La crema de leche, también conocida como nata, es la parte de la leche que concentra mayor cantidad de grasa y se obtiene al separar la fracción grasa del resto del líquido. Puede encontrarse en el supermercado como crema batida, crema fresca, media crema y crema de leche culinaria.
Es un ingrediente muy utilizado porque aporta textura, sabor y cremosidad a preparaciones dulces y saladas.
La crema de leche debe contener al menos 10 % de grasa, aunque puede alcanzar porcentajes más altos en las variedades diseñadas para batir o montar.
Los análisis muestran que es un alimento rico en triglicéridos y ácidos grasos, con un alto aporte calórico, por lo que se considera un producto de alta densidad energética.
Por este motivo, su consumo debe ser moderado, sobre todo en personas con colesterol o triglicéridos elevados, o con enfermedades cardiovasculares asociadas.