5 medicamentos para la artrosis

Actualizado en mayo 2023
Evidencia científica

Los medicamentos más utilizados para tratar la artrosis son los analgésicos y antiinflamatorios, que se pueden tomar por vía oral, como el paracetamol o el diclofenaco, o en forma de pomada, como la capsaicina, ya que ayudan a aliviar los síntomas de dolor e hinchazón en las articulaciones, mejorando la calidad de vida.

Sin embargo, el médico también puede recomendar el uso de medicamentos que ayudan a lubricar y reconstruir el cartílago de las articulaciones, como la glucosamina y la condroitina, ya que actúan como antiinflamatorios naturales que ayudan a reducir el dolor y la inflamación gradualmente con el tiempo.

El tratamiento de la artrosis siempre debe ser guiado por el médico, con dosis individualizadas, ya que pueden ocasionar efectos secundarios como úlcera gástrica o insuficiencia renal, por ejemplo. Además, el médico también puede orientar el tratamiento con fisioterapia para ayudar a mejorar el movimiento y fortalecer la articulación. Vea qué es la artrosis y qué síntomas ocasiona.

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Principales medicamentos

Los principales medicamentos utilizados para tratar la artrosis son:

1. Analgésicos

El paracetamol (Tylenol) es el principal analgésico utilizado para aliviar el dolor de la artrosis, debiendo tomarse hasta 4 veces al día o conforme a la orientación del médico, siendo, generalmente, suficiente para permitir la realización de actividades diarias. Este medicamento debe ser prescrito por el médico y utilizado de acuerdo a la intensidad de los síntomas de cada persona.

Los opioides, como la codeína y el tramadol, por ejemplo, son analgésico más potentes, utilizados en los casos en que el dolor es muy intenso o que no mejora con los analgésicos comunes. La versión más fuerte de los opioides, como la morfina, oxicodona y metadona, por ejemplo, también son una opción en aquellas personas que sufren de dolor muy intenso y limitante.

Existen asociaciones de paracetamol con opioides que también pueden usarse bajo orientación del médico, como en el caso de Tramacet, que contiene paracetamol y tramadol, o Tylex, con paracetamol y codeína.

2. Antiinflamatorios

Los medicamentos antiinflamatorios como diclofenaco (Voltaren), ibuprofeno (Actron) o naproxeno (Flanax), por ejemplo, que pueden tomarse en forma de comprimido o de inyección, son opciones que se pueden utilizar en momentos de crisis, siempre bajo la indicación médica, esto debido a que si se usan con mucha frecuencia pueden causar efectos secundarios, como úlcera gástrica e insuficiencia renal.

3. Glucosamina y condroitina

Los suplementos para los cartílagos con glucosamina y condroitina (Flextrin) se utilizan para ayudar a regenerar y mantener la elasticidad y lubricación de las articulaciones, teniendo buenos resultados en algunas personas. Vea qué es y cómo tomar la glucosamina con condroitina. 

4. Corticoides

Los corticoides, como prednisona (Meticorten), pueden ser opciones en algunos casos de dolor constante asociado a la inflamación crónica, y sólo deben usarse bajo orientación médica. Los corticoides pueden incluso inyectarse directamente en las articulaciones, cada 3 o 6 meses por el médico, ayudando a controlar la inflamación y el dolor en la zona.

Otra opciones inyectable es el ácido hialurónico, que ayuda a reducir el dolor y mejorar la movilidad de la articulación.

5. Pomadas

Medicamentos tópicos, como antiinflamatorios en pomada o capsaicina son opciones para aplicar en la zona inflamada, ayudando a disminuir el dolor y el malestar, pudiendo utilizarse de 3 a 4 veces al día hasta por 20 días, bajo la indicación del médico, con el objetivo de evitar o disminuir la necesidad del uso de medicamentos orales.

En último caso, cuando los síntomas son muy intensos y no mejoran con medicamentos y tratamientos naturales, puede ser necesario realizar una cirugía que puede retirar partes inflamadas o sustituir el cartílago dañado.

Opciones de tratamiento natural

El tratamiento casero para la artrosis se realiza como forma auxiliar al tratamiento indicado por el médico, para acelerar la recuperación del cuadro de dolo e inflamación o ser una opción para aquellas personas que tienen pocos síntomas o sólo buscan prevenir. Este nunca debe sustituir el tratamiento médico. Consiste en:

  • Realizar actividades físicas, de preferencia natación o hidrogimnasia;
  • Hacer ejercicios de fisioterapia y pilates, por lo menos 2 veces por semana, orientados por el fisioterapeuta;
  • Cuidar la postura y usar auxiliares para el movimiento, como rampas, barandales y barandas, en casa y en el trabajo, orientados por el fisioterapeuta y terapeuta ocupacional;
  • Masajes con aceites esenciales que ayudan a desinflamar, como jengibre, lavanda o albahaca;
  • Recurrir a técnicas alternativas, como acupuntura, que puede ayudar al tratamiento de algunas personas, ayudando a controlar el dolor y el malestar.

También existen alimentos con propiedades antiinflamatorias, ricos en omega 3, antioxidantes, calcio y proteínas que pueden agregarse a la dieta del día a día para ayudar a combatir la inflamación, a través de pescados, semillas, frutas cítricas, frutas rojas, vegetales, aceite de coco y aceite de oliva, por ejemplo. Vea cómo debe ser la dieta para la artritis

Además, algunos tés pueden prepararse con plantas con propiedades antiinflamatorias, como el romero, para complementar el tratamiento y según la orientación del médico. 

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