Micosis: qué es, síntomas y tratamiento

Actualizado en abril 2023

La micosis es una enfermedad de la piel causada por los hongos que pueden afectar tanto la piel como las uñas, el cuero cabelludo, la ingle y la región genital, causando la aparición de diversos síntomas de acuerdo a la zona donde se encuentra la infección fúngica.

El crecimiento de los hongos ocurre principalmente en ambientes húmedos, por esto, una de las principales formas de contagio es a través del uso compartido de objetos personales como toallas o ropa íntima. Otra causa que puede favorecer el crecimiento de hongos es la falta de higiene personal.

El tratamiento para la micosis debe realizarse bajo la orientación de un dermatólogo el cual por lo general indica el uso de medicamentos por vía oral, óvulos vaginales o de utilización tópica como cremas y pomadas, los cuales dependerán del tipo de hongo presente. Conozca 7 tipos de hongos en la piel y cómo tratar.

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Síntomas de la micosis

Los síntomas de la micosis pueden aparecer en diversas partes del cuerpo, pudiendo surgir en la piel, dedos, cuero cabelludo, región genital y uñas, por ejemplo. Por lo que los síntomas varían según la región, sin embargo, los síntomas que surgen comúnmente son:

  • Picazón en la región afectada;
  • Aparición de lesiones rojizas que se descaman;
  • Ardor y malestar en la región;
  • Oscurecimiento o aclaramiento de la región de la piel afectada.

En el caso de que la micosis sea a nivel genital puede haber comezón y flujo genital y, en el caso e las uñas, puede haber alteración de su coloración y de la forma. 

Los síntomas son progresivos y suelen ser más comunes durante el verano, ya que el calor es uno de los factores que favorece la proliferación de hongos además de la humedad, por lo que compartir toallas de baño y de rostro húmedas puede ser considerada una forma de transmisión de la micosis. Además de esto, enfermedades como la diabetes, el uso prolongado de antibióticos y el estrés pueden favorecer la proliferación de los hongos, ya que hay una disminución del sistema inmune y de la cantidad de bacterias buenas en el organismo favoreciendo su aparición.

Otros factores que favorecen su aparición son tener relaciones sexuales sin protección, mucha sudoración, utilizar ropa muy apretada, frecuentar ambientes muy húmedos o que no poseen la higiene adecuada como los vestuarios, por ejemplo.

Cómo prevenir la micosis

Para prevenir la micosis se deben tomar medidas simples y que impiden la proliferación fúngica, por lo que es importante tener buenos cuidados de higiene, incluyendo la higiene íntima, mantener el cuerpo limpio y seco debiendo hacer énfasis en las regiones con pliegues como la ingle, por ejemplo. Además de esto, se debe evitar andar descalzo en pisos húmedos o públicos.

También se recomienda el uso de ropa de algodón ya que este tipo de tejido es más poroso y permite que la piel respire y, por último, se debe evitar compartir objetos personales como toallas, maquillaje, peines, cepillo, corta uñas y cepillos de diente por ejemplo.

Cómo se realiza el tratamiento

El tratamiento para la micosis debe ser indicado por el dermatólogo y se hace con el objetivo de eliminar el hongo causante de la infección y aliviar los síntomas. Normalmente el tratamiento se realiza con el uso de cremas, pomadas, lociones de uso tópico, óvulos vaginales o medicamentos orales, que se recomiendan según el sitio donde apareció la lesión y de la gravedad de los síntomas.

Los medicamentos más utilizados en el tratamiento de las micosis son Fluconazol, Clotrimazol, Miconazol o Itraconazol y el tiempo de tratamiento varía de acuerdo a la región de la micosis, pudiendo durar de 30 a 60 días en el caso de la micosis en las manos, 1 año en el caso de la micosis de los pies y varios meses cuando los hongos se encuentra en el cuero cabelludo o las uñas. 

Es importante que el tratamiento se haga durante todo el período indicado por el médico, inclusive si los síntomas desaparecen, ya que puede que el hongo no haya sido eliminado por completo, pudiendo volver a surgir los síntomas o agravarse la enfermedad.