Es posible que las axilas huelan mal aunque se use desodorante, ya que diferentes factores pueden favorecer el mal olor. El tipo de desodorante, la ropa o incluso la alimentación pueden influir en este problema.
Algunos desodorantes solo disimulan el olor, pero no controlan la sudoración. Por eso, se recomienda usar uno antitranspirante. Las prendas sintéticas retienen más sudor y pueden empeorar el mal olor.
El estrés o la ansiedad activan glándulas que producen un sudor con olor más intenso. Alimentos como ajo, cebolla o especias fuertes también pueden acentuar el olor corporal.
En algunos casos, la sudoración excesiva o la bromhidrosis facilitan la proliferación de bacterias que generan un olor más fuerte. Mantener una higiene adecuada ayuda a controlar esta situación. Vea qué es la bromhidrosis.
Para evitar el mal olor, se recomienda usar desodorante antitranspirante, preferir ropa de algodón, lavar bien las axilas con jabón antibacteriano y secarlas por completo. Si el olor persiste, se debe consultar a un dermatólogo para investigar la causa y orientar el tratamiento.