10 síntomas de riñones inflamados (y qué hacer)

Algunos síntomas de riñones inflamados son cansancio, orina espumosa y con sangre, aumento de la retención de líquidos en el cuerpo y subida de la presión arterial.

Esta inflamación en los riñones se conoce como nefritis, pudiendo ser causada por el uso excesivo de medicamentos, infecciones por microorganismos, exposición a toxinas por un período prolongado o por el padecimiento de alguna enfermedad autoinmune, como el lupus, entre otras. Vea más detalles sobre la nefritis.

Cuando existe sospecha de una inflamación en los riñones, es muy importante acudir al hospital o consultar un nefrólogo para confirmar el diagnóstico e iniciar el tratamiento lo antes posible, con el objetivo de evitar complicaciones graves como anemia o insuficiencia renal.

Hombre siendo examinado por un nefrólogo en la espalda baja

Principales síntomas

Los síntomas de riñones inflamados son:

  1. Cansancio y falta de energía;
  2. Presencia de sangre en la orina;
  3. Orina espumosa o burbujeante;
  4. Micción poco frecuente;
  5. Hinchazón en las piernas, tobillos y/o pies e incluso alrededor de los ojos;
  6. Aumento de la presión arterial;
  7. Náuseas y vómitos;
  8. Pérdida de apetito y por consiguiente de peso;
  9. Dificultad para dormir o insomnio;
  10. Calambres musculares.

Es importante destacar que estos síntomas pueden aparecer de manera súbita o progresiva y pueden variar en intensidad, pues dependerán del grado y el tiempo de inflamación de los riñones. 

Qué hacer en caso de riñones inflamados

Si se experimentan síntomas de riñones inflamados, es fundamental acudir a un nefrólogo para una evaluación y diagnóstico adecuados, ya que la inflamación renal puede ser un signo de una condición grave que requiere tratamiento.

El nefrólogo, además de evaluar los síntomas que presenta la persona, también deberá verificar los antecedentes médicos y familiares, así como realizar un examen físico.

También podrá indicar la realización de algunos exámenes de diagnóstico, como un examen de sangre general, que incluya algunos parámetros para evaluar el funcionamiento renal, como la creatinina, el BUN y la tasa de filtración glomerular.

Asimismo, deberá solicitar un examen general de orina, un urocultivo y, si lo considera necesario, exámenes de imagen como un TAC o resonancia, y/o una biopsia renal.

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