La miel puede aportar varios beneficios para la salud, como aliviar la tos y el dolor de garganta, ayudar en el tratamiento de heridas y combatir los radicales libres. Estos efectos se deben a sus propiedades antimicrobianas, antioxidantes y antiinflamatorias.
Este alimento es producido por las abejas a partir del néctar recolectado de las flores y puede utilizarse para preparar jarabes o tés, o incluso como endulzante natural de jugos, pasteles o yogures, por ejemplo.
A pesar de estos beneficios, este alimento debe consumirse con moderación, dado que la miel es rico en azúcares, lo que puede favorecer el aumento de peso y elevar los niveles de azúcar en la sangre, especialmente cuando se consume en exceso.
Beneficios de la miel
Los principales beneficios del miel de abeja para la salud son:
1. Alivia el dolor de garganta y la tos
La miel ayuda a aliviar el dolor de garganta y la tos en casos de gripe o resfriado, ya que lubrica la garganta y reduce la irritación de los tejidos.
Para eso, basta con tomar una cucharada de miel pura al día, o agregarla a tés y jarabes, por ejemplo.
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La miel contienen una acción que ayuda a retener la humedad, manteniendo la piel del rostro y del cuerpo hidratada y suave.
De esta forma, el miel es utilizado como ingrediente en productos cosméticos, y también puede utilizarse en recetas de hidratantes caseros.
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Cuando se aplica sobre la piel, la miel favorece el tratamiento de heridas gracias a su bajo contenido de humedad y pH, sumado a su alto contenido de azúcar. Estas propiedades impiden el crecimiento de bacterias y estimulan la formación de peróxido de hidrógeno, que actúa como antiséptico.
Además, la miel ayuda a reducir la inflamación, disminuyendo la hinchazón y el dolor en la zona afectada.
Para tratar heridas, es imprescindible utilizar miel esterilizada y probada en laboratorio. El médico puede recomendar su aplicación en cortes pequeños, quemaduras, úlceras o lesiones postoperatorias.
4. Mantiene la salud gastrointestinal
La miel es un alimento con efecto prebiótico, ya que sirve como fuente de energía para las bacterias buenas del intestino, ayudando a mantener el equilibrio de la flora intestinal y la salud digestiva.
Gracias a su acción antiinflamatoria, también puede utilizarse como complemento en el tratamiento de algunos trastornos gastrointestinales, como la diarrea o la infección por Helicobacter pylori.
Sin embargo, se necesitan más investigaciones en humanos para confirmar la eficacia de la miel en el tratamiento de enfermedades digestivas, y su uso debe ser orientado por un profesional de salud.
5. Combate los radicales libres
La miel contiene compuestos antioxidantes, como flavonoides y polifenoles, que ayudan a proteger las células sanas del cuerpo contra el daño provocado por el exceso de radicales libres, que son moléculas inestables capaces de dañar tejidos.
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Debido a su contenido de compuestos antioxidantes, la miel puede favorecer la salud del corazón, ya que ayuda a prevenir la oxidación de las células grasas y contribuye al equilibrio de los niveles de colesterol “malo” (LDL) y triglicéridos en la sangre.
No obstante, aún se requieren más estudios científicos en humanos para analizar con mayor precisión la relación entre el consumo de miel y la mejora de la salud cardiovascular.
7. Aumenta la energía
Gracias a su contenido de azúcares de rápida absorción, la miel puede aumentar la energía y mejorar la disposición física y mental.
Por esta razón, es una opción útil para incluir en refrigerios antes o después del entrenamiento.
Propiedades de la miel
Las propiedades medicinales de la miel, como su acción antimicrobiana, antioxidante y antiinflamatoria, se deben a su contenido de compuestos bioactivos como flavonoides y polifenoles.
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La siguiente tabla muestra la composición nutricional por cada 100 g y por cada 1 cucharada de miel:
Es importante recordar que la miel no está recomendada para niños menores de 1 año, ya que su intestino aún se encuentra en desarrollo y puede no impedir el paso de microorganismos presentes en la miel, lo que podría causar infección.
Cómo consumir
La miel puede consumirse pura o disuelta en preparaciones como tés o jarabes, o bien utilizarse para endulzar yogures, jugos, licuados, galletas, pasteles y otras recetas culinarias.
Sin embargo, al tratarse de un tipo de azúcar, la cantidad máxima recomendada de miel para el consumo diario es de hasta el 10 % del valor calórico total de la dieta. Una persona con una dieta de 2000 calorías, por ejemplo, debería consumir menos de 50 g de miel al día.
Además, la miel de abeja esterilizada también puede emplearse en forma de cremas, geles, pastas o apósitos impregnados para tratar heridas, siempre que sea indicada por el médico.
Contraindicaciones
Los niños menores de 1 año no deben consumir miel debido al riesgo de botulismo infantil. Además, al tratarse de un tipo de azúcar, la miel tampoco se recomienda para el consumo diario en niños menores de 2 años.
La miel no está indicada para personas alérgicas a la propia miel, al polen o a otros productos derivados de las abejas, ni para quienes presentan intolerancia a la fructosa.
Las personas con diabetes deben consumir miel únicamente bajo la orientación de un médico o nutricionista.
Asimismo, algunas personas con síndrome de intestino irritable pueden experimentar mala digestión, exceso de gases o diarrea al consumir miel. En estos casos, se recomienda evitar su consumo.
Dudas comunes
Algunas dudas comunes sobre el miel incluyen:
1. ¿Cómo saber si la miel es pura?
Para saber si la miel es pura, lo ideal es revisar la etiqueta y asegurarse de que solo aparezca “miel” como ingrediente. Si la miel contiene jarabe de maíz, glucosa o cualquier otro aditivo, no es pura y debe evitarse su consumo.
Existen pruebas caseras sencillas, como colocar una cucharada de miel en agua fría: si la miel se disuelve rápido, es adulterada; si cae al fondo lentamente, es pura.
La miel pura tiende a cristalizar con el tiempo y tiene una textura espesa, no líquida. Si la miel nunca se cristaliza o es muy líquida, puede estar adulterada. Para mayor seguridad, se recomienda adquirirla de productores certificados y confiables.
2. ¿La miel tiene azúcar?
La miel contiene azúcar, ya que está compuesta en más del 80 % por este nutriente, incluyendo sacarosa, fructosa, glucosa, maltosa y galactosa.
3. ¿Una mujer embarazada puede comer miel?
Sí, una mujer embarazada puede consumir miel. No obstante, al ser una fuente de azúcar, debe ingerirse con moderación para evitar el aumento excesivo de peso y reducir el riesgo de diabetes gestacional.
4. ¿La miel hace mal?
En general, la miel no hace mal; sin embargo, en personas con diabetes no controlada o con alergia a la miel, puede elevar los niveles de glucosa en sangre o provocar reacciones alérgicas.
Además, la miel puede ser perjudicial para niños menores de 1 año, ya que puede contener la bacteria Clostridium botulinum. Como el sistema inmunológico del bebé aún no está completamente desarrollado, existe riesgo de botulismo infantil.
5. ¿La miel hace daño al hígado?
El consumo excesivo de miel puede afectar al hígado, dado que es rica en fructosa, un tipo de carbohidrato que se metaboliza directamente en el hígado.
Por esta razón, su ingesta en grandes cantidades puede provocar inflamación y favorecer la acumulación de grasa en este órgano, lo que podría contribuir al desarrollo de hígado graso.
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