Tiña en la piel: síntomas y tratamiento (con fotos)

Actualizado en junio 2023

La tiña en la piel es una enfermedad causada por hongos que crecen en la piel, presentando síntomas, como manchas rojas con forma circular, que pueden descamarse y causar comezón, pudiendo desarrollarse por la falta de higiene o transpiración excesiva. Las áreas del cuerpo más afectadas son normalmente el tronco, la ingle, el rostro y los brazos.

Los hongos que provocan la tiña en la piel, conocida científicamente como Tinea corporis, son denominados dermatofitos, los cuales presentan mayor afinidad por la queratina, que es una proteína presente en la piel, cabello y vello, por lo que los síntomas se observan en estas zonas.

El tratamiento indicado para la tiña debe ser indicado por el dermatólogo, pudiendo ser recomendado el uso de pomadas o cremas y, en los casos más graves, la ingesta de medicamentos antimicóticos orales. Además, es importante tener una buena higiene personal, manteniendo todas las zonas corporales bien lavadas y secas.

Fotos de tiña en la piel

Imagem ilustrativa número 3
Fotos de tiña en la piel
Fotos de tiña en la piel

Principales síntomas

Los principales síntomas de tiña en la piel son:

  • Surgimiento de manchas rojas en la piel que crecen a lo largo del tiempo;
  • Manchas que no duelen, pero que dan comezón y/o se descaman;
  • Manchas redondas u ovaladas que tienen bordes bien definidos.

Como los hongos relacionados con la tiña pueden ser fácilmente transmitidos de una persona a otra, es importante que se tengan algunos cuidados para evitar el contagio; además, también es necesario consultar a un dermatólogo para que realice el diagnóstico y, de esta manera, se inicie el tratamiento más adecuado, que normalmente incluye el uso de pomadas o cremas que contienen antifúngicos.

En el caso de tiña en el cuero cabelludo, llamada tiña capitis, este hongo puede provocar la caída del cabello, dejando partes de la cabeza sin cabello. Conozca más sobre la tiña capitis, síntomas y tratamiento.

Qué puede causar tiña

La tiña surge cuando existe un desarrollo excesivo de hongos que normalmente se encuentran en la piel, denominados dermatofitos. El crecimiento de estos hongos se ve favorecido cuando una zona del cuerpo es muy caliente o húmeda, como en el caso de los pliegues, principalmente la ingle y el cuello.

De esta forma el hongo logra desarrollarse con facilidad y llevar a la formación de las manchas características de la tiña. Así, esta alteración fúngica puede ser causada por el hecho de permanecer con la piel mojada por mucho tiempo y debido a una higiene inadecuada, por ejemplo. Conozca otros tipos de hongos en la piel y cómo es el tratamiento.

Cómo se realiza el tratamiento

El tratamiento para la tiña debe ser siempre prescrito por un dermatólogo, pero generalmente en los casos más leves se realiza con pomadas o cremas para la tiña o en los casos más graves, con la ingestión de medicamentos antimicóticos orales por un máximo de 30 días, siendo normalmente recomendado el uso de clotrimazol, ketoconazol, isoconazol, miconazol, terbinafina, entre otros. Conozca más sobre los medicamentos utilizados en el tratamiento de la tiña.  

Durante el tratamiento se recomienda tener una buena higiene personal, manteniendo todas las zonas corporales bien lavadas y secas, evitar compartir objetos personales, así como rascarse las heridas, ya que esto aumenta el riesgo de transmisión de la enfermedad.

Además del tratamiento con antifúngicos, algunos remedios caseros pueden indicarse como complemento del tratamiento, porque tienen propiedades antimicrobianas que ayudan a fortalecer el sistema inmune.

Cómo prevenir la tiña

Los hongos responsables de la tiña pueden transmitirse con facilidad de una persona a otra, por lo que es importante tener algunos cuidados para evitar la infección, como:

  • Mantener la piel siempre seca y limpia, principalmente los pliegues como axilar, ingle y cuello;
  • Evitar compartir objetos de uso personal, como toallas, cepillo de dientes y ropa:
  • Evitar el contacto directo con las manchas de otras personas;
  • Tener una alimentación saludable y pobre en azúcar, ya que puede influenciar en el desarrollo del hongo;
  • Realizar una limpieza adecuada de la piel.

Además, en caso de observar cualquier alteración en la piel, es importante consultar a un dermatólogo para que realice el diagnóstico e inicie el tratamiento, pudiendo también evitar el contagio de otras personas.