Anfetaminas: qué son, para qué sirven y riesgos para la salud

Actualizado en febrero 2024

Las anfetaminas son una droga sintética que estimula el sistema nervioso, causando sensación de bienestar y aumento de la disposición. El uso de anfetaminas puede ser indicado por el médico para el tratamiento de algunas enfermedades, como trastorno por déficit de atención o narcolepsia.

Sin embargo, debido a su efecto estimulante, las anfetaminas muchas veces son usadas de manera ilegal como drogas de abuso, sin finalidad médica, siendo generalmente empleadas para aumentar la libido, el estado de vigilia y la socialización y causar euforia. Para estos fines, la anfetamina es vendida bajo la forma de metanfetamina (speed), MDMA o éxtasis, por ejemplo.

Las anfetaminas siempre deben ser utilizadas bajo supervisión médica para tratar problemas de salud, pues cuando son usadas fuera del contexto médico, en dosis excesivas o constantemente, pueden causar riesgos serios para la salud, como psicosis, paranoia o problemas cardiovasculares.

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Para qué sirven

Las anfetaminas pueden ser indicadas por el médico para el tratamiento del trastorno por déficit de atención, de la narcolepsia y, en ciertos casos, del trastorno alimentario compulsivo.

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Los medicamentos que contienen anfetaminas ayudan a controlar algunos síntomas de esta enfermedad y son utilizados por un corto período de tiempo, pues pueden causar dependencia o efectos secundarios graves, por lo cual su uso siempre debe ser supervisado por el médico. 

Riesgos de las anfetaminas para la salud

Las anfetaminas pueden causar serios riesgos para la salud cuando son empleadas sin orientación médica o en exceso, o usadas regularmente o como droga de abuso, pudiendo ocasionar el surgimiento de efectos secundarios graves, tales como:

  • Infarto;
  • ACV;
  • Palpitaciones cardíacas o dolor en el pecho;
  • Dificultad para respirar;
  • Convulsiones;
  • Dolor o sensación de ardor al orinar;
  • Agitación;
  • Alucinaciones auditivas y visuales;
  • Agresividad;
  • Psicosis o delirio;
  • Sentimiento de paranoia o distorsión de la percepción de la realidad;
  • Ansiedad intensa o irritabilidad;
  • Comportamientos obsesivos.

Los riesgos de las anfetaminas se relacionan especialmente con el sistema cardiovascular y nervioso, pues actúan aumentando los niveles de neurotransmisores como dopamina, serotonina y noradrenalina, que son sustancias responsables por la comunicación entre las neuronas, la regulación del estado de ánimo, el aumento de los latidos cardíacos y del flujo sanguíneo y el estímulo de la contracción de los vasos sanguíneos, por ejemplo. 

Sobredosis de anfetaminas

Otros riesgo de las anfetaminas es la sobredosis, en especial cuando es utilizada en cantidades mayores de las recomendadas por el médico o como droga de abuso.

Generalmente, las anfetaminas causan dependencia y tolerancia, lo que significa que el organismo comienza a requerir dosis cada vez mayores para obtener el efecto deseado. De esta forma, al aumentar el consumo de anfetaminas se puede alcanzar una dosis tóxica, lo que depende del tipo de anfetamina utilizada y de las reacciones del organismo de cada persona.

Los efectos que la sobredosis de anfetaminas puede causar son dolor fuerte en el pecho, latidos cardíacos acelerados, crisis de pánico, dolor o debilidad muscular, espasmos musculares, convulsiones, aumento de la temperatura corporal, sudoración excesiva, dificultad respiratoria, respiración rápida o jadeos.

La sobredosis de anfetaminas requiere de tratamiento médico inmediato, pues puede colocar la vida en riesgo, por lo cual se debe acudir al centro de emergencias más cercano en caso de que surjan estos síntomas.

Cómo es el tratamiento del abuso de anfetaminas

Por lo general, el tratamiento para personas que usan anfetaminas indebidamente como droga de abuso debe ser con desintoxicación, orientada por el médico, el cual suele ser realizado en clínicas especializadas de rehabilitación.

Para la recuperación de personas usuarias de estas drogas, es importante promover la calma del individuo en un ambiente tranquilo y sin amenazas, pues cuando el consumo de anfetaminas es interrumpido bruscamente, ocurren síntomas opuestos a los efectos de la droga, por lo cual los usuarios crónicos pueden requerir de hospitalización para tratar el síndrome de abstinencia.

Las personas que presentan delirios y alucinaciones pueden tomar un medicamento antipsicótico, como la clorpromazina, por ejemplo, que posee un efecto calmante y reduce la angustia, y debe ser empleada según las indicaciones médicas.

Asimismo, el médico puede indicar un tratamiento psicológico, como la terapia cognitivo-conductual, para ayudar a la persona a librarse del abuso de anfetaminas y evitar recaídas.