El ACV isquémico, también conocido como EVC (enfermedad vascular cerebral) isquémico, es cuando uno de los vasos sanguíneos del cerebro se bloquea debido a un coágulo, impidiendo el paso de oxígeno a las células cerebrales, lo que provoca síntomas como dificultad para hablar, boca torcida, pérdida de fuerza en un lado del cuerpo y alteraciones en la visión.
Generalmente, el ACV isquémico es más común en personas mayores o en aquellas que tienen alguna alteración cardiovascular, como hipertensión, colesterol elevado o diabetes, pero puede ocurrir a cualquier edad y en cualquier persona.
Dado que las células cerebrales comienzan a morir pocos minutos después de que se interrumpe la circulación sanguínea, el ACV siempre se considera una emergencia médica, que debe ser tratada lo más rápido posible en el hospital para evitar secuelas graves, como parálisis, alteraciones cerebrales e incluso la muerte.
Principales síntomas
Los síntomas de un ACV isquémico son:
- Dificultad para hablar o sonreír.
- Boca torcida y rostro asimétrico.
- Pérdida de fuerza en un lado del cuerpo.
- Dificultad para levantar los brazos.
- Dificultad para caminar.
Además, también pueden aparecer otros síntomas, como hormigueo, alteraciones en la visión, desmayo, dolor de cabeza e incluso vómitos, dependiendo de la región del cerebro afectada. Vea cómo identificar un ACV y los primeros auxilios que se deben realizar.
¿Qué es un accidente isquémico transitorio?
El accidente isquémico transitorio, o AIT, ocurre cuando el ACV es causado por un coágulo muy pequeño que, sin embargo, fue desplazado por la circulación sanguínea y dejó de obstruir el vaso. En estos episodios, además de que los síntomas mejoren en pocos minutos, es común que los exámenes realizados en el hospital no muestren ningún tipo de alteración en el cerebro.
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Para saber las probabilidades de tener un ACV, por favor, indique en el test a continuación los síntomas que presenta:
Este test es solo una herramienta de orientación. Por lo tanto, no tiene la finalidad de proporcionar un diagnóstico ni reemplaza la consulta con un neurólogo o médico general.
Cómo confirmar el diagnóstico
Siempre que exista sospecha de ACV es muy importante acudir al hospital para confirmar el diagnóstico. Generalmente, el médico utiliza técnicas de imagen, como tomografía computarizada o resonancia magnética nuclear, para identificar el bloqueo que está causando el ACV y así iniciar el tratamiento más adecuado.
Qué causa el ACV isquémico
El ACV isquémico surge cuando uno de los vasos del cerebro se obstruye y, por esta razón, la sangre no puede pasar y alimentar con oxígeno y nutrientes a las células cerebrales. Esta obstrucción puede ocurrir de dos formas diferentes:
- Bloqueo por un coágulo: es más común en ancianos o en personas con problemas cardíacos, especialmente fibrilación auricular;
- Estrechamiento del vaso: generalmente ocurre en personas con presión alta no controlada o aterosclerosis, ya que los vasos se vuelven menos flexibles y más estrechos, disminuyendo o impidiendo el paso de la sangre.
Asimismo, existen otras situaciones que aumentan el riesgo de desarrollar un coágulo y sufrir un ACV isquémico, como tener antecedentes familiares de ACV, fumar, tener exceso de peso, no practicar ejercicio físico o tomar pastillas anticonceptivas.
Cómo se realiza el tratamiento
El tratamiento para ACV isquémico se realiza en el hospital y suele iniciarse con la administración intravenosa de medicamentos trombolíticos, que son fármacos que diluyen la sangre y ayudan a disolver el coágulo que está causando el bloqueo en el vaso.
No obstante, cuando el coágulo es muy grande y no se elimina solo con el uso de trombolíticos, puede ser necesario realizar una trombectomía mecánica, que consiste en insertar un catéter, que es un tubo delgado y flexible, en una de las arterias de la ingle o del cuello y guiarlo hasta el vaso del cerebro donde se encuentra el coágulo. Luego, con la ayuda de este catéter, el médico extrae o elimina el coágulo.
En los casos en que el ACV no es causado por un coágulo, sino por el estrechamiento del vaso, el médico también puede usar un catéter para colocar un stent en el sitio, que es una pequeña malla de metal que ayuda a mantener el vaso abierto, permitiendo el paso de la sangre.
Después del tratamiento, la persona siempre debe quedar bajo observación en el hospital, por lo que es necesario permanecer hospitalizado por algunos días. Durante la hospitalización, el médico evaluará la presencia de secuelas y podrá indicar el uso de medicamentos para disminuirlas, así como sesiones de fisioterapia y fonoaudilogía. Vea las secuelas más comunes después de un ACV y cómo es la recuperación.
¿El AVC isquêmico tiene cura?
El AVC isquêmico tiene cura cuando la persona es llevada al hospital tan pronto como se notan los primeros síntomas y se realiza el tratamiento para disolver los coágulos. De esta manera, es posible combatir los síntomas y prevenir las secuelas.
Diferencia entre ACV isquémico y hemorrágico
A diferencia del ACV isquémico, el ACV hemorrágico es más raro y ocurre cuando un vaso en el cerebro se rompe y, por esto, la sangre no logra pasar correctamente. El ACV hemorrágico es más común en personas con presión alta no controlada, que toman anticoagulantes o tienen algún aneurisma.
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