepáticos, que puedan estar causando la bromhidrosis.

Principales tipos de bromhidrosis

De acuerdo con la zona donde ocurre, la bromhidrosis puede ser clasificada en algunos tipos, siendo los principales:

  • Bromhidrosis axilar, que se caracteriza por mal olor y olor intenso en las axilas;
  • Bromhidrosis plantar, que ocurre en la planta de los pies, produciendo mal olor. Conozca más sobre el mal olor en los pies
  • Bromhidrosis inguinal, que afecta las ingles debido a la proliferación de microorganismos en la región. 

Además, también existe la bromhidrosis hormonal, en la que el mal olor es generalizado y ocurre debido a cambios hormonales, siendo más frecuente en adolescentes.

Posibles causas

La bromhidrosis ocurre principalmente como consecuencia de la alteración de la microbiota de la piel, donde las bacterias y hongos presentes en la región comienzan a proliferar de manera descontrolada y promueven la descomposición de las secreciones liberadas por las glándulas y de la queratina presente en la piel, dando como resultado el mal olor.

Algunas condiciones que pueden favorecer el desarrollo de la bromhidrosis incluyen:

  • Obesidad o sobrepeso;
  • Diabetes;
  • Consumo excesivo y/o frecuente de bebidas alcohólicas;
  • Consumo de alimentos, como ajo, cebolla o espárragos;
  • Alteraciones hormonales;
  • Insuficiencia hepática o renal;
  • Fenilcetonuria;
  • Trimetilaminuria;
  • Uso de medicamentos, como dupilumab o penicilinas;
  • Infecciones de piel, como eritrasma o tricomicosis.

Asimismo, la mala higiene de la piel y/o de la ropa puede favorecer el crecimiento de bacterias u hongos y causar bromhidrosis.

Cómo es realizado el tratamiento

La bromhidrosis tiene cura, y para tratarla de manera eficaz, es necesario reducir la cantidad de bacteria en la piel, pudiendo ser indicado:

  • Uso de jabones antisépticos o antibacterianos,principalmente en las áreas del cuerpo donde es notado el olor más fuerte;
  • Uso de desodorantes antitranspirantes, como los que contienen aluminio, para reducir la producción de sudor por las glándulas y evitar el mal olor;
  • Uso de antibióticos en pomadas, como clindamicina o eritromicina, que pueden reducir la cantidad de bacterias de la región afectada. El uso de antibióticos solo debe ser indicado en última instancia, pues puede favorecer el desarrollo de resistencia por las bacterias presentes en la región, haciéndolas más difíciles de ser eliminadas. 

Otra buena opción para personas que sudan mucho es realizar procedimientos que reduzcan el funcionamiento o el número de glándulas sudoríparas, como el bótox, la cirugía de remoción de glándulas o el tratamiento de láser, que deben ser indicados por el dermatólogo en los casos donde las alternativas mencionadas anteriormente no han sido eficaces.

Vea en el siguiente video algunas formas de combatir el mal olor de los pies:

Cómo evitar la bromhidrosis

Una forma simple de controlar la bromhidrosis incluye la utilización de técnicas naturales que reducen las bacterias en las zonas de mayor producción de sudor, tales como:

  • Lavar la piel diariamente, enjabonando bien la región de los pies, axilas e ingles;
  • Secar bien la piel luego de bañarse, especialmente entre los dedos y debajo de los pliegues de la piel;
  • Siempre lavar bien la ropa y evitar volver a usarla;
  • Dar preferencia a ropa de algodón, fresca y holgada;
  • Cambiar diariamente las medias y la ropa interior;
  • Utilizar aerosoles o talcos antitranspirantes o antibacterianos para los pies;
  • Utilizar zapatos abiertos, siempre que sea posible.

Además, otro consejo muy importante es mantener las regiones con peor olor libre de vellos, como axilas e ingles, pues estos facilitan la acumulación de suciedad y bacterias, intensificando el olor.

No obstante, en caso de que estas técnicas no mejoren el olor del sudor, lo más indicado es consultar a un dermatólogo para comenzar el uso de productos que ayuden a reducir la cantidad de sudor y, por ende, a evitar el olor desagradable.

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