La sedación, también conocida como sedación consciente, implica el uso de medicamentos que causan relajación o sueño para ayudar en la realización de exámenes incómodos, como la endoscopia o la histeroscopia, y en cirugías menores.
Aunque produce un efecto similar, la sedación no debe confundirse con la anestesia general, que generalmente provoca la pérdida de la conciencia y de la sensibilidad y reflejos corporales para evitar que la persona sienta dolor o incomodidad. Sepa más lo que es la anestesia general.
En caso de dudas sobre la sedación, se recomienda consultar a un anestesiólogo, que es el médico más indicado para orientar sobre cuándo se puede realizar la sedación y los posibles riesgos.
Para qué sirve
Normalmente, la sedación se indica para:
- Exámenes incómodos o invasivos, como la histeroscopia, la endoscopia o la punción lumbar;
- Cirugías en la piel, mano o pie, y algunas cirugías estéticas;
- Extracción de dientes y otros procedimientos dentales;
- Biopsia de la piel o mama, normalmente en combinación con la anestesia local.
La sedación permite al médico realizar exámenes o cirugías de manera más eficiente y segura.
Además, la sedación ayuda a que la persona permanezca quieta durante su realización y tolere las sensaciones incómodas durante el procedimiento.
Cómo se realiza la sedación
La sedación se realiza con medicamentos que causan relajación y/o sueño, y se administran por vía oral, se aplican directamente en la vena o el músculo, o se inhalan a través de una máscara facial. Dependiendo del medicamento utilizado, la duración de la sedación puede variar desde unos pocos minutos hasta aproximadamente 1 hora.
En algunos casos, la sedación solo provoca una sensación de relajación. Sin embargo, según el procedimiento, el médico puede indicar una sedación más intensa y la persona puede sentir somnolencia, dormir y/o recordar apenas partes del examen o la cirugía.
Normalmente, la sedación no afecta la respiración y, por lo tanto, no se requiere el uso de dispositivos para respirar, aunque a veces puede indicarse el uso de oxígeno a través de una máscara para mantener la oxigenación sanguínea.
Posibles complicaciones
Los principales riesgos de la sedación incluyen:
- Respiración lenta;
- Caída de la presión arterial;
- Náuseas y/o vómitos;
- Reflujo de alimentos y/o líquidos del estómago a los pulmones;
- Reacciones alérgicas a los medicamentos sedantes, aunque raro;
- Somnolencia y/o dificultad temporal para la memoria después del procedimiento.
Sin embargo, la sedación suele tener un menor riesgo de efectos secundarios que la anestesia general, que es un tipo de anestesia en la que la persona pierde la conciencia y requiere dispositivos especiales para la respiración. Conozca los principales tipos de anestesia y los riesgos.