Enfermedad de Parkinson: qué es, síntomas y tratamiento

Actualizado en enero 2024

La enfermedad de Parkinson, también conocida como mal de Parkinson, es una enfermedad degenerativa del cerebro que se caracteriza por la alteración de los movimientos, originando temblores, rigidez de los músculos, lentitud de los movimientos y desequilibrio.

La causa de esta enfermedad, aunque no se conoce totalmente, se debe a un desgaste de regiones del cerebro responsables de la producción de dopamina, un importante neurotransmisor cerebral que tiene funciones motoras en el organismo.

La enfermedad de Parkinson suele surgir a partir de los 50 años, sin embargo, en casos más raros, puede presentarse antes de esta edad. Para controlar sus síntomas, son indicados medicamentos, como levodopa, que ayuda a reponer la dopamina y otras sustancias necesarias para la estimulación nerviosa y el control de los movimientos.

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Principales síntomas

Los principales signos y síntomas de la enfermedad de Parkinson son:

  • Temblores: empeoran cuando la persona está en reposo, es decir, sin moverse, y mejoran cuando ejerce algún movimiento. Generalmente, predomina en un lado del cuerpo, estando más presente en la mano, brazo, piernas y mentón.
  • Rigidez de los músculos: se manifiesta mediante la dificultad para moverse, dando sensación de estar rígido, lo que impide actividades como caminar, abrir los brazos o subir y bajar escaleras. De esta forma, es común que la postura se torne más encorvada. También puede ocurrir la congelación de la marcha o freezing, que es cuando la persona tiene dificultad para salir de un lugar.
  • Lentitud de los movimientos: la agilidad para realizar los movimientos rápidos y amplios se ve comprometida, por lo que las tareas simples como abrir y cerrar las manos, vestirse, escribir o masticar se hacen difíciles, situación llamada bradicinesia.
  • Pérdida del equilibrio y reflejos: debido a la dificultad para controlar los movimientos, es difícil equilibrase y mantener la postura, con un alto riesgo de caídas, además de haber una menor capacidad de reaccionar a estímulos, ya que los movimientos se ven comprometidos.

Además, también pueden estar presentes otros síntomas, que incluyen:

  • Disminución de las expresiones faciales;
  • Dificultad para hablar, con voz ronca y "arrastrada";
  • Disminución del parpadeo de los ojos;
  • Trastornos del sueño, como insomnio, pesadillas, sonambulismo;
  • Asfixia y dificultad para tragar alimentos;
  • Dermatitis en la piel;
  • Dificultad para percibir olores;
  • Estreñimiento;
  • Depresión.

Los signos y síntomas de la enfermedad de Parkinson surgen de manera gradual, casi imperceptibles al inicio, y van empeorando con el paso del tiempo.

Cómo se realiza el diagnóstico

Para diagnosticar la enfermedad de Parkinson, el neurólogo o geriatra evaluará la presencia de estos signos y síntomas, a través de los antecedentes y de la realización de un examen físico, siendo necesario que al menos 3 de síntomas estén presentes.

El médico también podrá solicitar otras pruebas, como resonancia magnética y tomografía computarizada del cráneo, exámenes de sangre o electroencefalograma, por ejemplo, para descartar otras causas de la alteración de los movimientos que pueden confundirse con el Parkinson, como temblor esencial, secuela de ACV, tumor, sífilis avanzada, parálisis supranuclear progresiva o incluso el uso de algunos medicamentos, como haloperidol, por ejemplo.

Qué causa el Parkinson

Cualquier persona puede desarrollar la enfermedad de Parkinson, pues no es una enfermedad hereditaria. Esta surge debido a una degeneración del cerebro, la cual aún no se conoce la causa, provocando la muerte de las neuronas de la sustancia negra, un área importante de este órgano que está relacionada con la producción de dopamina, siendo este el motivo de los principales signos y síntomas de esta enfermedad.

Se han realizado estudios científicos para intentar descubrir de forma más definitiva las causas de la enfermedad de Parkinson y, actualmente, se ha demostrado que la población de bacterias intestinales puede influir en el desarrollo tanto de la enfermedad como de otras afecciones cerebrales; es decir, el predominio de bacterias dañinas en el intestino, gracias a una alimentación poco saludable, puede conducir a cambios en el metabolismo y perjudicar la salud de las neuronas, favoreciendo el desarrollo del Parkinson. 

Cómo se realiza el tratamiento

El tratamiento de la enfermedad de Parkinson se realiza con el uso de medicamentos de por vida, los cuales ayudan a disminuir los síntomas y retrasan la progresión de la enfermedad. El principal medicamento utilizado es la levodopa, que ayuda a reponer la cantidad de dopamina, importante neurotransmisor para el control de los movimientos.

Otros medicamentos que también son utilizados para mejorar los síntomas son biperideno, amantadina, seleginina, bromocriptina y pramipexol, principalmente en las etapas iniciales. La fisioterapia, la actividad física y la terapia ocupacional también son muy importantes para ayudar en el tratamiento del Parkinson, por incentivar la restauración y la recuperación de los movimientos.

Ahora, en las etapas más avanzadas, un tratamiento prometedor es la cirugía de estimulación cerebral profunda, realizada en grandes centros de neurología, permitiendo mejorar los síntomas y la calidad de vida del paciente. Conozca con más detalle cómo se realiza el tratamiento para la enfermedad de Parkinson