La forma más confiable de conocer el tipo de sangre es mediante el examen de tipificación sanguínea, que puede ser solicitado por el médico en cualquier momento y también se realiza de rutina al donar sangre, antes de transfusiones o trasplantes, y durante el control prenatal, por ejemplo.
Este examen también se practica en algunos recién nacidos, por lo que a veces basta con consultar documentos como la cartilla de salud del niño o el resumen de alta tras el nacimiento, donde generalmente se anota el resultado.
Los principales tipos de sangre son A, B, AB y O, y además, la sangre se clasifica según el factor Rh, siendo Rh positivo cuando está presente y Rh negativo cuando está ausente. Sepa más sobre los principales tipos de sangre.
¿Por qué es importante saber mi tipo de sangre?
Conocer el tipo de sangre es importante porque algunas combinaciones de sangre no son compatibles entre sí, lo que puede causar problemas si se necesita una transfusión.
También es relevante durante el embarazo, ya que ciertas diferencias en el tipo de sangre entre la madre y el bebé pueden afectar su salud.
Es recomendable consultar al médico para determinar el tipo de sangre antes de un embarazo, ya que esto permite identificar posibles incompatibilidades entre la madre y el bebé y prevenir complicaciones durante la gestación.