Es normal sentirse peor al cabo de un mes sin fumar, sin embargo, esto varía de una persona a otra. Estos síntomas de abstinencia se deben a que al dejar el cigarrillo el organismo comienza a eliminar la nicotina y otras sustancias tóxicas acumuladas durante años, ocasionando una serie de síntomas incómodos.
Cuando se deja el cigarrillo, tanto el cuerpo como el cerebro deben acostumbrarse a no tener nicotina. Entre los efectos secundarios más comunes que pueden aparecer después de dejar de fumar están:
- Tos y flemas;
- Aumento del apetito;
- Mareo y sudoración;
- Irritabilidad, frustración y rabia;
- Nerviosismo e inquietud;
- Dificultad para concentrarse y dormir.
Además de la parte física, el tabaco suele estar ligado a rutinas diarias, emociones e incluso a la forma de gestionar el estrés. Al eliminar ese hábito, la persona puede sentir ganas de volver a fumar, así como un vacío, lo que contribuye a estados de ánimo bajos, depresión o sensación de inestabilidad emocional. Vea más sobre los síntomas de abstinencia al cigarrillo.
Estos síntomas suelen pasar con el paso del tiempo y forman parte del proceso de recuperación. No obstante, si los efectos empeoran con el tiempo se recomienda consultar con un médico.