Antihistamínicos: qué son, tipos y lista de los más usados

Actualizado en abril 2022

Los antihistamínicos, también conocidos como antialérgicos, son medicamentos utilizados para tratar reacciones alérgicas como urticaria, rinitis alérgica o conjuntivitis, reduciendo los síntomas como comezón, inflamación, enrojecimiento o goteo nasal. Estos medicamentos reaccionan impidiendo la acción de la histamina, una sustancia que causa alergia en el organismo, por lo cual se le atribuye el nombre de antialérgicos.

El tipo de antihistamínico que puede ser usado depende de la condición a ser tratada, pudiendo ser indicado por el médico el uso de antihistamínicos de primera, segunda o tercera generación, que presentan diferencias en sus efectos secundarios, como en la somnolencia, por ejemplo.

Por eso, es importante consultar al médico para que sea realizado el diagnóstico de la alergia, debiendo indicarse el antihistamínico más adecuado, la dosis del medicamento y la duración del tratamiento. Además de eso, estos medicamentos no deben ser usados por niños, mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, siendo indicado solo bajo autorización médica.

Imagem ilustrativa número 1

Los principales tipos de antihistamínicos se pueden clasificar en tres grupos:

1. Antihistamínicos clásicos o de primera generación

Los antihistamínicos clásicos o de primera generación fueron los primeros a ser introducidos en el mercado y funcionan bloqueando la liberación de histamina en el cerebro y en la médula espinal. Es por eso, que causan más efectos secundarios como somnolencia acentuada, sedación, fatiga, alteraciones en las funciones cognitivas y en la memoria. Asimismo, también son difíciles de eliminar del organismo y por esta razón deben evitarse.

Los principales antihistamínicos de primera generación son:

  • Prometazina, en comprimidos o crema dermatológica (Fenergan o Rostazina);

  • Dexclorfeniramina, en comprimidos, jarabe, crema dermatológica o solución inyectable (Polaramine, Afeme);

  • Hidroxizina, en comprimidos, jarabe o solución oral ( Akiskam, Hidroxin, Atarax, Execut);

  • Clemastina, en comprimidos o jarabe (Tavist, Tavegyl);

  • Difenhidramina, en comprimidos, jarabe o ampolla inyectable (Benadryl, Caladryl, Nyltol, Brudifen, Bionaryl, Difedram, Difenidrin).

Estos antihistamínicos generalmente son indicados para el tratamiento de reacciones alérgicas, dermatitis alérgica, urticaria, rinitis alérgica, vértigo, náuseas causadas por los viajes o para prevenir vómitos postoperatorios, por ejemplo, y deben ser usados solo bajo indicación médica.

Además de eso, algunos antihistamínicos de primera generación, como la difenhidramina, pueden ser utilizados en hospitales para el tratamiento de reacciones alérgicas graves o anafilácticas, aplicados directamente en la vena o en el músculo por un enfermero, con supervisión médica.

2. Antihistamínicos no clásicos o de segunda generación

Los antihistamínicos no clásicos o se segunda generación son medicamentos que funcionan impidiendo la acción de la histamina en tejidos periféricos, como los vasos sanguíneos, trato gastrointestinal y sistema respiratorio. Estos antihistamínicos penetran en menor cantidad en el sistema nervioso central y son eliminados más rápidamente, presentando menos efectos secundarios.

Los principales antihistamínicos se segunda generación son:

  • Loratadina, en comprimidos o en jarabe (Albatrina, Aludix, Clarityne, Lertamine);

  • Cetirizina, en comprimidos, cápsulas o solución oral (Reactine, Trizinet, Zyrtec, Virlix);

  • Bilastina, en comprimidos o jarabe (Blaxitec, Labixten);

  • Ebastina, en comprimido o jarabe (Evastel, Pinavalt);

  • Epinastina, en comprimidos o colirio oftalmológico (Aimeé, Flurinol, Prenrex).

Estos antihistamínicos generalmente son indicados para el tratamiento de reacciones alérgicas, urticária, rinitis alérgica, conjuntivitis alérgica, ayudando a aliviar los síntomas, como picazón en la piel, ojos y nariz, congestión nasal, estornudos, ojos irritados o tos.

Antes de iniciar el tratamiento con antihistamínicos de segunda generación se debe consultar al médico, para que pueda recomendar el tratamiento más adecuado de acuerdo a los síntomas presentados. Sepa cómo reconocer los síntomas de alergia.

3. Antihistamínicos de tercera generación

Los antihistamínicos de tercera generación son medicamentos producidos a través de la modificación de moléculas de los antihistamínicos se segunda generación, presentando la misma acción y eficacia, pero con dosis y efectos secundarios menores.

  • Levocetirizina, en comprimidos o gotas (Belazix, Invokier, Lavilix, Levigrix, Xuzal, Zetyrel, Zyxem);

  • Desloratadina en comprimidos o jarabe (Abrunt, Azomyr, Bennet, Deslival, Histapharm, Sendidex Aerius, Desalex, Deslorana, Desler);

  • Fexofenadina en comprimidos o jarabe (Allegra, Pirquet, Biostafex, Alerfast, Aldfex, Fexu, Rinolast, Alexia Forte o Fexoril).

Estos medicamentos son indicados para el tratamiento de la rinitis alérgica, urticaria crónica, alergias en la piel, conjuntivitis alérgica o coriza, por ejemplo, y deben ser usados según la indicación médica.

Cuáles pueden tomarse durante el embarazo

Durante el embarazo se debe evitar al máximo la utilización de medicamentos, incluyendo los antihistamínicos, especialmente en el primer trimestre de embarazo, ya que en esta fase ocurre una rápida multiplicación de las células del embrión y formación de los principales órganos, y el uso de medicamentos o otras sustancias pueden afectar gravemente el desarrollo del bebé.

Sin embargo, en el caso de que sea necesario, la embarazada puede utilizar antihistamínicos, siendo únicamente indicado por el obstetra. Los antihistamínicos que son considerados más seguros en el embarazo y que se encuentran en la categoría B son: la clorfeniramina, loratadina y difenhidramina.

Contraindicaciones

Los antialérgicos normalmente pueden ser utilizados por cualquier persona, sin embargo, existen algunos casos en los que se necesita orientación médica como:

  • Embarazo y lactancia materna;

  • Niños y bebés;

  • Glaucoma;

  • Presión alta;

  • Enfermedades renales o del hígado;

  • Hipertrofia benigna de la próstata;

Además de esto, este tipo de medicamentos puede interactuar con algunos medicamentos anticoagulantes y medicamentos depresores del sistema nervioso central, como los ansiolíticos o antidepresivos, siendo aconsejado consultar un médico antes de utilizarlos.