Reflexología: qué es, beneficios, tipos y cómo se realiza

La reflexología es una técnica terapéutica que consiste en aplicar presión en puntos específicos de los pies, las manos o las orejas para aliviar síntomas como dolor de espalda, dolor de cabeza, estrés, ansiedad o dificultad para dormir.

En este tipo de tratamiento alternativo se cree que las diferentes partes del cuerpo están representadas en puntos concretos de los pies y las manos, que pueden ser estimulados con las manos o con instrumentos específicos para promover el bienestar general.

La reflexología se considera una práctica de medicina complementaria reconocida por la Secretaría de Salud dentro del marco de las medicinas alternativas. Esta técnica debe utilizarse únicamente como apoyo a los tratamientos médicos convencionales y no como sustituto de ellos. Por eso, se recomienda consultar a un médico general antes de iniciar cualquier sesión de reflexología.

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Principales de beneficios

La reflexología suele indicarse como complemento del tratamiento de:

  • Dolor de espalda;
  • Migraña y otros tipos de dolor de cabeza;
  • Estrés y ansiedad;
  • Neuropatía periférica;
  • Dificultad para dormir;
  • Problemas digestivos.

Al igual que la aromaterapia o el reiki, la reflexología es una terapia complementaria y, por lo tanto, no cura ni sustituye el tratamiento médico convencional con medicamentos.

Principales tipos

Los principales tipos de reflexología son:

1. Reflexología podal

La reflexología podal es la más conocida y se aplica en los pies, trabajando puntos localizados en la planta, el empeine, los laterales y los dedos.

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2. Reflexología de las manos 

La reflexología de las manos se realiza en las manos y puede ser una alternativa cuando no es posible aplicar la técnica en los pies. En algunos casos, puede resultar incluso más efectiva.

3. Reflexología auricular

La reflexología auricular, también conocida como auriculoterapia, se aplica en las orejas. En algunos casos se utilizan pequeñas agujas o semillas de mostaza para estimular los puntos reflejos.

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Cómo se realiza

La reflexología se lleva a cabo aplicando presión en puntos específicos de las manos, los pies o las orejas que, según esta práctica, estarían conectados con diferentes órganos o sistemas del cuerpo. Se utilizan las manos o herramientas especiales, como pequeños bastones de madera.

Se cree que la estimulación de estos puntos mejora la circulación, promueve la relajación y estimula el funcionamiento de los órganos, ayudando a mantener el equilibrio del organismo.

Por ejemplo, al aplicar presión en áreas que corresponden al intestino delgado y al colon, podría favorecer el movimiento intestinal y aliviar el estreñimiento.

Contraindicaciones

La reflexología debe evitarse en los siguientes casos:

  • Embarazo, especialmente durante los primeros tres meses;
  • Episodios de diarrea o vómitos por gastroenteritis;
  • Inflamación o hinchazón en las manos, los pies o las orejas causadas por infecciones, alergias o problemas circulatorios;
  • Fiebre o sospecha de enfermedades infecciosas.

Además, si después de la primera sesión se produce malestar o empeoran los síntomas, se recomienda consultar a un médico general para evaluar si este tipo de terapia es realmente adecuada.