Pérdida de líquido amniótico: síntomas y qué hacer

Actualizado en junio 2022

La pérdida de líquido amniótico se manifiesta a través de la la salida de líquido transparente y sin olor a través de la vagina, el cual puede observarse en la ropa interior, haciendo que esta se moje más de una vez al día.

En caso de que sospeche que tiene una pérdida de líquido amniótico en el 1º o 2 trimestre del embarazo, se aconseja que acuda de inmediato al servicio de urgencias o al obstetra, ya que en este período de la gestación, la disminución de líquido amniótico puede interferir en el desarrollo y el crecimiento del bebé, además de que también puede poner en riesgo la vida de la mujer.

Si se encuentra más hacia el final de la gestación, es decir, de la semana 37 en adelante, entonces no suele ser una situación grave, debido a que generalmente indica que se ha iniciado el trabajo de parto.

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Principales síntomas

En la mayoría de los casos, la pérdida de líquido amniótico sólo se confunde con la pérdida involuntaria de orina que se produce debido al peso del útero sobre la vejiga.

Una buena forma para saber si es pérdida del líquido amniótico, pérdida de orina o si es sólo aumento de la lubricación de la vagina es colocar una toallita íntima en la ropa interior y observar las características del líquido. Normalmente, la orina es amarillenta y presenta olor, mientras que el líquido amniótico es transparente y sin olor y la lubricación íntima es sin olor pero puede tener una apariencia de clara de huevo.

Los principales síntomas y signos de pérdida de líquido amniótico incluyen:

  • La ropa interior se moja, pero el líquido no tiene olor, ni color;
  • La ropa interior se moja más de una vez al día;
  • Disminución de los movimientos del bebé en el útero, cuando ya hubo una pérdida mayor de líquido.

Las embarazadas con factores de riesgo como la presión arterial alta, la diabetes o el lupus, tienen más probabilidades de presentar una pérdida de líquido amniótico, pero esto puede ocurrirle a cualquier embarazada.

Qué hacer si está perdiendo líquido amniótico

El tratamiento para la pérdida de líquido amniótico varía de acuerdo a la edad gestacional:

En el 1º y el 2º trimestre

Se debe buscar ayuda médica de inmediato, pero el tratamiento generalmente se realiza acudiendo semanalmente al obstetra para evaluar la cantidad de líquido a lo largo del embarazo. Cuando el médico realiza el ultrasonido y descubre que el líquido está muy bajo puede recomendar aumentar la ingesta de agua.

En caso no haya señales de infección o sangrado asociado la pérdida de líquido, el acompañamiento de la mujer puede realizarse periódicamente a nivel ambulatorio, en el que el equipo de salud verifica la temperatura corporal de la mujer y realiza una hematología para verificar si hay signos de infección o de trabajo de parto. Además, también se realizan exámenes para evaluar si está todo bien con el bebé, como auscultación de los latidos cardíacos del bebé y biometría fetal. De esta manera, es posible verificar si el embarazo está desarrollándose correctamente, a pesar de la pérdida de líquido amniótico.

En el 3º trimestre

Cuando la pérdida de líquido es transparente y ocurre después de las 37 semanas, no suele ser grave, y generalmente indica el comienzo del trabajo de parto. En estos casos, la mujer puede quedarse en casa durante 18 horas aproximadamente, pero luego de ese período, debe acudir a la maternidad para una evaluación con el obstetra. Su médico puede recomendarle que le administre un antibiótico directamente en la vena mientras espera que comience el trabajo de parto. Vea cuáles son los primeros síntomas que indican que el bebé está por nacer.

Si el trabajo de parto no comienza al cabo de 24 horas, el obstetra puede recomendar inducir el trabajo de parto.

En los casos en que el líquido tenga un color verdoso o marrón, se aconseja acudir inmediatamente a la maternidad u hospital, para identificar la causa y evaluar cómo se encuentra el bebé.

Principales causas

Las causas de la pérdida de líquido amniótico no siempre son conocidas, sin embargo, algunas que se han podido indentificar incluyen:

  • Ruptura parcial de la bolsa: en el que el líquido amniótico empieza a caer por un pequeño agujero en la bolsa. Es más frecuente al final del embarazo y normalmente la apertura se cierra sola con reposo y buena hidratación;
  • Problemas en la placenta: en la que puede no estar produciendo suficiente sangre y nutrientes para el bebé y no produce tanta orina, habiendo menos líquido amniótico;
  • Uso de medicamentos para el control de la presión arterial, pues pueden disminuir la cantidad de líquido amniótico y afectar los riñones del bebé;
  • Anomalías en el bebé: al principio del segundo trimestre, el bebé comienza a tragar el líquido amniótico y a eliminarlo por la orina. Cuando hay pérdida de líquido amniótico, los riñones del bebé pueden no desarrollarse correctamente;
  • Síndrome de transfusión feto-fetal: en el caso de gemelos idénticos, uno puede recibir más sangre y nutrientes que el otro, haciendo que uno tenga menos líquido amniótico que el otro.

Además de esto, la presencia de cuadros infecciosos genitales también puede ocasionar problemas con el líquido amniótico, por lo que se recomienda consultar al obstetra siempre que surgen síntomas como ardor al orinar, dolor genital o enrojecimiento, por ejemplo. Vea cómo identificar una infección vaginal.